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jueves, noviembre 21, 2024

ALGUNOS APUNTES EN LA MARCHA DE LA COYUNTURA. Por Margarita Aguinaga Barragán[1]

Margarita Aguinaga Barragán 16a4444

EL ESTREMECIDO CAMPO DE LA DOMINACIÓN

a.– Por un lado, el proceso de la revolución ciudadana ha generado, por medio del Estado, la unidad de un sector empresarial de la clase dominante, con el Gobierno de Correa. Eso implica más bien, un asentamiento de la propuesta de Correa del “capitalismo moderno”.

Un gobierno de clases medias y pequeño burguesas, asumiendo su cambio hacia clase dominante. Por ello, la ley de las herencias y la plusvalía, es decir, se acumula extrayendo de las mismas clases dominantes para erigir a una de ella. Eso para nada implica un empobrecimiento de los grupos económicos de mayor concentración, sino un ejercicio de “redistribución capitalista” a favor de una fracción que está impulsando el actual proyecto hegemónico.

Gobierno aliado a los grupos empresariales que como indica Pabel Muñoz tratan de invertir en el país para modernizar al capitalismo. Solo que este acuerdo, no existe ahorita, sino es un acuerdo establecido al inicio del gobierno de Correa.

Se requiere invertir en grandes cantidades para dar el paso hacia la matriz productiva y la deuda externa con China, no es suficiente. Así como el control, desde el Estado, de la competencia entre capitales y la liberalización económica como premisa que motive la transformación productiva, es una orden prioritaria.

El grupo correísta que dirige desde el gobierno, ha consolidado su vocación dominante y hace parte de los grupos dominantes, de la clase capitalista. El Estado no deja las cosas inmóviles, transforma a quienes dirigen a favor de los proyectos hegemónicos o en contra de ellos, desde los distintos lugares en que cada quien se encuentra.

Lo que se llamaría el fenómeno de los capitales emergentes a nivel mundial, es lo que Correa está haciendo en Ecuador, generando, invirtiendo y promoviendo esos sectores del capital desde el Ecuador para anclarse a ese capital “emergente”, dirigido desde fuera, que conduzca la modernización capitalista.

La declaración abierta de Pabel Muñoz de impulsar el capitalismo moderno, quitándose el disfraz de revolucionario socialista es un claro llamado a estos sectores para construir la unidad de clase necesaria que continúe sosteniendo a este gobierno.

El debilitamiento del gobierno por las movilizaciones, es obvio y hasta hoy día no para.

Ahora bien, “debilitamiento del gobierno”, entre comillas, es decir, es real, existe un desgaste fuerte del gobierno por la lucha social acumulativa. Por un lado, por la presión de la misma derecha –no sé si cabe la denominación de neoliberal, así a secas; y, por la movilización popular de los sectores sociales.

Tal como lo ha dicho la CONAIE y los movimientos sociales, estos sectores del capital simpatizan con los grupos emergentes vinculado a los capitales transnacionales no solo chinos, no serán capitales nacionales autónomos ni podrán construir una matriz nacional propia, pero van generando una vinculación a la dinámica internacional de la globalización en curso.

La fase de la aprobación de las leyes, muestra claramente, que el andamiaje político jurídico necesita el sujeto que impulse las transformaciones, el Estado ya cumplió con una parte de la reforma política, ahora precisa el motor de esa lucha que es la clase dominante y que sea capaz de impulsar ese proceso material de cambios. La fusión entre el Estado y los capitales emergentes, ese es el paso que Correa está dando, con o sin diálogo nacional, pero que no muestra una correlación de fuerzas claramente a su favor para hacerlo.

Esa fusión es gran parte en la disputa entre el gobierno y la derecha de Lasso, Nebot y Rodas.

La fortaleza del gobierno de Correa sigue estando allí, no solo en el apoyo popular con el que contaba. Para decirlo de manera más cruda, el apoyo popular para este tipo de procesos, se ha ido convirtiendo en secundario, pretexto o el espacio de la manipulación o el sentido que la da un matiz ideológico populista a la “revolución ciudadana”. En tal caso, “lo popular”, es el espacio para la acumulación electoral y la reproducción de la ideología correísta.

Gran parte del pueblo ha sido sometido nuevamente al poder del Estado, pero lo cierto es que otra parte se niega a ese sometimiento.

