El nombre del continente americano no proviene ni es en homenaje a un tal Américo Vespucci, el supuesto primer cartógrafo que dibujó el mapa del “Nuevo Mundo”. Algunos investigadores han demostrado la falsedad de aquello, pero muchos siguen repitiendo esta fábula.
Incluso, el movimiento indígena de América lo desconoce y en su lugar han propuesto el término Abya Yala, bajo el mismo argumento de que América fue impuesto por las monarquías europeas. La verdad es otra y se hace necesario revalorizar el nombre América.
Autores como Jean Marcou, Héctor Burgos Stone, José Steinsleger, Jorge Espinosa, Danilo Antón, Jaime Incer, Darwin Caufman, y otros lo han denunciado, pero pocos se han hecho eco. Todos han preferido simplemente utilizar el nombre Abya Yala en contrarréplica y hasta en combate a América, sin saber que este nombre es originario de este continente.
En este sentido, vamos a sacarlo nuevamente a la palestra, si es que no quieren utilizar el término Amerrique o Ameriske, que fue castellanizado como América, en inglés como America (sin tilde), y en francés como Amerique que es igual a su forma original en maya quiché. Al respecto, Jean Marcou dice que los franceses fueron los únicos que conservaron el nombre indígena Amerique, y fueron los primeros en nombrar americanos a los habitantes del Nuevo Mundo[1].
La historia es la siguiente: los auto llamados conquistadores cuando llegaron hasta lo que hoy se llama Nicaragua se encontraron con unas montañas ricas en oro, y que los pueblos Chontales habitantes originarios de ese lugar le llamaban Amerrique o Amerike (como se prefiera pronunciar y escribir).
Muchos comenzaron a hablar en Europa de Amerique, incluso el mismo Colón y sus tripulantes o acompañantes lo señalaron. El genovés partió de Cádiz en su cuarto viaje desde el 9 de mayo de 1502 hasta junio de 1503, haciendo estancia en septiembre de 1502 al pie de la Sierra Amerrique. Tal como lo refirieron sus compañeros de viaje Méndez y Fiesco cuando llegaron en julio de 1503 a la Española y narraron sobre los resultados del viaje, los que posteriormente fueron conocidos en Europa en septiembre u octubre de 1503.[2]
“Danilo Antón en su libro La Mentira del Milenio, señala que el nombre América proviene de la cordillera nicaragüense de Amerrique y denuncia el “fraude histórico” originado en Florencia. ‘El nombre Amerrique se relaciona con un pueblo antiguo que vivió en la cordillera antes de la invasión europea. A veces son llamados los Matagalpasi o Chontales’. Según Antón, el lenguaje de este pueblo era cercano al lenca, hablado en Honduras, cuya toponimia presenta terminaciones similares: Lepaterique, Ajuterique, Chaparrastique, Lanterique, Aguanqueterique y Cacaguatique, cercanos a la frontera con El Salvador.”[3]
El nombre Amerique propagado por las tripulaciones y los oficiales de las distintas expediciones, cuando regresaban a Europa hablaban admirados de las ricas minas de Amerike. Como consecuencia algunos comenzaron a denominar a las nuevas tierras conquistadas con ese nombre, llegando a popularizarse en la gente común de Europa, en vez de llamarlas Indias Occidentales como preferían las monarquías, especialmente la española y la inglesa.
Se impuso el nombre América a pesar del malestar de las monarquías europeas, pero a cambio aceptaron de que este nombre venía del primer cartógrafo que dibujó el nuevo mundo o del primero que se dio cuenta de que era otro continente y no parte de Asia. Y ésta es la primera tomadura de pelo, pues Vespucio no hizo mapa alguno, quizás su mérito es que fue el primero en darse cuenta que no era parte del Asia sino otro continente.
¿Qué es lo que pasó? Los europeos en su hegemonismo comenzaron a bautizar a todos los continentes. A nadie se le había ocurrido dividir a lo que hoy conocemos como Eurasia en dos continentes y peor en darles nombres a los demás. Europa comienza marcando distancia con lo que ellos llamarán Asia, y asimismo se dan el nombre que ahora todos conocemos, aunque inicialmente era Aeuropa, en una conjunción entre la A y la E iniciales.
