Desde que empezó a esparcirse el virus de covid-19 por todo el mundo, muchas celebraciones se cancelaron para evitar la propagación del mismo, entre ellas el tradicional y ancestral Día de los Difuntos.
Pareciera una ironía asistir a los cementerios para conmemorar a los finados y correr el riesgo de contraer el virus y morir, pese a esa paradoja, el año pasado, el guardia del cementerio de Otavalo dejó pasar algunas personas para que le dejaran alguna flor en la tumba de su ser querido.
Este año se pudo regresar a los cementerios con toda la familia, y llevar a cabo los rituales religiosos que la comunidad indígena de Otavalo prepara. Hubo una gran afluencia de personas entre las tumbas, más vivos que muertos, por supuesto, y también más familias alegres de poder encontrarse y compartir.
En Atuntaqui, la celebración fue más bien modesta, generalmente las personas madrugan para visitar las tumbas de sus seres queridos compartiendo con la familia que esta viva, pero este año las personas fueron a dejar una veladora en los mausoleos y se retiraron. Por el contrario, en el cementerio indígena de Otavalo, había tal tumulto que costaba trabajo caminar entre los pasillos.
Aún no se vive una normalidad en el Ecuador para dejar de correr el riesgo de contagiarse de coronavirus, sin embargo, las comunidades indígenas de Otavalo son endogámicas y eso hace que el cerco sanitario sea más efectivo. Así se llevó a cabo la celebración de los finados, con felicidad y sin ningún miedo a que las personas pudieran enfermarse. Durante más de año y medio de pandemia donde la muerte se hizo presente, el Día de Muertos fue más bien el momento donde la vida se acercó a la muerte y convivió con ella.
1.- En Atuntaqui se tiene la costumbre de visitar a los muertos la noche del 1er de Noviembre, es uno de los pocos lugares del Ecuador donde la celebración a los difuntos comienza antes.
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2.- Debido a las restricciones por la pandemia, este año el cementerio de Atuntaqui tuvo un aforo limitado y únicamente se permitió la entrada hasta las 22h00, a pesar de que anteriormente se podía pasar toda la noche ahí.
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3.- A pesar de que los precios en distintos productos se elevaron debido al precio de la gasolina, los comerciantes de flores y alimentos tuvieron un repunte en sus ventas durante el feriado.
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4.- No todas las personas que visitaron los cementerios pudieron hacer grandes compras para ofrendar alimentos a sus difuntos, pues durante este año muchas familias viven al margen económico debido a la crisis que atraviesa el país.
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5.-En el cementerio indígena de Otavalo se dieron cita cientos de personas. El ambiente en el lugar era de felicidad ya que el año anterior el cementerio estuvo cerrado para evitar contagios de covid-19.
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6.- Entre familias se compartieron el alimento, algo impensable el año anterior. Visitar el cementerio en el Día de Muertos también es propicio para encuentros entre amigos o familiares que no se han visto hace mucho tiempo.
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7.- Para las comunidades indígenas el Día de Muertos es muy importante, y algunas personas aprovecharon para tomarse una fotografía del recuerdo en compañía de sus familiares.
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8.- Aunque en la actualidad existen diferentes maneras de hacer guaguas de pan, en el cementerio de Otavalo solo se vendían las más tradicionales, hechas en horno de leña.
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09.- Entre las tumbas, algunas bandas locales tocaron música tradicional de la región para los muertos. Los músicos van de familia en familia ofreciendo sus servicios desde muy temprano en la mañana hasta que cierra el cementerio.
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10.- Otavalo cuenta con dos cementerios divididos por una pared y tumbas, por un lado, está un cementerio de personas mestizas donde la gente deja una flor a su finado y se retira, mientras que del lado indígena se colectivizan las celebraciones de difuntos.
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11.- Los rezadores son personas que se acercan a las tumbas para “aliviar” a los muertos, ya que según la tradición ellos ayudan a “refrescar” las almas de las personas que están en el infierno o el purgatorio cuando le rocían de agua bendita a los sepulcros.
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12.- A pesar de que el Día de Muertos se pudo celebrar sin complicaciones, aún persiste un temor de un rebrote de covid-19, sin embargo, las comunidades indígenas han tomado sus propias medidas de prevención y entre ellos se mantienen controlados los índices de contagio.