La fusión entre los ideales de la clase emergente y los ideales del Estado, hacen la dominación. En ese mismo punto la crisis juega su papel y el desgaste del gobierno también. Y de ahí mismo resurge la recomposición de la derecha, no en la crítica popular al correísmo. Así es posible la reproducción espontánea y organizada del capital en la sociedad. Eso es claro. Allí está la apuesta del gobierno. Y las clases en emergencia, están abiertas a ese diálogo, pero también allí esta una de las trabazones principales.

Como decía Marx, el Estado es político para ser economía al mismo tiempo, Gramsci completó este papel dimensionando el sentido de cultura que cobran esos procesos, eso es lo que está procesándose, la dirección política del capitalismo moderno y la transformación económica necesaria de las relaciones sociales de producción, no solo la matriz productiva, comandada por el Estado.

Correa por medio de su gobierno trata de generar esas síntesis, sin embargo, esas síntesis no es plana, no es ni será sin conflictos, al contrario, los conflictos van a ser la base misma de la síntesis que dé cuenta de la conformación del capital “emergente” transnacional. Y que incluso en el momento actual, puede ser que Correa ni alcance a llevar a término su revolución ciudadana, y si lo hace, no será imponiendo su línea solamente.

Un modelo mixturado, no sé, cuán hibrido o no, dependerá del resultado de la lucha social.

Y será en medio de toda la conflictividad que eso implica, tal como ocurre a nivel internacional: crisis civilizatoria, movilizaciones, cambios de gobierno, represión, conflictos regionales, tensiones culturales, etc.

Esa es la tendencia en América Latina, se puede revisar la historia brasileña de los últimos 10 años y se verán algo similar, a su propio estilo y con una capacidad de dirección regional e internacional distinta al modelo ecuatoriano, pero también muy semejante.

El capitalismo emergente versus el capitalismo más neoliberal, enfrentados en las calles, mas al estilo de una lucha civil que militar, hasta ahora. ¿Qué dimensión tome la lucha en la calles?… En la historia ecuatoriana, los enfrentamientos entre grupos poderosos de las clases dominantes, han llevado grande procesos de violencia entre si.

Hay que ver si el sector vinculado al “capitalismo emergente” quiere sostener a Correa. Sino será otro quien represente estos intereses, solo que no cuentan con representante propio mas allá de Correa. En principio si los indicadores de Cedatos son reales, el gobierno tiene oportunidad para volver a ser elegido. La primera opción es sostener a Correa. Pero para eso deberá quitar las leyes de la herencia y la plusvalía. Y debilitado, hasta dónde podría sostener un proceso de cambios. Ecuador no es Venezuela.

Si con todo y eso, la derecha sigue movilizada, y los movimientos sociales también. Pero sobre todo, si la derecha quiere el gobierno, pues es posible la caída de Correa y un pacto de este sector del capital que lo respalda, aliado con alguno de los representantes más cercanos y ese podría ser Rodas o Lasso.

Correa debilitado, también le conviene a todo el mundo.

b.- El sector dominante financiero, está en clara lucha de poder. Esta movilizado por la defensa de sus ganancias, del poder económico acumulado y la rapiña que conlleva. Este capital ha crecido tanto estos últimos ocho años, que nada tendrían que reclamarle al gobierno ni modernización capitalista de la que asquearse.

Allí hay un acuerdo histórico y un objetivo que les junta a todos los ricachones de este país. Pareciera que es el Estado el que presiona a las clases y no al revés, pero no es cierto, pienso que la dinámica es de ida y vuelta, las fracciones de clase presionan por la modernización capitalista y el Estado, cuando tiene que hacerlo presiona también por esa modernización capitalista.

c. Entonces ¿cuáles son los rollos de las discrepancias entre las clases dominantes?

  • ¿Quién dirige el Estado, el gobierno y quién representa a la sociedad?. Allí se deben colocar las tensiones entre canales de TV y el gobierno, entre regiones del país, entre alcaldes de derecha que se movilizan o llaman al diálogo, etc.

El Estado es represivo no solo para las organizaciones sociales, sino para hacer cumplir ese papel de unificación de los intereses dominantes de las clases, ese papel, se lo realiza por sobre todos los que acepten y se nieguen, tal como ya se ha explicado en varios escritos de quienes afirmaban que este era un estado tipo bonapartista. Y lo hará persuadiendo o imponiendo.

La disputa electoral es parte de este proceso.