Proceden también a bautizarle al continente “negro” como África, y consecuentemente faltaba darle nombre al Nuevo Mundo. Como ya se había popularizado Amerique lo aceptaron, además de que empezaba también con A, así todos los continentes tenían a la A en primer lugar. Lo mismo ocurre con Australia, Antártida, todos ellos provenientes del latín y en una condición femenina[4]. Es por eso que no le ponen Amerike sino América, así los nombres de todos los continentes empiezan con A y terminan en A.
Pero, como América no provenía del latín, deciden que el origen del nombre no viene de una lengua nativa de las Indias Occidentales, sino que es en homenaje a Amerigho Vespucci. De esta manera todo quedaba como de origen europeo: Europa en el centro de todo y para todo.
Europa, hasta antes de la invasión (no conquista) de Amerike, no jugaba ningún rol primordial a nivel planetario de tipo geopolítico ni económico ni tecnológico. Quienes habían tenido mayor presencia y protagonismo en toda esa región eran los árabes, los persas, los hindúes, los egipcios y los chinos. En otras palabras, el nivel e importancia que alcanzó Europa tiene apenas 500 años de existencia.
Antes, Europa era muy pobre, con mucha delincuencia, graves epidemias, guerras permanentes, fanatismo religioso, etc. Especialmente en la denominada edad media que duró más de mil años, y que fue llamada por los mismos europeos como la época oscurantista. No existe en la historia humana una época más terrible y de tanto tiempo, como la que sufrió el pobre pueblo europeo. Situación que a pesar del apogeo obtenido en estos 500 años, se prolongó hasta hace poco tiempo en la segunda guerra mundial, siendo tan solo desde ahí que Europa vive una época de amplio esplendor, pero que ahora se ve nuevamente amenazada por los grupos fundamentalistas y nacionalistas.
Esplendor, gracias a las ricas minas de Amerike y de todo el continente, pues Europa era muy pobre por los más de 1000 años de oscurantismo a la que fue sometida. Con qué recursos hubiera podido salir de esa situación de miseria, sino, gracias a todo lo que se llevaron los conquistadores de todo el territorio de Amerike. Pero dejando en la miseria a los americanos hasta el día de hoy, en que el colonialismo sostenido por los criollos se ha mantenido durante estos 500 años.
Los que condujeron al pueblo europeo a soportar este terrible oscurantismo fueron los romanos, quienes se autoimpusieron la tarea de civilizar a los “pueblos salvajes y bárbaros” de Europa, así los denominaban . Los emperadores romanos habían asimilado los dogmas logocráticos y logolátricos de los griegos, es decir, la supremacía del logos o de la razón sobre las demás inteligencias humanas, que era inicialmente lo que significaba civilizar, es decir, el anular las otras capacidades humanas para solo potenciar a la razón.
Consideraban que una persona civilizada es aquella que es racional, pues los irracionales, especialmente las mujeres, utilizan básica o únicamente las otras facultades humanas (emociones, sensibilidades, intuiciones), y que ahora la ciencia ha demostrado que la razón no es la mejor de las inteligencias sino otra más. Para los griegos clásicos solo los hombres nobles, es decir, los hombres superiores o mejores utilizan la razón, pues los hombres inferiores son irracionales, pareciéndose en ello a las mujeres, razón por la cual son menores, peores, pobres, poco inteligentes, enfermos, etc. Algo que no ha cambiado hasta el día de hoy y actualmente vemos el auge de los supremacistas blancos.
