El Hoy <www.hoy.com.ec>
28 Julio 2013
La ex ministra coordinadora de la Política Económica hace un repaso del Presupuesto, los subsidios, el cambio de la matriz productiva…
¿Las prioridades del Presupuesto muestran que el cambio de matriz productiva tiene asidero? ¿Hay un discurso con fundamento en las cifras?
Tendríamos que analizar el gasto de inversión que es en donde estableces prioridades. Se puede ver que los dos sectores que más recursos tienen son el eléctrico -$1 268 millones para hidroeléctricas- y la ampliación y construcción de la infraestructura vial -$1 002 millones-. En tercer lugar está Salud con $897 millones para infraestructura y equipamiento hospitalario. Se ve un cambio en la priorización del gasto de inversión. Recordemos que este es un año previo a las elecciones seccionales. Al Gobierno le interesa hacer inversión desde el Estado.
Entonces, ¿cuál es la respuesta?
Las dos prioridades. La primera curiosamente es contradictoria con la segunda porque implica mayor uso de vehículos que utilizan combustible fósil, recursos no renovables. Por otro lado están haciendo una importantísima inversión en cambio de matriz energética, en energías limpias.
También hay una contradicción entre la inversión en ampliación e infraestructura vial que induce a mayor uso de los vehículos, cuando se debiera estar pensando en los medios de transporte que utilicen electricidad, sean privados o públicos.
¿Se sostiene en el Presupuesto el discurso de explotar minas, de ampliar el extractivismo -de donde vienen los recursos- para salir del extractivismo?
La minería no es cambio de matriz productiva; es una reprimarización de la economía. Por lo tanto, si realmente se está planteando un cambio de matriz productiva y el eje es el cambio de matriz energética, aprovechémosla. ¿Se requiere tanto en ampliación para infraestructura vial o es un tema prioritario por ser año previo a elecciones? Eso es un tema que deberíamos discutir.
Discutamos cómo ese cambio de matriz energética puede incidir o inducir a que tengamos este cambio con otro tipo de energía. De lo contrario, estamos haciendo cosas contradictorias. Puede ser que la minería genere recursos -no ahora, más adelante- pero eso implicaría que tal vez se están canalizando hacia temas que no son tan prioritarios como sí lo es el gasto social. El punto es cómo logramos aprovechar esta inversión importante en hidroeléctricas para tratar de reducir lo que tiene que ver con el consumo de combustibles fósiles, de derivados y gasolinas. Ahí se puede optimizar recursos.
Pero los subsidios no se han movido, a pesar de que el Gobierno mejoró la calidad de la gasolina.
Efectivamente, en abril del 2012 se hizo un cambio a la calidad de los combustibles muy importante sin aumentar un solo centavo. Al ser un año pre electoral no será un año de cambio en los subsidios. Sin embargo, aparentemente hay un direccionamiento para -una vez que pasen las elecciones- hacer una modificación en ese tema. De ahí se pueden obtener recursos y el tema minero resulta que ya no es tan prioritario. No se requiere de la minería para obtener recursos para el cambio de matriz productiva.
En el cambio de matriz productiva se debate si el país tiene que, por ejemplo, construir grandes astilleros. Parecería que el Gobierno privilegia las grandes obras, más que la producción, la productividad y la competitividad. ¿Coincide con esa apreciación?
Sí coincido en que hay como tendencia a que existan cosas más visibles. Por eso se pone el tema vial. El quinto rubro en gastos de inversión es el tema de agua para control de inundaciones y trasvases y proyectos multi propósitos. Ahí te das cuenta de que, en términos agrícolas, hay una falencia en lo que se está pensando cómo cambio de matriz productiva. Se piensa en temas industriales.
¿Pero cómo el tema agrícola sustenta el cambio y no solamente se fortalece el sector secundario sino un sector primario que, por ejemplo, ayude a mantener una soberanía alimentaria y no tenga problemas de riego?
En análisis de crédito se ve que se termina priorizando productos primarios de exportación y los de consumo interno dejan de ser tan prioritarios. Se ve que hay una falencia en la vinculación con el sector agrícola.
No hay una lógica paralela a la petrolera. El discurso sobre el Yasuní, en el cual ha avanzado más el plan B que el A, genera dudas sobre la realidad del cambio de matriz productiva. ¿Eso se afirma o se niega en el presupuesto?
La dependencia que tenemos de una matriz productiva primaria hace que también en términos fiscales tengamos una alta dependencia del petróleo. Lo que llama la atención es su valor -$84,9- cuando el año pasado el precio real estuvo cercano a los $100. ¿Qué implica eso? Por un lado una visión más conservadora. Por otro lado que los gobiernos autónomos descentralizados van a tener un menor rubro en transferencias de ingresos no permanentes. Es decir, del petróleo. Si uno ve las diferencias, los GADS en total incrementan las transferencias en 12,5% pero en ingresos no permanentes se reducen en 26%. Y en los ingresos permanentes aumentan en un 20%. ¿Qué quiero decir? Que el Gobierno central realizará la inversión en el territorio porque es un año previo a elecciones seccionales.