  • Las ganancias y los niveles de rearticulación que conlleva el proceso de modernización capitalista a nivel global y nacional. ¿En qué proceso de globalización va a quedar inserta la reproducción social y las ganancias de los grupos monopólicos que operan en el Ecuador y quiénes obtendrán las mayores ventajas?.

Si, está en disputa el proceso de dirección de la modernización capitalista. A mi parecer ni la una fracción de clase ni la otra van a regresar al neoliberalismo. ¿Por qué los van a hacer si con este proceso mixturado han ganado tanto?. ¿Por qué no van a disputarse el otro proceso en curso si ofrece ganancias y poder que precisa ser rivalizado?.

O acaso estos grupos no han ganado de los ingresos del PIB basado en la extracción petrolera y la inyección de dólares, o acaso estos grupos no están siendo beneficiados con la tremenda deuda externa con China y el TLC con la UE.

Es ser muy ingenuos pensar que Correa ha beneficiado solo a una fracción de clases. Todas las leyes aprobadas desde hace tres años hasta ahora, lo verifica. Además porque la modernización en curso necesita ingentes inversiones y movilizadas de todas las formas de capital posible, fusiones, cambios y competencia acelerada. Eso es reproducción del capital y quien logre afianzar su poderío es quién mas acumula.

Esa presión obligada a la inversión y asumir los objetivos de la modernización capitalista en un sentido común, es lo que enfrenta a estos grupos con Correa, no solo que él no pertenezca a la estirpe de la clase dominante. Porque en esas tensiones con el Estado, los capitales son estimulados, regulados, cooptados, reinvertidos, no siempre a tono con todas las exigencias del capital financiero o del capital productivo.

Por el otro lado, tampoco quieren abandonar completamente el neoliberalismo porque también este les permitió ganancias importantes.

Sin embargo, lo “nacional” es por la dinámica global, es que hay una dinámica internacional que se impone, todavía a nivel mundial el proceso promovido por un lado, por EU y la UE, y por el otro lado, por China y los países emergentes, no ha resuelto la disputa entre estas tendencia globales, justamente es el sentido de la unificación de la clase dominante a partir de un proyecto hegemónico que se impone a todas la sociedad. Hay que recordar que el neoliberalismo atraviesa una crisis peor que otra, pero China muestra una ralentización de su economía, importante.

Más parecería que se encuentran y se desencuentran.

También la dinámica global se va a agudizar, eso está claro.

La globalización neoliberal ya no es la unidad de clase hegemónica de la dominación mundial, no solo porque exista China y Rusia, las crisis han mostrado, que si bien es cierto, el nivel de acumulación requerido por ese capital financiero ha sido inmenso, otros sectores dominantes han elegido el capital empresarial industrial y están mutando haca allá. Los pactos comerciales entre la UE y China y Rusia, muestran esa tendencia.

Tampoco podemos olvidar el factor espontáneo, digamos incluso caótico del capital, cuando cumple sus ciclos se transforman en las pujas, a veces no encuentra su “otra forma histórica”, pero sigue su pujanza hasta lograrlo. ¿Cuál será esa otra forma global?, no sabemos, pero el neoliberalismo, no es. Desde mi punto de vista el neoliberalismo, está en proceso de transformación hacia otra fase del capital, hacia otra forma de globalización.

Los grupos “nacionales”, están en medio de ese proceso, tiene que elegir entre esas competencias y allí se gana o se pierde, se acumula o se desacumula, desde el punto de vista capitalista y desde el punto de vista de peso económico. La economía ecuatoriana es muy pequeña para decidir, debe alinearse.

Sin embargo, alinearse en una situación internacional como la que está planteada, es un proceso de lucha y de cambios, y de crisis políticas profundas.

En el Ecuador si bien, el gobierno se ha abierto a capitales chinos, tampoco ha dejado su relación con EU y la UE. Ha jugado a los dos lados. Pero es claro, por lo menos ahora son directos, quieren ser más explícitamente parte de los “capitales emergentes”.

También los banqueros han jugado a los dos lados, pero, tienen dificultades con el modelo redistributivo si les medra ganancias.

A nivel global, lo que representa EU, la UE, los BRICS, aun siendo expresiones del capital, van a entrar en un proceso similar al ecuatoriano y latinoamericano, van a tener que definir que tendencia de “desarrollo capitalista”, en medio de un proceso de lucha como la de un ring o de guerras comerciales o militares, hasta ahora regionales; el desenlace lo veremos en los siguientes diez años.