Creencia ésta que se impuso en Grecia y en todos sus alrededores, quienes conformaban el denominado helenismo, que incluye al patriarcado otomano, el cual a su vez lo asimiló del patriarcado babilónico y finalmente el mesopotámico. Siendo en este último lugar donde nació el patriarcado, cuna del patriarca Abraham el padre de las religiones monoteístas, de la primera ciudad (civis) Uruk, de las primeras formas bancarias y prestatarias, de la potencialización de la propiedad privada, de la desacralización de la madre tierra, etc., etc. Todas las cuales, son las raíces de lo que posteriormente los griegos llamarán la civilización y el concepto de civilizado en un nuevo nivel, y que era además el cuestionamiento a todos aquellos que vivían en formas comunitarias, en aldeas, en propiedad colectiva, en relación sagrada con todo lo existente, en paridad entre lo masculino y femenino, etc.
El patriarcado siguió su conquista del mundo y los patricios romanos decidieron civilizar Europa y el norte de África, es decir, domesticar y dogmatizar a estos pueblos. Para ello, debieron destruir su sistema de vida y a las instituciones históricamente construidas por los pueblos indígenas de Europa. Los que lo habían formado en por lo menos 20.000 años de existencia en ese territorio, y muy especialmente por los que se asentaron hace unos 10.000 años, recreando sus propias formas culturales, idiomas, espiritualidades, etc.
Siendo resaltable la cultura Celta que tuvo un gran esplendor, pero que lamentablemente ésta y todas las demás culturas indígenas de Europa fueron abatidas por los colonizadores romanos, y en su lugar impusieron el latín, el cristianismo, el derecho, el Estado, y demás instituciones civilizatorias o enajenadoras, hasta el día de hoy.
Para conseguirlo tuvieron que hacerlo por la fuerza y en un largo período, tomándole al patriarcado más de 1.500 años en imponerse ampliamente. Logrando a este momento casi completamente, pues todavía sobreviven lenguas nativas como el euskera en Euskadi (país Vasco-España y Francia con 700.000 habitantes), o las lenguas celtas en Irlanda y Escocia. Lenguas indígenas de Europa que se encuentran en peligro de desaparición, pues los extremistas y nacionalistas quieren imponer el castellano y el inglés, respectivamente. En todo caso, hay un despertar de lo Celta y quizás será difícil que lo logren completamente.
A su vez, los patriarcalizados y civilizados europeos se lanzaron a hacer lo mismo con Amerike, y en estos 500 años han avanzado mucho más rápido de lo que lo hicieron con Europa y África del norte. Especialmente en los últimos 150 años con “la revolución industrial, tecnológica y digital” en marcha, en la cual el colonialismo ha alcanzado su clímax, pero al mismo tiempo su decadencia y degeneración.
Actualmente, nos encontramos en una disputa encarnizada entre los colonialistas contemporáneos de derecha e izquierda que quieren dar su estocada final, y por otra parte, la resistencia de los pueblos milenarios que han reaccionado más vivida y frontalmente, disputando y rebatiendo a los conocimientos que el eurocentrismo los impuso como únicos, universales, superiores. Ahora estamos preparados y listos para confrontarles en cualquier ámbito al eurocentrismo. Y parte de ello, es la descolonización de la historia, y en este caso del nombre de este continente, con todo lo que ello implica.
¿Quién es Vespucci? A la época algunos le atribuían ser el “descubridor” del Nuevo Mundo, es decir, antes que Colón. Luego le imputaron ser el primero en pisar tierra continental, pues Colón había llegado solo a las islas aunque le reconocían a él ser el “descubridor”. Generándose en dicho tiempo una gran disputa entre los defensores de cada uno, y que ha durado hasta el día de hoy. Todavía más, la controversia se ha amplificado, cuando hay otro personaje de por medio y que se llama Juan Caboto[5], quien también entra en esta disputa de saber quién fue el primero en pisar América, convirtiéndose también en otro personaje fundamental en este cuento eurocéntrico.
La fama principal que alcanzó Vespucci en aquella época se debe a dos obras publicadas bajo su nombre entre 1503 y 1505: el Mundus Novus y la Carta a Soderini. “Los expertos señalan que las descripciones astronómicas de Vespucio son confusas, que no hizo observaciones notables o novedosas y que sus técnicas eran poco fiables”. No dejó ningún mapa con su firma.
