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viernes, noviembre 22, 2024

EL PUEBLO EN EL LARGO TRAYECTO DE LA LENGUA. Por Mario Unda

Pueblo” es un término cuyo contenido parece nítido, pero no lo es. Esconde o encierra en sí (váyase a saber) la diferenciación y los antagonismos de la sociedad; la diferenciación y los antagonismos de las formas políticas.

En su conocida Lógica del populismo, Laclau parte de esta constatación para un momento medular de sus reflexiones. Pero él rastrea las antinomias primero en el diccionario de la lengua inglesa. ¿Encontramos lo mismo en las lenguas latinas? La respuesta es afirmativa.¿Qué rastros son los que hallamos al buscar en la lengua castellana?[1]

Populus, oppidum, plebs

 El diccionario de Nebrija, de 1495, diferenciaba como voces distintas “pueblo de todos juntamente”, de populus, y “pueblo de menudos”[2], como plebs, plebes, vulgo: por lo tanto, “plebeyo, vulgar”, como recoge el diccionario Academia Autoridades, de 1734 (y como sigue manteniéndose hasta hoy, si bien su uso no es tan corriente[3]); y; la misma distinción aparece en el de Alcalá, de 1505.

Pero el de Casas (1570) ya muestra la dicotomía en la misma entrada: pueblo es tanto plebe como popolo, lo mismo que recogen Percival (1591) y Vittori (1609).  Palet (1604), Oudin (1607) y más tarde Sobrino (1705) incluyen la indicación de que pueblo se refiere a peuple y a nation.

Rosal (1611) se adelanta a lo que será común con el paso de los años, reduciendo el pueblo al populo latino. Minsheu (1617) recoge una doble vertiente latina: populus y oppidum. Franciosini (1620) traduce: “popolo, gente, e talvolta significa terra”. Henríquez (1679) dice que pueblo es el lugar: “oppidum, locus, caserum”; los del pueblo son “oppidani, vicini”, y la gente es “populus, plebs, vulgus”. Stevens (1706) lo liga al latínpopulus y traduce: “the populace, the people; also a town”. Bluteau (1721) pone: “povo”, la gente, la población del lugar (que a su vez es la puebla).

El diccionario Academia Autoridades, de 1737 (el primer diccionario “oficial”), recoge, por separado, las tres nociones que se han visto hasta ahora. Pueblo es “el lugar ò ciudad que está poblado de gente” y en tal significado proviene del latín oppidum; pueblo “se toma también por el conjunto de gentes que habitan el lugar”, acepción que proviene de otra voz latina, populus; pero pueblo “se llama también la gente común y ordinaria de alguna ciudad ò población, à distinción de los nobles”, y en este sentido proviene de plebs, vulgus, es “lo común del pueblo”, según el ejemplo que lo acompaña.

En forma similar se expresa (1780, 1783, 1791, 1803, 1817, 1822, 1832, 1869) el diccionario Academia Usual. Pueblo es “el lugar, ó ciudad que está poblado de gente” (Oppidum), es “el conjunto de gentes que habitan el lugar” (Populus) y es “la gente común y ordinaria de alguna ciudad, ó población, á distinción de los nobles” (Plebs, vulgus).

Lo mismo aparece en Núñez de Taboada (1825). Terreros (1788) retoma esos mismos tres sentidos y los pone así: el primero, “nombre colectivo, conjunto de muchas personas que habitan un país, y componen una nación”; el segundo, “se dice particularmente por los habitadores ó vecinos de una Ciudad” y lo deriva del latín cives; el tercero, “se dice asimismo por la plebe, ó por el vulgo, y habitadores de las aldeas, y como por contraposición á los que son nobles, ricos y esclarecidos”; y añade una cuarta, “Pueblo, se toma también por la multitud”.

Las siguientes ediciones del diccionario Academia Usual (1837, 1843, 1852) y el de Salvá (1846) retoman las tres acepciones que ya vimos, y añaden, como antes Palet, Oudin y Sobrino, “Nación, por conjunto de &c”.

Domínguez (1853) recoge y explica de este modo los sentidos anteriores: “Cualquier población en un sentido general. Sea ciudad, villa, aldea, etc.”; “El conjunto de gentes ó habitantes que pueblan un punto ó lugar dado”; “La gente común y ordinaria de alguna ciudad ó población, á distinción de los nobles”; “El vulgo”. Y abunda: “Cualquier Estado, reino, imperio, república ó país, entendiéndose por el conjunto de todas las clases que constituyen sociedad ó nacionalidad determinada, bajo la denominación genérica de pueblo”; “por est. La gran familia de la humanidad, habitadora de la tierra, el género humano”.