Hay dos globalizaciones en curso, pueden ser variantes del mismo capitalismo, sin embargo, son tendencias de poder y luchas por la unificación de clase que se pelean por fuera de las fronteras nacionales, pero requieren la hegemonía de las regiones del mundo. Por decir, la crisis energética, es uno de los aspectos más sensibles y que no está resuelto, La apropiación de los recursos renovables y no renovables, etcs.

La conformación de un Estado mundial como forma de unificación de clases, es lo que nivel global, también está en disputa. Y ninguno de los bloques sabe bien aún como lograr ese poder y capitalizar a su favor, todo el enriquecimiento, por ahora, mantiene adhesiones a sus bloques de poder, de las economías posibles.

Mientras tanto, los gobiernos como el ecuatoriano, tratan de afinar una unidad de clase dentro de sus fronteras. Sin poder finiquitar esa lucha, no solo porque a nivel nacional, haya un impacto de la crisis ni existan todas las disposiciones internas, sino porque hay un factor externo, que no es cualquier factor, que condiciona impresionantemente la resolución de esos conflictos.

Desde que existe la globalización capitalista, ninguno de estos grupos económicos decide solito como va a dirigir su “propio” capital.

En tal caso, el gobierno de Correa, no está solo, tiene sus vínculos de clase en proceso de consolidación, y cuenta con el beneplácito de estos sectores “emergentes”, dentro y fuera del país.

Las Fuerzas Armadas, estarán muy atentas a este proceso de reunificación o desestructuración de clases para tomar sus decisiones.

  • Luego, el gobierno también quiere recuperar la relación con las masas, dónde siente que ha perdido espacio político, porque además su modelo de modernización, tiene este componente, la presencia social, como recursos ideológico y como componente subordinado a la modernización del capitalismo. En esa relación encuentra uno de los elementos para esgrimir la necesidad de “redistribuir algo de la riqueza” del capital, para eso trae al Papa, además de consolidar un patriarcado a tono con su propuesta de paía.

Además, lo “populista”, es un argumento fuerte para presionar a los demás sectores de la sociedad para lograr captar algo de la acumulación del capital, para consolidar su hegemonía.

El “diálogo nacional” y la venida del Papa, son para eso, es ingenuo creer que el Papa no sabe que viene a eso, a reforzar la ideología correísta.

Para ello, integrarán sectores necesitados de política pública, entregarán ciertas ayudas, firmarán lo que necesiten firmar, pero la línea central que es la modernización capitalista, no se moverá, entonces el diálogo es una farsa. Las redes clientelares se han fortalecido, pero también se han debilitado, el Estado muestra sus límites en la redistribución de la riqueza y en su incapacidad democrática.

Pero el pueblo, es justamente la codicia forcejeada de la derecha. No solo por los votos, sino por todo lo dicho anteriormente. Estos grupos: Lasso, Nebot, Rodas, han motivado la movilización popular, ha ido “a la cola” de los movimientos sociales, hasta el 19 M, que se percataron que los movimientos sociales tiene su propia capacidad de acción política y fue creciendo. Entonces se han desmarcado y quieren capitalizar la movilización, quieren asumir ese proceso de descontento y representar a los sectores populares.

La calle se ha tornado un espacio esencial de resolución de conflictos, para todos los grupos sociales. Y así será, con mayor o menor beligerancia, dependiendo de que vaya pasando con las transformaciones sociales en curso, la calles mostrará el potencial del poder acumulándose.

  • Por otro lado, sectores financieros de la clase dominante que están luchando porque no se toquen sus ganancias, las mismas que el gobierno le ha permitido en los últimos ocho años de su gestión. El conflicto no es que este gobierno no ha permitido el enriquecimiento mayor, sino, que al lograr imponer una ley de herencia y de plusvalía, el gobierno, se hacía clase dominante por medio del Estado para forzar el dinamismo de la economía que favorezca su modelo de “crecimiento productivo”.

Es bien conocido por los medios que las limitaciones provocadas por las salvaguardias, están obligando a los sectores empresariales a moverse.

Es decir, el Estado está para acordar y para imponer los acuerdos, está para forzar a las clases a salir de su conservadurismo si es preciso: invertir fuera del capital familiar, invertir en procesos productivos en el país, competir a escala internacional, así como acentuar conservadurismos de todo tipo, sexuales, religiosos, económico, políticos, etcs.