Eso es mayor concentración política del poder, en contravía con la dinámica descentralizada que se venía dando.
En este caso resta capacidades de inversión a los gobiernos autónomos y, de alguna manera, sí se reducen, las posibilidades de descentralización en términos de inversión.
¿Cuáles son las alertas que despierta el presupuesto en el manejo fiscal, pues este Gobierno, con tanto poder político, nada ha hecho por reducir subsidios?
Este año es fiscalmente complicado. Tenemos la paralización de la refinería que va implicar un incremento importante en la importación de derivados que crecen en un 20% y aumenta, a su vez, las exportaciones de crudo. Las exportaciones de crudo, como ya no se carga a la refinería, aumentan en un 6%. Se van a topar subsidios solo si la situación es más complicada en términos fiscales.
Por lo tanto, diría que este año se prepara la posibilidad de obtener mayores recursos porque en el 2015 se vencen los bonos Global 15. Se tiene que hacer ese pago o ver cómo se mantiene el ritmo de inversión sobre todo el más alto que es infraestructura vial y ampliación de la red vial.
¿Ve usted que esa inquietud fiscal llevará a mayor endeudamiento?
Está llevando a mayor endeudamiento. El punto es que las fuentes de financiamiento también están modificándose. China es un importante financiador pero no financia rubros digamos de disponibilidad sino proyectos. Y eso también modifica la posibilidad de tener más margen en términos de endeudamiento.
Al Gobierno no parece preocuparle ese tema. Porque tiene capacidad de endeudamiento y la posibilidad de volver a los mercados internacionales. ¿Comparte ese optimismo?
Se está preparando el camino. No está totalmente abierto y no es que hay posibilidad inmediata de salir a los mercados internacionales. Lo que sí se está haciendo es tratando de generar mecanismos para tener posibilidades de endeudamiento, porque incluso el último préstamo con China estaba previsto que llegue el año pasado y llegó en febrero. Parece que se entiende la necesidad diversificar las fuentes de financiamiento.
¿No refleja esto que se redujo el margen de maniobra que tiene el Gobierno para usar la inversión pública como motor de la economía?
La inversión ya no podrá crecer a los mismos ritmos porque el endeudamiento se ata a proyectos. Por eso la inversión pública tiene un efecto en el crecimiento económico que se está desacelerando. Este año se prevé 4% y tal vez será un poco menor dependiendo de cómo se pueda cubrir y en qué momento las necesidades de financiamiento. Se está apuntando a reactivar más la inversión privada y, de esa manera, tratar de compensar un nivel de crecimiento menor de la inversión pública.
El alza del dólar incidirá en la competitividad de las exportaciones. ¿Qué consecuencias avizora usted?
Las exportaciones que convivieron durante la dolarización con un dólar débil empiezan a sentir los efectos de no tener política cambiaria. Entrar a una camisa de fuerzas sería la solución vista desde los gremios empresariales. Es simplista y es un remedio peor que la enfermedad porque dejas de tener posibilidad de ejercer política pública y de fomentar que exista más producción nacional. ¿Qué sucederá si el Gobierno cede ante las presiones y firma el acuerdo con la Unión Europea?
Lo otro es hacer esa política pero perder esos mercados.
No necesariamente.
¿Pero cómo lo evita?
Hay alternativas y tienes tipos de diferenciación de tus productos. El punto es definir cuál es tu prioridad.
¿Cuáles son las definiciones que el Gobierno debe tomar para no seguir navegando entre dos aguas?
¿Va a ir a la firma de tratados de Libre Comercio o no? ¿Va a denunciar o no los tratados bilaterales de inversión? Incluso la Unión Europea le exige que no los denuncie. La tercera definición es: ¿cuáles son los productos para el cambio de la matriz productiva? El abanico es bastante amplio y en términos fiscales vamos a ver si lo puede hacer todo al mismo tiempo.
Hay otro punto. Para mantener el gasto social necesitas mantener ingresos tributarios. Eso implica que el SRI tiene un techo en el control y para seguir creciendo tiene que ser cada vez más riguroso. Eso podría generar un incentivo perverso para las pequeñas y medianas empresas; las más afectadas. Tienen que definir hasta qué punto siguen exigiéndoles esfuerzos de recaudación que puedan ser incentivos perversos en términos de la concentración económica. (JH)
* Katiuska King Mantilla fue ministra Coordinadora de la Política Económica entre abril 2010 y octubre 2011. Además, se desempeñó como subsecretaria de Seguimiento y Evaluación de la Senplades entre marzo 2007 y abril 2010. Hoy es docente en Flacso.