Por Redacción Lalineadefuego
Julio 24 de 2017
La dolarización es un tema que aparentemente no se puede cuestionar. Todos dicen que, a pesar de los costos que el uso del dólar evidentemente implica, hay que ‘fortalecer’ este esquema monetario. Hace poco pasó por Quito la Dra. alemana Barbara Fritz, economista y profesora de la Facultad de Economía de la Universidad Libre de Berlin, universidad de investigación fundada en 1948. La Dra. Fritz además es profesora del Instituto de Investigación sobre América Latina de la misma universidad. En un evento realizado en la Universidad de la Américas, UDLA, ella dio una charla sobre las ventajas y desventajas para el Ecuador de mantener un esquema monetario rígido como la dolarización.
El Ecuador es un país dolarizado desde hace más de 15 años y todavía existe debate sobre la conveniencia de usar el dólar. ¿Desde tu punto de vista cuáles son las ventajas y desventajas de una economía dolarizada?
La estrategia de la dolarización tiene la ventaja de producir una estabilidad monetaria fuerte y esto es bueno para el bolsillo de la población y puede ser bueno para la economía porque tiene certezas, es bueno también porque saca la política cambiaria de los conflictos sobre distribución de la riqueza.
¿Puede explicar el significado los conflictos de distribución?
En toda sociedad hay conflictos relacionados con la distribución de la riqueza. A pesar de las mejoras de los últimos diez o quince años América Latina es la región más desigual del mundo y, por eso, llegar a un acuerdo sobre cómo manejar la economía de un país latinoamericano no es tan fácil. Además, los países de la región están en una posición débil respecto a las economías de los países económicamente más estables, primero porque están especializadas en bienes primarios y segundo porque toda clase de economía política tiene impactos distributivos. Por ejemplo, si se sube la tasa de interés esto no solo significa menor crecimiento, menor inversión y menor empleo sino, al mismo tiempo, mayores ganancias para los rentistas.
¿En los conflictos distributivos la falta de un fuerte sector sindical, organizado, puede ser un factor negativo?
Claro, la ausencia de sectores bien organizados como los sindicatos puede complicar la negociación sobre cómo manejar la economía. Por desgracia en una economía que depende sustancialmente de los recursos primarios es más difícil llegar a un buen nivel de sindicalización.
Hablaste de la certeza y estabilidad que conlleva la dolarización pero ¿hay desventajas de no contar con una moneda propia?
La desventaja es que hay menos disponibilidad de instrumentos de economía política, que por ejemplo pueden ser usados para favorecer a los sectores más pobres, y a la vez hay menos espacio para estimular el crecimiento o mantener un tipo de cambio que sustente un cambio productivo: la tasa de cambio es muy relevante en ese sentido.
Usar el dólar implica la necesidad de atraer divisas. ¿Esto puede tener impactos en las políticas productivas no estrictamente económicas, en políticas industriales y agrícolas? Por ejemplo, hemos visto que el gobierno está favoreciendo la agroindustria por sobre la producción de los pequeños agricultores y la economía campesina-indígena debido en cierta medida a la necesidad de exportar y recibir dólares.
Hay dos clases de políticas económicas, las de macro economía –monetaria, fiscal, de cambio– y las de políticas sectoriales como las industriales, agrarias sociales, estas también son políticas económicas. Con la dolarización, el espacio para esta segunda clase de políticas es también reducido debido a que están siempre subordinadas a la necesidad de atraer divisas. Pero no debemos exagerar el problema de la dolarización porque si vemos la situación de los agricultores de los países de América Latina que no están dolarizados, es evidente que no se encuentran en condiciones mucho mejores. Entonces no podemos echar toda la culpa a la dolarización. Hay otros intereses en juego.
La diferencia en la actualidad es que la caída de los ingresos de casi todos los países que dependen de la explotación de recursos primarios, está obligándolos a buscar otros productos para exportar. Y en la mayoría de casos de los países de América Latina estos productos son agrícolas.
En este sentido, el problema para Ecuador y su economía dolarizada es que Perú tiene una estructura de exportación parecida pero tiene la ventaja de poder devaluar su moneda y ofrecer a sus productores mejores condiciones de exportación. Ecuador, en cambio, no tiene la capacidad de ajustar su tasa de cambio entonces se ve obligada a buscar otras opciones.
¿Esto sugiere una relación directa entre el uso del dólar y la firma de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea? Estoy pensando por ejemplo en el caso de los países vecinos, Perú, que ya mencionaste, y Colombia que también ha devaluado fuertemente su moneda, dando así a sus exportadores de flores y banano, por ejemplo, una tremenda ventaja.
Sí, sobre todo cuando los precios de las ‘commodities’ y el flujo de inversiones están deprimidos. En este momento hay una relación directa. Si no puedes devaluar estás más dependiente de acuerdos comerciales por la falta de instrumentos económicos como el cambiario.
Mencionaste la idea de una desdolarización informal. ¿Puedes explicar de qué se trata?
Se ha mostrado que aquí en el Ecuador se han aflojado en los últimos años algunos de los fundamentos teóricos de la dolarización, es así que las reservas internacionales del país deben ser iguales a las reservas combinadas de los bancos privados y el Banco Central, cien por ciento. Este es un principio básico, una forma pura de la dolarización, cien por ciento. Pero cuando salimos del mundo de la teoría y vamos al mundo real encontramos desviaciones de las más variadas. Y en ese sentido Ecuador no es el único caso.