Pero poco importaba cuando su relato era una lectura tan apasionante: indígenas que vivían 150 años y que cometían incesto y canibalismo a discreción —uno había comido 300 cadáveres—, mujeres voluptuosas y “urgidas por un exceso de lujuria” que yacían con los cristianos a la menor oportunidad, y hombres que usaban “un cierto recurso suyo, la mordedura de ciertos animales venenosos” para aumentar sus genitales “a un tamaño tan gigantesco que aparecen deformados y repugnantes”. No es de extrañar que Mundus Novus se convirtiera en un best seller de su época, traducido a varios idiomas.”[6]
Vespucio es otro cuentero y estafador más en este culebrón eurocéntrico, tanto es así, que algunos autores europeos dudan de que realmente pisó suelo del Nuevo Mundo en las fechas que él anota, ni hay registros de que alguien haya diseñado y financiando sus viajes, tan solo en el tercer viaje que realizó en el año 1500 sí habría llegado personalmente.
Sea como haya sido, Vespucio es un personaje que da mucho que hablar y hay muy poca seguridad sobre lo que él afirma. [7]. En Europa pululaban muchos autores que para hacerse famosos se inventaban historias excepcionales dignas de novelas de ficción, y así alcanzaban reputación que eso es lo que más les interesaba[8]. Es más, hubo algunos que se asumían como cronistas y que narraban episodios como que los hubieran visto personalmente en América, pero eran calificados de mentirosos e impostores por quienes sí pisaron suelo americano.
Hay tanto manoseo en todo esto, que quién firma estos libros es Alberic Vespucci, como lo demostramos con las siguientes fotos de las tapas o portadas de sus libros, (las mismas que se puede encontrar en google). Actualmente el British Museum posee ocho de las doce ediciones latinas de Mundus Novus, cuatro de las doce alemanas, y ejemplares del Paesi Nouamente Retrovati en italiano, latín, alemán y francés. Y la mayoría están firmados por Alberic Vespucci.
La primera edición se publicó en París en 1503, Roberto Leviller un gran estudioso de Vespucci al respecto anota: “Las características individuales de esta edición princeps, son las siguientes, en comparación con las demás Mundus Novusno está en el frontispicio, ni figura tampoco en el título de la tercera página. Vespucio es escrito Albericus Vespuccius y la carta es dirigida a Laurentio Petri francisci de Medicis.”[9]
Y aquí la estafa: En 1504 se hace una nueva edición de Mundus Novus y en la que aparece por primera vez el nombre Americo, pero al mismo tiempo Alberic Vespucci, como que fueran dos autores. Incluso, esta edición actualmente se puede comprar en amazon[10] y que es una reimpresión idéntica a la original de 1504. Es decir, en ciertas ediciones aparece Vespucci con los dos nombres, y en otras únicamente con Alberico o solo con Americo. Pero, de igual manera se han inventado nuevas ficciones para justificar estos dos nombres: de que él firmaba indistintamente con los dos, o que Alberic es una degeneración viciosa de aquella palabra, etc.[11]
¿Quién publicó el primer mapa? “Las obras de Vespucio llegaron al Gymnasium Vosagense, una institución académica religiosa en Saint-Dié-des-Vosges (Francia). El grupo de geógrafos allí reunido, que incluía a Martin Waldseemüller y Matthias Ringmann, publicó en 1507 una Cosmographiae Introductio, anónima pero probablemente escrita por Ringmann, junto con un mapa del mundo firmado por Waldseemüller y una traducción de la Carta a Soderini. Tanto el mapa como el texto asignaban el nombre de AMERICA a un nuevo continente separado de Asia. “No veo qué derecho tendría nadie a objetar a que se llame a esta parte, por Americus que la descubrió y que es un hombre de inteligencia, Amerigen, esto es, la Tierra de Americus, o America: ya que tanto Europa como Asia obtuvieron sus nombres de mujeres”, decía la Introduction.[12]
Es decir, cuatro años después de la publicación de los primeros libros de Alberic Vespucci, el geógrafo, cartógrafo y clérigo alemán Martin Waldseemüeller junto a Mathias Ringmann, quién sería el verdadero autor del mapa, publicaron en la imprenta de Jean Basin en Francia un nuevo mapa-mundi, en el que constaba otro continente y en el que, por primera vez, aparece el nombre AMERICA.