Populus y la mixtura del todo y la parte

 Esta mixtura del todo y la parte queda expresada así en Gaspar y Roig (1855): “cualquiera población, en un sentido general, sea ciudad, villa o aldea.- El conjunto de gentes que habitan el lugar.- La universalidad de los hab. de un territorio.- la parte más numerosa de un país, ciudad, etc. que la componen los proletarios, y los hombres que no poseen más bienes de fortuna que lo que ganan con el sudor de su frente.- Vulgo.- Nacion.- ant.: gente, habitante, morador”.

El Academia Usual de 1884 mantiene las mismas acepciones que las ediciones anteriores, pero sólo retiene el origen de populus. Igual cosa hace el de Zerolo (1895). La Real Academia moderniza su lenguaje social recién en el Academia Usual de 1899: “Gente común y humilde de una población”, dice, dejando de lado la referencia explícita a su diferencia con los nobles.

 Esto se mantiene en Academia Usual de 1914, 1925, 1936, 1939, 1947 y 1956, igual que el de Alemany y Bolufer (1917), que incluye la acepción de pueblos indígenas: “tribus indígenas de la América Septentrional”, dice, y el de Pagés (1925). El diccionario de Toro y Gómez (1901) mantiene lo dicho recién y añade una referencia: “Sinón. Plebe, vulgo”.

Rodríguez Navas (1918) cambiará “gente común y humilde” por “gente común y ordinaria”. El diccionario Academia Manual (1925, 1950), al hablar de la Nación, pone: “Nación, conjunto de habitantes de una nación, monarquía, etc”.

El Academia Usual de 1972, 1982 y 1992 mantiene lo dicho en los anteriores Academia Usual, y, en vez de “nación”, pone: “País con gobierno independiente”.

Por fin, el Academia Manual de 1985 y 1989 lo redacta de un modo algo distinto: “Ciudad, villa o lugar”; “Población pequeña”; “Conjunto de personas que forman una comunidad, aunque no residan en un mismo país o sean errantes”; “Conjunto de los habitantes de un país en relación con sus gobernantes”; “Conjunto de personas de un lugar, región o país”; “Gente común y humilde de una población”; “País con gobierno independiente”. Las versiones más recientes mantienen los mismos significados.

El pueblo, la multitud, el común

 “Pueblo, se toma también por la multitud”, decía Terreros (1778). Y multitud, a su vez, se define como “muchedumbre, cúmulo”, y pone como ejemplos: “la multitud de reglas confunde; la multitud de libros por sí no enseña”.

Pero, de aquí en adelante, el sentido de multitud es inequívoco; es el exceso: “Número grande y excesivo”; es el pueblo como “vulgo”. Por lo tanto, no se oculta el sentido despectivo; así dice Zerolo: “una grande reunión de personas en un punto dado”, “pero sin sentido útil y provechoso”.

El diccionario Academia de 1992 dice: “El común de la gente popular, vulgo”. La edición más reciente enfatiza en “vulgo” y explica, entre paréntesis, “común de la gente popular”. A su vez, para “común”, el Academia de 1780 recoge “todo el pueblo de cualquier provincia, ciudad, villa o lugar” y destaca: “Baxo, de inferior clase y despreciable”; “como hombre común, gente común”, explicaba el diccionario Academia de 1729. Una acepción que, entre otra decena más, se mantiene inalterable hasta la edición más reciente, donde podemos todavía leer: “Bajo, de inferior clase y despreciable”.

El pueblo, el exceso, la parte que está -o puede estar- más allá de los límites, la que es señalada y despreciada; la que sólo existe si logra construirse como la evidencia viva de la falsedad de la ciudadanía y del ingreso per capita.

*Sociólogo, docente de la Universidad Central del Ecuador.

[1]Lo que sigue está tomado del Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española, recogido por la Real Academia Española (https://bit.ly/2obUJLJ). Se mantiene la escritura correspondiente a cada época.

[2]Corresponde al menupeuple francés, actor de la revolución de 1789, “Population de conditiontrèsmodeste” (https://bit.ly/2nn7kf3), población de condición muy modesta.

[3] El diccionario Academia Usual de 1992 dice por menudo: “Pequeño, chico, delgado”; “Despreciable, de poca o ninguna importancia”; “Plebeyo o vulgar”; etc.

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