Marzo 14 de 2017
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el país se acercan y es quizás un buen momento para aportar con una lectura crítica sobre algunos ejes claves para la sociedad. En ese sentido, más allá de lo que discursivamente aparece en las ofertas de campaña del candidato por Alianza País, Lenin Moreno, consideramos que lo central es revisar lo que ha significado el proyecto educativo del actual gobierno en la última década.
Está breve reflexión sobre el modelo educativo de la Revolución Ciudadana es una colaboración en diálogo entre María Clara Osejo y Armando Muyolema, docentes y educadores comprometidos con la educación pública e intercultural bilingüe, con edición y complemento del texto de Alejandra Santillana. Lo que aquí se presenta recoge también los importantes aportes que a lo largo de estos diez años han elaborado y sostenido las organizaciones de educadores[1], de estudiantes secundarios y universitarios[2], y del debate al interior del movimiento indígena[3]. Esperamos que sean insumos útiles que aporten al debate actual.
- El correísmo creó algunas Unidades Educativas del Milenio, UEM, y las promocionó como modelo de institución educativa pública desde el Nivel Inicial hasta el Bachillerato. Esto implicó inversión en infraestructura para la construcción de las UEM, reformas curriculares para el nivel inicial (2014) y una última reforma en 2016 para otros niveles. A breves rasgos, cuando no se sabe mucho de lo que estas medidas implican para estudiantes, docentes y familias, parecen decisiones políticas acertadas. Sin embargo, luego de una década, han implicado el cierre de las escuelas comunitarias y de Educación Intercultural Bilingüe y por tanto han significado que lxs estudiantes tengan que recorrer grandes distancias para acudir a la escuela, aumentando para las familias, el gasto en transporte además de la inseguridad a la que están expuestos los wawas.
- La Constitución reconoce y garantiza la interculturalidad como principio rector de la sociedad ecuatoriana y la educación intercultural como parte sustancial del modelo educativo (artículos 29, 343, 347), posteriormente la educación intercultural estará definida en la Norma Suprema (artículo 57) y en la actual LOEI (artículo 87 y 92). Este logro en el ámbito jurídico, debe comprenderse como parte de un largo proceso de lucha del movimiento indígena ecuatoriano que recoge experiencias vitales y avances en el reconocimiento de la EIB como parte del sistema educativo nacional.
- Sin embargo, en estos diez años de Revolución Ciudadana, el sistema de EIB ha sido desmontado por el actual gobierno (desde 2012) y luego de las deliberadas políticas públicas implementadas por el Ministerio de Educación, ha desaparecido. La interculturalidad se ha convertido en un discurso que diluye los elementos duros de las culturas y sirve para encubrir un proceso feroz de homogeneización cultural, supresión de las lenguas y saberes indígenas y de construcción nacional. Que el candidato de Alianza País a la presidencia Lenin Moreno, señale como parte de su campaña: que si gana iniciará una “profundización de la interculturalidad”, es parte de la retórica del actual gobierno que se ha dedicado durante una década a reducir y desaparecer este enfoque presente en la Constitución de 2008. Para muestra, el ministro Peñafiel en plena campaña, firma un acuerdo que expide “los currículos nacionales interculturales bilingües de las nacionalidades”. Después de una década de reforma educativa, el actual gobierno aborda la problemática de “los currículos”, pero nuevamente abandona la posibilidad de construir un plan integral sobre interculturalidad, que incluya materiales y recursos educativos.
- Se ha establecido un régimen de evaluación a la que nos sometemos los y las docentes, basado en un sistema de pruebas “de base estructurada” que como todo examen de ese tipo, tiene grandes limitaciones técnicas pues evalúa conocimientos de forma memorística y pretende condicionar la estabilidad laboral a través de esta medida inconsulta.
- El gobierno no solo disolvió la organización histórica gremial de lxs docentes, la Unión Nacional de Educadores, a la par que judicializó a dirigentes, si no que convirtió al magisterio en un espacio para la clientela de AP. Esta estrategia tuvo como eje un manejo antojadizo de la contratación de docentes sin respetar los concursos de méritos de oposición que la misma autoridad educativa creó.
- En materia de educación sexual, en estos diez años ha existido una falta total de políticas públicas para abordar y disminuir el embarazo adolescente, tanto la educación sexual y el abordaje del consumo de drogas como problemas de salud pública han estado ausentes de una política integral: a la criminalización de lxs jóvenes (fundamentalmente de sectores populares), el correísmo ha implementado políticas ultraconservadoras y machistas como el PLAN FAMILIA.
- En suma se ha sometido a los actores de la educación pública a un constante asedio y reformas curriculares que no necesariamente tienen coherencia: lo escrito en papeles y artículos promocionales dista de la realidad de aulas atestadas de estudiantes y docentes mal pagadxs y constantemente presionados a cumplir tareas que poco aportan al trabajo pedagógico de aula o a resolver los problemas de los niñxs y jóvenes.
- Vale la pena, antes de defender la reforma educativa del gobierno, asumir una posición crítica sobe lo ocurrido en estos diez años. Más allá de las aparentes “bondades” de las promesas de campaña de Moreno, y de las “sustanciales diferencias con la derecha oligárquica”, lo hecho en esta década establece un modelo elitista, acorde a las necesidades del capital, que excluye al conjunto de actores de la educación, viola los principios constitucionales y genera las condiciones para que otro gobierno de derecha, profundice las desigualdades estructurales, esas que el gobierno jamás atendió.
Es fundamental por ejemplo, que revisemos lo que los distintos mecanismos del gobierno han significado: implementación de pruebas estandarizadas PISA, evaluación para condicionar ingreso a la universidad y pérdida de la conquista histórica de libre ingreso, congelamiento de sueldos de docentes, medidas persecutorias a docentes organizados en la UNE y cierre de la UNE, entrega de la cartera del IECE al Banco del Pacífico y crédito educativo con altos intereses, fomento de una interculturalidad funcional al modelo capitalista carente de crítica, rompimiento de diálogo con las organizaciones de estudiantes, docentes e indígenas contrarias al correísmo, eliminación del bachillerato de artes que constituía una alternativa para los estudiantes de sectores populares[4] etc.
Pensar que la propuesta educativa del correísmo es el non plus ultra de la defensa de lo público carece de argumentos sólidos y adolece de un gran desconocimiento de la realidad educativa nacional.
[1] Unión Nacional de Educadores
[2] Federación de Estudiantes Secundarios y Federación de Estudiantes Universitarios.
[3] Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador.
[4] Puntualización de Marcelo Manosalvas, Unape.