Estos grupos económicos, aún no están completamente complacidos con la propuesta de modernización del capitalismo promovida por Correa, como ya se ha explicado, viven una mixtura por opción y por obligación. Es tal el nivel de poder económico que logró que inclusive no acepten la intromisión del Estado que no sea con su consentimiento. ¿Acaso esa no era una característica rapiña del liberalismo privatizador de los noventa?.

Como fuere su vocación es recuperar el poder de representación política, competir por el Estado.

  • Luego de la ley de Justicia Laboral y el Reconocimiento del Trabajo del Hogar.

Luego de aprobada esta ley, la competencia por la mano de obra, por la fuerza de trabajo para el capital es de la primera fuentes de poder a la que acceder. La crisis y otros factores como la ralentización de la economía, muestran que la ganancia no saldrá sino de la explotación, de la extracción de la fuerza de trabajo masculino y femenino, la intensificación de lo que sea capaz de producir y la base misma de la ganancia del capital.

Esa ley ahora lo permite. Operó la división sexual del trabajo y de la vida necesaria para la reproducción del capital.

El grupo a fin a Correa o viceversa y la derecha “encolerizada”, están disputándose quienes harán efectiva la modernización del capital con una mano de obra barata semi-regularizada.

El Estado, no cuenta sino con fuerza de trabajadores públicos para continuar con su lógica política, la empresa privada es la que más empleos genera. La última ley formalizó la fuerza de trabajo a contrato fijo sobre todo para los trabajadores de la empresa privada.

Entonces el proyecto de modernización se ha vuelto un gran pastel que disputarse y el factor de acumulación de capital necesario para crecer y tener poder, es también el acceso a la mano de obra precisa, pero todo pastel necesita de un buen vino y por eso el Estado, se ha ido convirtiendo en un máximo botín.

REENCUENTRO DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES MOVILIZADOS

Las marchas vuelven a mostrar desde los movimientos sociales varios aspectos importantes:

a.- A diferencia de otros momentos de tensión en que la amenaza de caída de un gobierno o su débil continuidad ha estado presente, los movimientos sociales, que casi siempre han participado, no siempre han logrado articular un proceso de diferenciación marcada con el conjunto de la movilización en disputa.

En esta ocasión, me parece importante este logro.

Por un parte porque la misma derecha se deshizo de la convocatoria del FUT y de los movimientos sociales, pero por otra parte, porque, la convocatoria lograda en los últimos años por este sector ha ido cobrando mucha importancia.

El Fuera Correa, no es propiedad solo de la Derecha, ha sido una consigna aglutinadora del descontento policlasista, en que lo popular ha estado presente tanto como la clase media y los sectores dominantes descontentos.

b.-La citica, la movilización y el cuestionamiento al gobierno. Ha sido un claro aglutinador, pero que asumiendo su lucha sin la derecha, tiende a verse de mejor forma, el re-aparecimiento de un proceso aglutinador militante del campo popular.

c.- El relanzamiento de los movimientos sindicales y la alianza con el movimiento indígena y otras organizaciones populares.

d.- Me parece que la protesta de los movimientos sociales, en está ocasión denota otros aspectos interesante que en los procesos tan convulsionados de 1997, 2001, 2006.

Y es que este sujeto popular de la rearticulación está en proceso de encuentro político. Entre los urbano y lo rural, entre aquello que representa el mundo del trabajo urbano proletarizado y el trabajo agrícola empobrecido.

La junta entre indígenas, campesinos trabajadores, ecologistas, organizaciones sociales, digamos que recién empieza y que si se logra enfrentar varios aspectos de la crisis de los movimientos sociales, podría resultar un movimiento urbano, indígena popular muy potente.

La movilización popular y el campo de la unidad popular. Hay un proceso de reorganización social, un acumulado de movilización logrado y un proceso de cuestionamiento al gobierno, sobre todo en torno a las leyes que han expulsado a sectores sociales y han afectado a la población con procesos de desigualdad.

Las leyes de todo tipo, el impacto de la crisis, los cuestionamientos al modelo económico, los rechazos a los niveles represivos del Estado.

Y en lo urbano, hay que recordar que la crisis de los movimientos urbanos, barriales y sindicales fue muy pero muy dura. Esta inicial recomposición es vital, puede permitirnos relanzar un proceso que pueda plantearse como un cuestionamiento no solo a la forma injusta de redistribución de la riqueza,, sino llegar realmente a asumir un proceso de lucha en contra de la modernización del capitalismo, en sus distintas versiones.