Más abajo el lector puede observar una parte ampliada del mapa y ver que el nombre AMERICA está escrito en la parte sur del continente. El mapa se llama Universalis cosmographia secunda Ptholemei traditionem et Americi Vespucci aliorum que lustrationes (Un dibujo de toda la Tierra siguiendo la tradición de Ptolomeo y los viajes de Américo Vespucio y otros) pero es más conocido como el mapa Waldseemüller de 1507.[13]
Lo curioso nuevamente, es que en 1513 Waldseemüller y sus colaboradores publicaron una nueva edición de Geographiae de Ptolomeo, pero sorpresivamente el nombre AMERICA ya no está en sus mapas. ¿Qué pasó? España e Inglaterra se disputaban quién había sido el descubridor, quién fue el primero que piso tierra continental, cuál era el nombre que debía tener este nuevo territorio, y principalmente, quién tenía el control y propiedad del Nuevo Mundo.
Intereses poderosos debieron presionar o amenazar a los autores del primer mapa, que en el nuevo que publicaron 6 años más tarde ya no aparecía el nombre AMERICA sino que en el mismo lugar se leía Terra Incognita (Tierra desconocida). Y, posteriormente en la “Carta Marina” de 1516, también de Waldseemüller, apareció ahora el nombre Terra Nova (Nuevo Mundo)[14]. Es decir, había intereses de que no aparezca el nombre AMERICA, pues a las Coronas les interesaba definir su nombre, la monarquía española prefería los “Reinos Castellanos de Indias” y la inglesa les llamaba las “Indias Occidentales”.
Los monarcas europeos, especialmente los españoles, se resistieron por tres siglos a la adopción del nombre AMERICA, que había sido adoptado por el pueblo, pues, siguieron durante todo este tiempo hablando en los actos oficiales del “Consejo de Indias”. Además, en las Historias de las Indias de Oviedo, de Gomara, de Las Casas, no se hace referencia a Vespucci ni al supuesto nombre de América en su homenaje. Lo que quiere decir que muy tardíamente se aceptó oficialmente el nombre y se admitió finalmente el cuento que todos conocemos.
A la final, las contribuciones cartográficas de Johannes Schöner en 1515 y de Pedro Apiano en 1520 adoptaron la palabra AMERICA para el hemisferio occidental y ese nombre pasó a formar parte del uso aceptado entre los científicos.[15] En 1538, el geógrafo flamenco, Gerardus Mercator, también usó la misma palabra para referirse a toda la masa continental del hemisferio occidental. Es decir, más allá de los intereses de las monarquías, se impuso por un lado la ciencia, y por otro, el nombre que el vulgo le había puesto de América al nuevo mundo. Por su parte, Vespucio se aprovechó de la fama del nombre América y adoptó el apodo Américo como le comenzaban a nombrar, en la creencia de que él fue el descubridor. Paulatinamente dejó de utilizar su nombre de pila, Alberic.
Jean Marcou anota: “Mi impresión, después de un dilatado estudio de este asunto, es que, ya dado por otros, ó tomado por él mismo, el nombre Amerigo pareció á Vespucci mejor que el común y conocido Alberico. En efecto, el nombre Amerigo parecía recordar, mediante una designación extranjera, y por el país del Nuevo Mundo que lleva la de Amerrique, que entre los Vespucci de Florencia, era aquel el gran viajero y explorador de países nuevamente descubiertos.
Por qué todo esto? Las monarquías española e inglesa se disputaban el continente, y esto implicaba cómo y quién fue el primero en llegar y descubrir las Indias Occidentales. Cristóbal Colón llegó por primera vez a las islas del Caribe en 1492 y recién al continente en septiembre de 1502, a las costas de la actual Honduras. Pero quién llegó –según los ingleses- por primera vez a las costas continentales fue el navegante veneciano Juan Caboto el 24 de julio de 1497, es decir, 5 años antes de Colón y quién había sido enviado por el rey Enrique VII de Inglaterra.
