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domingo, noviembre 24, 2024

FOTOREPORTAJE: EN ESTE MERCADO NO HAY ESPECULACIÓN

En Pimampiro, al norte de Ecuador, miles de personas se reúnen antes de Pascua para intercambiar alimentos. El trueque se mantiene desde hace siglos.

Aquí presentamos un fotoreportaje del único mercado ecuatoriano que funciona completamente sin dinero. Al menos este día.

Pimampiro, Ecuador.- Nadie viene ni va con las manos vacías. Así es la costumbre en Pimampiro. Al Trueque del Sol del 12 y 13 de abril asistieron campesinos e intermediarios del sector, de otras provincias y del sur de Colombia.  Inclusive estudiantes de la Universidad Central trajeron desde Quito algo para trocar, sabiendo que, en esos días, el dinero no tiene valor: lo que cuenta es el intercambio de plátanos con papas, de arvejas con aguacates, de piñas con zanahorias, de mangos con frijoles o de lichis con cebollas.

El cambeo, como le dicen los moradores más antiguos, se viene realizando en Pimampiro desde antes de la llegada de los españoles, es decir, ha sobrevivido a todos los intentos de conquista: las burbujas financieras, las crisis bursátiles, las crisis económicas y las guerras mundiales. El dinero -digital, en billetes o en monedas- está tan ausente como lo están los temores al hambre, a la corrupción o a los robos. Los banqueros tendrían una crisis aquí.

El siguiente fotoreportaje muestra a afroecuatorianos, indígenas, mestizos y gringos manteniendo una tradición que documenta cuánta riqueza hay en El trueque del Sol, riqueza que no proviene de los mercados financieros, de las bolsas de especulación o del crecimiento económico: proviene de nuestra tierra.

El legado de los antepasados dibujado en la pared del polideportivo: Durante siglos, Pimampiro fue un centro importante de producción cocalera. Los mindalaes -especialistas en intercambio de productos entre distintas regiones- venían desde lejos para trocar sus productos con la planta sagrada de los Andes. Hoy en día, la venta de coca está prohibida en Ecuador, pero la costumbre del trueque sigue en pie.
En Pimampiro, el trueque es una práctica que se transmite de generación en generación. En su mayoría son las mujeres quienes se encargan de esta tarea.
Abundancia y diversidad: lo trocadores – mujeres y hombres – de los valles traen bananos, plátanos verdes, aguacates, mangos y ovos, de las montañas traen papas, zanahorias, habas, arvejas, mellocos y camote, y de la Costa portan todo tipo de frutas.
Participantes del Trueque del Sol 2019, caminando hacia sus destinos.
Atardecer en el polideportivo de Pimampiro: alrededor de 4.000 personas intercambian sus productos. Hace dos años el Ministerio de Cultura declaró al Trueque del Sol como Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.
Óscar Narváez Rosales es alcalde del cantón Pimampiro que tiene 13.000 habitantes.
“Cuando hay una crisis económica en el país, la sentimos menos que la gente de las ciudades. Nuestras vidas están estrechamente ligadas a la agricultura. Está cubre automáticamente una de las necesidades básicas de nuestras vidas”.
Qué vamos a recibir, se preguntan dos niños que están ayudando a sus padres. Muchos de los productos se intercambian, pero otros sirven de alimento en ese momento.
Dando y recibiendo: una familia con tomate y puerro, esperando a que llegue la próxima persona para trocar.

Texto: Romano Paganini

Fotos: Alejandro Ramírez Anderson

*Artículo publicado en Mutantia

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