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INTEGRACIÓN ANDINA Y MUNDIALIZACIÓN. por Jorge G. León Trujillo

El Comercio <www.elcomercio.com>

22 julio 2013

 

Buscar mayor comercio internacional e integración regional no es la misma cosa, aunque los dos aspectos estén interrelacionados y la integración deba favorecer mayor comercio. Pero una cosa es tener una política de promoción de exportaciones y otra la de la integración. Los países andinos podrán cada cual buscar oportunidades, a su manera, en el mercado internacional, pero no deberían ignorar que la integración es un proceso de larga duración indispensable para sus países, lo cual empieza entre sus vecinos cercanos y lo han hecho con el comercio.

Sin embargo, en el mundo andino actual no se sabe a dónde se encaminan sus gobiernos que se esmeran en destruir los esfuerzos de decenas de años en formar la Comunidad Andina. Hay pérdida del sentido histórico de integración; predomina la confusión y cada cual prioriza sus intereses circunstanciales, unos comerciales otros pretendidamente ideológicos, sin visión de futuro compartido. Colombia y Perú se centran en el Pacífico y en EEUU., Ecuador y Bolivia en una complicada geometría de Alba y Mercosur. Irresponsablemente Chávez salió de la CAN y promovió su Alba que ahora no tiene perspectiva.

Unasur debería ser el norte de todos, pero este objetivo tomará tiempo, aunque haya voluntad, debido a la heterogeneidad de condiciones. Se requerirá imaginación para encontrar soluciones apropiadas para integrar a países diferentes, tiempo para que se acoplen y ante todo para que vayan cediendo soberanía en varios dominios, aún más para llegar a una integración política. Así, no es sólo el problema mayor que representa Brasil ante la otra mitad del continente, fraccionada en pequeños y medianos países con PIB, poblaciones, sociedades y economías diferentes; sino, entre visiones e intereses construidos diferentemente que no se anulan con la voluntad de formar Unasur. Por ejemplo, unos ven en la apertura de sus fronteras el mejor modo de ganar espacio en la mundialización, otros confían más en pautas de protección. Unos quieren ir rápido, otros quieren mejor prepararse para no integrarse en perdedores. Los procesos exigirán tiempo.

Sin embargo, se ha priorizado el Mercosur y varios países adhieren aceptando las condiciones de los países del sur, de economías más integradas y sociedades menos heterogéneas que las andinas. Hay una pérdida del norte de la integración de los andinos, gana el Cono Sur, cuando deberían preservar la CAN que muy útil será mañana. En el momento que las realidades emerjan por encima de discursos y pretensiones ideológicas (poco sustantivas) se requerirá de una CAN en contrapeso para negociar y articular acciones económicas, sociales y políticas viables.

Déficit de la indispensable dimensión geopolítica y estratégica. La factura llegará mañana, como un viejo y robusto guardián de la heredad que contempla junto a sus antepasados durante siglos.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/jorge_g-_leon_trujillo/Integracion-andina-mundializacion_0_960504013.html.

 

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1 COMENTARIO

  1. No estoy de acuerdo en analizar los procesos de integración, específicamente el de la CAN (su desarrollo y fractura), desde la perspectiva puramente estatalista. Es decir, me parece que es erróneo tomar como unidad de análisis al Estado Nación y no poner atención en las relaciones que se gestan a nivel del sistema mundo. Sólo a partir de ese supuesto se puede explicar la fractura de la CAN como resultado meramente de las acciones erroneas o “irresponsables” de sus líderes. La CAN se fracturo porque no pudo constituir una alternativa de desarrollo regional por vía de la complementariedad productiva, fruto en buena mendida de factores estructurales: La inserción dependiente de los países andinos al sistema mundo capitalista. Los principales beneficiarios del espacio común andino fueron las empresas transnacionales, que lejos de generar encadenamientos con la producción local y procesos de transferencia tecnológica montaron en la región enclaves productivos y falsas industrias dependientes de los bienes de capital importados de los mercados del norte. En su momento fundacional, la CAN generó una batería de instrumentos destinadas a la regulación del poder transnacional (decisión 24 sobre inversiones y transferencia tecnológica, regimen de origen, propiedad intelectual) que fueron pulverizados en la etapa de la crisis de la deuda y el giro neoliberal de los Andes. Como consecuencia de ello se reforzó la inserción dependiente y primario exportador de nuestras economías, que han empujado (conjuntamente con los proyectos de las elites locales) a la suscripción de acuerdos de libre comercio, que representan el desmontaje final de las regulaciones originales de la CAN (Ej. la reforma en 2008 de la decisión 486 sobre DPI que habilitó la firma del TLC entre EEUU y Colombia y Perú). La reciente consoliación de la Alianza del Pacífico no nos permite suponer que la CAN pueda ser util en el futuro como plataforma de la integración sur americana o Andina, y menos para la puesta en marcha de un proyecto de integración productiva que supone la constitución de un gran mercado y regimen de regulación sur americano.

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