Desde ahí, hubo una disputa entre las monarquías por más de 300 años, al extremo que los ingleses financiaron a las élites criollas de América para que rompieran con la monarquía española, con el propósito de ellos pasar a controlar todo el continente. Los intelectuales eurocentrados le llaman “Independencia” de España y Portugal, cuando tan solo hubo un cambio administrativo.
No ha habido ninguna independencia hasta ahora, pues como bien lo dijo el pueblo ecuatoriano: tan solo fue “el último día del despotismo y el primero de lo mismo”.
Entonces, los nombres America, Terra Incognita y Terra Nova, en ese orden, entrañan una disputa entre Vespucio y Colón, y entre las monarquías, especialmente por parte de los ingleses, que no se rindieron en concederles todo el territorio a los monarcas españoles. El 4 de julio de 1584 llegó a Norteamérica la primera expedición de colonos británicos, portando consigo un documento firmado por la reina Isabel, el que les facultaba colonizar aquel lugar.
Logrando definitivamente el establecimiento de la colonia de Jamestown en 1607, para luego ir desplazando paulatinamente a los españoles de toda la América del Norte. Los actuales estados norteamericanos de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana, Florida, Alabama, Misisipi y Alaska eran posesiones españolas que formaban parte del Virreinato de Nueva España, es decir, más de la mitad del actual Estados Unidos. Todos estos territorios lo perdieron en un período de 300 años en que duró el poderío español, y el último territorio que cedieron fue Florida a través del Tratado de Adams-Onís suscrito entre Estados Unidos y España el 22 de febrero de 1819, que puso fin a la soberanía española en América del Norte.
Corroboran lo anotado anteriormente: El geógrafo francés Jean Marcou en sus investigaciones “Sobre el Origen del Nombre América”[17], publicado por la Sociedad Geográfica de París en 1875 sostiene que Alberico Vespucci adoptó el apodo de Amerigo pues se hizo muy popular este nombre, pero que la voz de marras tendría origen maya-quiché: Amerrique o Amerique, en francés suavizado.
José Steinsleger hace un resumen de este libro de Marcou y cuenta “que Amerrique era el nombre indígena dado a las montañas existentes entre Juigalpa y La Libertad, departamento nicaragüense de Chontales. El geólogo y naturalista Thomas Belt, autor de The Naturalistic in Nicaragua (1874), observó que la sierra o cordillera de Amerrique forma la línea divisoria de las aguas, entre el lago de Nicaragua y el río Bluefields.
De 1868 a 1871, Belt fue ingeniero de la compañía Minera de Chontales, en las minas de oro de Santo Domingo, San Benito y San Antonio. Anteriormente, las minas habían sido explotadas por los indígenas y los españoles. Ávidos de oro, los tripulantes del cuarto y último viaje de Colón (1502-03) fueron los primeros en divulgar con persistencia la voz amerrique. El piloto mayor Vespucci, entre ellos.
El arqueólogo nicaragüense Jorge Espinosa en su tesis de maestría en la Universidad de Luisana y luego publicada en un libro de 600 páginas bajo el nombre “América, descubrimiento y origen de su nombre”, demuestra con un juego de mapas del siglo XV y XVI esta aseveración, y confirma que el nombre viene de Amerrique.[19]
En conclusión, Amerrique o Amerike es un nombre originario de este continente, y que en maya quiché significa “país del viento” o “país donde el viento sopla siempre”. Por tanto, es verdad que los europeos nombraron así al nuevo continente, pero no en homenaje a Vespucci sino porque se popularizó en Europa este apelativo, tal como lo corrobora Schöner[20] quién anotaba que desde 1515 el nombre Amerrique (América) era ya popular, por lo que a las monarquías no les quedó más remedio que aceptarlo.