En las movilizaciones de estos últimos meses, la lucha por el salario, por la dignidad del trabajador y la trabajadora, la lucha por la democracia y la eliminación del autoritarismo, la lucha por los derechos humanos, en contra de los machismos del gobierno, por tierra, agua, etc., han sido fundamentales.

Y esta movilización tiene acogida, se va planteando más allá de la confrontación a Correa, pero debe mantener la confrontación a Correa. Por decir, luego de la censura y el control que el gobierno ha impuesto sobre los jóvenes de los Colegios, el Mejía, busco la manera de salir de encorchamiento y ha salido nuevamente a la movilización.

Se ha retomado la lucha por el trabajo. No podemos olvidarnos que gran parte de las convocatorias fueron a partir del cuestionamiento de la Ley de Justicia Laboral.

Es preciso repensar lo urbano no solo desde lo sindical, sino desde lo feminista, desde lo popular, desde la juventud, desde lo cristiano, desde el arte. Movimientos urbanos, movimientos políticos de izquierda, que vuelven a aparecer. Qué y cómo queremos que sea el nuevo tiempo de lucha.

En lo rural, la presencia del movimiento indígena es milenaria. Pero, también lo rural es todo un reto plantearse una reforma agraria cuando ya casi no hay tierra que repartir. Eso tiene connotaciones claras de confrontación profunda.

Y para las organizaciones feministas del Ecuador, la situación no es menos fuerte. En este escenario, es evidente que el feminismo como va cada vez más requiriendo cambios profundos. El solo hecho de pensar en pasar del reconocimiento a la lucha por la redistribución de la tierra, de la economía, de la política, del tiempo del trabajo, del poder, no se diga si realmente se quiere lograr la aprobación de la despenalización del aborto y la erradicación de la violencia, implica confrontaciones con el Estado.

Más aún, siendo leales con nuestras violetas utopías, eso del sexo es subversivo y el Estado represivo, muestra que la lucha feminista, ha colocado como parte de su disputa ideológica de quién es la propiedad del cuerpo de las mujeres, ¿del Estado, del marido, del partido, de la Iglesia o de sí mismas?.

Pero el proceso de lucha de género va a ser complejo, va a ser como ya sabemos, en todos los ámbitos demostrar que nuestra lucha no es de segunda instancia, seguirá siendo una gran y larga batalla política. Por qué la pregunta será dicha, acaso no es tan importante la lucha por la propiedad de la tierra, del agua, como la lucha por las mismas mujeres por la propiedad de su cuerpo o por desprivatizarlo?. ¿Acaso la lucha por la justicia laboral y la justa redistribución no es tan importante como eliminar la carga global de trabajo de las mujeres y el reconocimiento a todas nuestras formas de trabajo?. ¿Acaso es solo el Plan Familia lo que nos genera inconformidad a las feministas y a las mujeres?.

La Revolución ciudadana ha hecho gala de un profundo impulso al patriarcado, afectando y generando retrocesos y ahondan procesos de violencia hacia las mujeres ecuatorianas. Si hay ciertos aspectos positivos que reconocer, pero sobre todo la profunda virulencia y ataque misógino a lo que representan los feminismos.

EN TODAS LAS MOVILIZACIONES HA EXISTIDO LA PRESENCIA DE ORGANIZACIONES FEMINISTAS, MANTENIENDO UN CRITICA CLARA AL GOBIERNO, PERO EN VARIOS SENTIDOS. NO RECONOCERLO SERÍA AUTOINVISIBILIZARNOS.

HEMOS FEMINIZADO LAS CALLES, PERO FALTA DARLE MÁS FORMA Y FUERZA A NUESTRAS DEMANDAS FEMINISTAS.

La junta entre la lucha feminista, anti-patriarcal y anti-capitalista, la hemos vivido de varias formas y en varios momentos de la historia en el Ecuador. No estamos huérfanas de historia, pero ahora hay otros aspectos que hilar.

Sin embargo, la crisis del campo popular es como profunda, pero lo más complejo será demostrar que el campo de la revolución es ser una alternativa de vida para la humanidad y el planeta.

De todas formas la coyuntura no termina…habrá que revisar este apunte a la luz de lo que pase con el gobierno y las movilizaciones.

[1] Socióloga, feminista ecuatoriana.

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