Las políticas públicas ecuatorianas carecen de respuestas suficientes ante las preguntas que les plantean la movilidad humana, en general, y la de niñas, niños y adolescentes “no acompañados”, en particular. Más aún: los esfuerzos de la sociedad civil que intentan brindarle asistencia, orientación y estímulo a este grupo humano son, todavía, pocos y dispersos. En entrevista con el técnico de atención en movilidad de Danielle Children´s Fund, Diego Poma, abordamos los aspectos específicos de la migración venezolana hacia el Ecuador.
Este año escolar ha sido diferente a los demás en toda la historia de la educación nacional. No solo se desarrolló completamente en línea debido a la pandemia, sino que todas las instituciones educativas debieron adaptar –o intentarlo– sus currículos a la virtualidad.
¿Qué deja esta experiencia académica de interacción escolar a través de una pantalla, a las niñas, niños y adolescentes, más allá del encierro y la falta socialización con sus pares?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2018, alrededor de 5,3 millones de niños menores de 5 años murieron en el mundo, aunque la mayoría de esas muertes pudieron evitarse. Las infecciones respiratorias agudas, aún antes de la pandemia de covid-19, causaban alrededor de 3 millones de muertes anuales en el mundo, en todas las edades. Las enfermedades diarreicas eran responsables de aproximadamente dos millones de defunciones; mientras que la malaria se llevó a 405.000 personas.