Lo que hizo Ecuador, fue aflojar la regla de la cobertura de cien por ciento de las reservas internacionales en el Banco Central y el fisco, y el gobierno se endeudó con el Banco Central sin que este tenga suficientes reservas para hacerlo. No es una salida informal de la dolarización sino una dilución de ella.
Esto representa una forma ‘informal’ de abrir espacios de maniobra económica dentro de un esquema monetario rígido.
Sí, exactamente. En el mundo real muchas cosas son posibles que no lo son en el mundo teórico.
En el mundo real de un sistema como la dolarización ¿la única opción para estimular la economía de un país dependiente de sus exportaciones es déficit fiscal cuando la economía entra en una fase difícil, es decir, la caída de los precios de los bienes primarios?
Un déficit fiscal a través de un déficit externo, lo que implica más deuda o mayores exportaciones o mayor nivel de remesas, pero el problema es que cuando hay una deuda externa mayor, un día se la tendrá que pagar. Y no puedes seguir contratando deuda nueva para pagar la vieja, es una variedad de esquema ‘ponzi’, a menos que estos nuevos préstamos se contraten con tasas de interés más bajas que las anteriores.
Lo que hemos visto aquí es que el gobierno anterior apostó por limitar el daño de la recesión económica a través de medidas contra cíclicas, sobre todo obras de infraestructura, esperando que en el mediano plazo la economía va a recuperarse y así contar con suficientes ingresos para pagar la deuda. Es una clase de Keynesianismo. ¿Esto es bueno o malo?
En principio utilizar una política anti-cíclica estilo Keynes es bueno y muchos países hicieron exactamente eso en los años después del ‘crash’ del 2008-9. El problema es que en una economía dolarizada, formalmente eso no es posible, o si lo haces es a costo de deuda externa. Y acumular deuda externa y contra el Banco Central es, como dices, una apuesta, una apuesta contra el futuro, y una apuesta que puede tener éxito, o no. No sabemos, por ejemplo, en que va a quedar el precio de petróleo. Es un factor importante, el precio de petróleo es muy inestable y no hay como saber. No me arriesgo a predecir el futuro, los economistas no somos buenos para predecir.
Siempre hay la posibilidad de salir de la dolarización, pero no está en debate, nadie quiere hablar de ello. ¿Es factible, recomendable o los costos serían muy altos?
No conocemos los costos, sencillamente porque no solo es difícil pronosticar sino que no existen ejemplos históricos. No existen países que tenían su propia moneda entraron en una unión monetaria como por ejemplo la del Euro, para luego salir y recrear su moneda nacional. No existe un solo caso.
Argentina mantenía un esquema de convertibilidad, pero luego salió de ello. ¿El caso no nos ofrece ninguna pista?
Si, claro. Sin embargo, la dificultad en usarlo como ejemplo es que Argentina tenía la ventaja relativa de no necesitar re-establecer una moneda nacional, en comparación con Ecuador. Además, Argentina estaba claramente sobre-endeudada e insolvente.
Aunque no existen casos parecidos, ¿podríamos por lo menos hacer un cálculo bruto respecto a los costos de re establecer una moneda propia?
Sí podemos especular respecto a los costos, pero sería especular, nada más. Uno de estos sería, que para reestablecer una moneda nacional no habría sentido en hacerlo a uno por uno con el dólar, sino con una devaluación. Esto significaría que los salarios valdrían menos vis a vis con el dólar. Por eso, en el primer momento no sería una medida económica progresista. El lado positivo es que se podría fomentar el empleo y las exportaciones para luego incrementar los salarios. El segundo aspecto es si la gente va a confiar en una nueva moneda nacional.
Imaginemos, por ejemplo, que un trabajador recibe su sueldo en, digamos, nuevos sucres, y gasta sus sucres, porque en realidad no va a tener opción. ¿La pregunta clave es si ese trabajador va a depositar sus nuevos sucres en el banco, va a ahorrar en sucres? Y si existe una resistencia a ahorrar en nuevos sucres, las empresas nacionales no van a poder endeudarse en esta nueva moneda nacional, tendrán que salir al exterior para endeudarse en dólares, lo que crea una vulnerabilidad. Será distinta a la de la dolarización, pero de todas formas será una vulnerabilidad.
Me imagino que ahora el sector privado ya está bastante endeudado en dólares y una nueva moneda devaluada les va a afectar de forma negativa.
Esa es otra cuestión. Tanto el sector público como privado experimentará lo que se llama un ‘currency mismatch’, es decir, una subida del valor de su deuda en la nueva moneda nacional. Y en el primer momento esta será una situación muy complicado para ambos.
Es decir que mientras todos tienen deuda en dólares dependerían de ingresos en moneda nacionales. Los que perderían serían las empresas importadoras.
Sí y las que producen para el mercado nacional.
Hay otras aristas de la dolarización no consideradas:
1. Sobre la “dolarización diluída” es decir tomar prestado al Banco Central de las reservas de los depositantes es una estafa muy parecida al feriado bancario.
2. Desdolarizar aparte de lo díficil conlleva un tema de poder, es darle poder a un gobierno corrupto y derrochador para devaluar sin compasión la moneda.
3. Si bien es cierto que los precios del petroleo son dificiles de predecir, se sabe que sólo a un plazo muy largo subirán, por tanto para lo único que han servido las obras de infraestructura es para endeudar al país y aceitar la corrupción.