Debió ser humillante para la monarquía española que no le pongan un nombre dinástico, tal como lo hizo Colón que bautizó a las islas con nombres nobles o Hernán Cortez a una parte del continente como la Nueva España. Vespucio no era de la nobleza ni nadie especial, máximo le dieron el título de Piloto Mayor y una renta. Pero, de ahí aceptar que lleve su nombre el nuevo continente era un harakiri para la monarquía.
El origen del nombre de Venezuela
Por cierto, en este mismo sentido hay que descolonizar otro cuento del que Venezuela hace referencia a Venecia. Al respecto Ramón Hernández Villoria, dice: “Hay una versión del origen del nombre de nuestro país que tiene fundamentos más históricos, mejor documentados, y que no son un invento o una elucubración. Esta versión atribuye al nombre de Venezuela un origen autóctono que los españoles se apresuraron a reproducir. El apoyo documental a esta versión lo ofrece Martín Fernández de Enciso en su libro Suma de Geografía que trata de todas las partes y provincias del mundo, en especial de las Indias, editada en Sevilla en 1519, y que es el primer impreso que habla del Nuevo Mundo. En este se lee: “y al cabo dela cerca de la tierra está una peña grande que es llana encima della. Y encima de ella está un lugar o casas de indios que se llama Veneçiuela…” (…) Algunos años más tarde, Juan Botero, en su libro “Relaciones de Universales del Mundo”, afirma que en el golfo de Venezuela hay una población de indios con ese nombre edificada en un peñasco “essempto y relevado que se muestra sobre las aguas”.
Véase que en ambos casos, los escritores dicen que el nombre del poblado indígena es Veneçiuela.. Finalmente, en un enunciado muy valioso, que reafirma la autoctonía del vocablo, Antonio Vázquez de Espinosa, sacerdote español que viajó por casi todo el continente en el último tercio de los mil quinientos, escribió en su Compendio y descripción de las Indias Occidentales, fechado en 1629, lo siguiente: “Venezuela en la lengua natural de aquella tierra quiere decir Agua grande, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en su distrito, como quien dice, la Provincia de la grande laguna…”[21]
Como éstos y otros cuentos, ha escrito el pensamiento eurocéntrico y lo siguen repitiendo en la academia Miles y miles de páginas deben seguir a lo anotado anteriormente, para descolonizar o desarmar todo el andamiaje en que se sostiene y mantiene el patriarcado, con su proyecto racionalista llamado la civilización y que terminó en irracional, por ser lo más antinatural que haya producido la mente oscurantista en toda la historia de la humanidad.
*Atawallpa Oviedo escritor, periodista y filósofo.
[1] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[2] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[3] Ibdis
[4] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[5] https://www.uv.es/ivorra/Historia/SXV/1497.htm
[6] https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/americo-vespucio-cosmografo-nombre-america-error/
[7] https://pueblosoriginarios.com/textos/vespucio/vespucio.html
[8] http://www.revistasbolivianas.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2412-57332013000100004&lng=es&nrm=iso
[9] https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/40592/1/225723.pdf
[10] https://www.amazon.fr/Alberic-Vespucci-lauretio-Mundus-novus-1504/dp/B00JQUBR3O
[11] https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/55834/2/206859.pdf&origen=BDigital
[12] https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/americo-vespucio-cosmografo-nombre-america-error/
[13] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[14] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[15] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44219307
[16] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[17] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[18] https://www.jornada.com.mx/2005/10/12/index.php?section=opinion&article=028a1pol
[19] http://archivo.elnuevodiario.com.ni/nacional/165155-se-alborotan-leyendas-nombre-america/
[20] https://www.gutenberg.org/files/62211/62211-h/62211-h.htm
[21] https://www.servindi.org/actualidad/48399
Excelente articulo, tambien he oido que Ecuador no significa la linea ecuatorial sino “eau dorée” en Frances es decir “agua de oro” que por cierto abundaba y se consideraba medicinal o quizas del quechua: “yaku quri”. Por favor, puede investigar