PARA LA DESMEMORIA UN POCO DE MEMORIA
Katiuska King M.*
Repasemos algunos acontecimientos recientes y otros menos cercanos para mejorar nuestra memoria de corto plazo.
¿Qué paso en el año 2011, cuando a raíz de la declaratoria de persona non grata a la embajadora estadounidense, se aseguró que EEUU no iba a renovar el ATPDEA? (aunque en verdad este ya estaba suspendido desde febrero 2011)
Ciertos empresarios y voceros gremiales promovieron una enérgica campaña que se manifestó principalmente en los medios de comunicación, aludiendo a los peligros apocalípticos a los cuales el Ecuador se enfrentaría si se perdiese el acceso a los beneficios del ATPDEA.
Desde el Ministerio Coordinador de la Política Económica expliqué el real alcance del ATPDEA para las exportaciones no petroleras, en términos de la magnitud de aranceles que podrían pagar las exportaciones no petroleras (con un informe de acceso público), y sobre todo sugerí que no era conveniente generar alarmas que causaran daño a la economía.
La respuesta inmediata de los mismos empresarios y voceros se manifestó mediante pronunciamientos y declaraciones, alarmando a la ciudadanía respecto de lo que sucedería con las exportaciones ecuatorianas que tenían como destino EEUU. Se generaron inquietudes y preocupaciones sobre la situación externa y se atacó duramente a quienes queríamos transmitir mensajes de serenidad y aplomo.
Se dijo que estaban en riesgo 500 mil puestos de trabajo mientras que desde el Gobierno, voceros de algunas instituciones, mencionaron la cifra de 18 mil puestos de empleo amenazados por el escenario sin ATPDEA.
¿No les suena un argumento recurrente para generar incertidumbre?
El empleo es un tema muy sensible en la población y el malestar se refleja también en quienes están a cargo de funciones públicas. Pero siempre hay quienes se duelen de dolores ajenos por razones de propia conveniencia.
Para resolver los problemas que generaba la suspensión del ATPDEA, el gobierno propuso por un lado la posibilidad de utilizar créditos a los exportadores mientras que por el otro, se revivió el abono tributario, el cual cabe mencionar, tuvo una sola “solicitud” pero finalmente no fue aplicado. Las empresas de las que se hablaba que se verían afectadas no utilizaron ninguna de las propuestas planteadas para corregir los problemas de liquidez de los que tanto se hablaba.
A los pocos meses, los mismos medios que habían alimentado un clima de incertidumbre y de catástrofe, tuvieron que reconocer que la situación de las exportaciones ecuatorianas a EEUU había mejorado y que los malos presagios no se habían cumplido. El ATPDEA se renovó, aun después del “incidente” con la embajadora de EEUU.
Pero veamos un poco las cifras para entender la estrategia de presión y de alarma que utilizan determinados voceros empresariales.
Al finalizar el 2011, la tasa de desempleo urbana descendió al 5.1%, que es una cifra record, mientras que nuestros países vecinos tienen tasas de desempleo del 9.8% (Colombia) y del 7.8% (Perú).
Durante los últimos cuatro años el Ecuador ha disminuido su tasa de desempleo “a pesar” de no tener firmados TLC.
Esto no significa que el Ecuador no deba o no pueda firmar acuerdos de aranceles. Pero ¿cuáles son los problemas de los TLC? Algunos tratan de simplificar la realidad invocando razones ideológicas que justifican o no la no firma de un TLC con la Unión Europea. Apartémonos un momento de estas consideraciones pero preguntémonos que realmente es lo que sucede con los TLC y procuraré explicarlo de forma sencilla.
El mecanismo es el siguiente: el país o grupo de países que propone la firma del TLC, a cambio del otorgamiento de reducciones arancelarias, pretende reglas del juego que le permitan acceder de manera preferencial a las compras públicas, a las inversiones e imponer normas específicas sobre propiedad intelectual y prestación de servicios. Estas reglas del juego preferenciales, que están muy encima de los acuerdos multilaterales y están básicamente fundadas en la desregulación, es decir en dejar las cosas a merced de los mecanismos del mercado.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de esto?
– Cuando un país realiza un intercambio con otro país de mayor productividad, es este último el que tiene más posibilidades de obtener ventajas competitivas sobre el de menor productividad. Con un agravante: la Unión Europea está atravesando por una desaceleración e incluso recesión económica que nace de problemas financieros (se prevé una reducción del PIB de los principales países europeos para el 2012). Considerando la debilidad de su demanda interna, intenta recomponer su economía, incrementando sus ventas al exterior. El 9 de enero de 2012, el eurodiputado del Partido Popular español Pablo Zalba solicitó a la Comisión Europea que acelere la firma de los tratados de libre comercio con Perú y Colombia y el Acuerdo de Asociación con Centroamérica. Dijo “es importante ganar acceso a los mercados y reducciones arancelarias
lo antes posible.
[1] Los cinco millones desempleados que tiene España representan un argumento más que convincente para dudar de las verdaderas intenciones que se esconden detrás de la firma de un TLC.
– Otro aspecto muy importante, es que, al no tener moneda propia, Ecuador no puede hacer uso de la política cambiaria; y al no existir riesgo cambiario es más fácil importar, por lo que nuestra balanza comercial de bienes se haría más deficitaria si se redujeran los aranceles a las importaciones de bienes no producidos en el país.
– La Unión Europea es la mayor proveedora de servicios en el mundo; es muy probable, vista la diferencia relativa en la productividad en este sector, que el acuerdo empeore ulteriormente el déficit de nuestra balanza de servicios.
– En caso de existir más inversión extranjera neta para el Ecuador, no nos olvidemos que la balanza de renta se hará más negativa por la transferencia de regalías y utilidades.
Cito la revista Análisis Semanal: “En el contexto en el que nos encontramos, adverso a la libertad individual, hay el peligro que proliferen las leyes que satanicen a la empresa privada”. Diferenciemos las cosas. Mi análisis no está en contra de la empresa privada; procura una mirada integral de la economía, desde su cuenta corriente, hasta su sector real, pasando por los aspectos sociales.
Los aranceles no constituyen los únicos instrumentos en la estrategia comercial; además los exportadores, por efecto del aumento de los precios internacionales en los últimos años, se han beneficiado por cada unidad vendida, de un aumento nominal del 53% entre el 2006 y el 2011. En el caso del banano ese incremento fue del 59%. Preguntémonos si estas tan favorables circunstancias han servido para mejorar su situación competitiva o incrementar sus inversiones. ¿Han sabido capitalizar a futuro esa condición favorable? Sobretodo, ¿han mejorado los ingresos de los productores por ese incremento de precio en el exterior?
Es un buen momento para que se piense lo comercial desde la cadena productiva, y que estos incrementos en los precios de nuestros productos de exportación se traduzcan ya sea en mejores condiciones para el productor y/o mejoras en los estándares de calidad y “seriedad” de las exportaciones ecuatorianas.
Existen otras opciones de comercio como el comercio orgánico o el comercio “justo” cuyo desarrollo en los últimos tiempos merece una atención especial debido a su crecimiento y potencial futuro. El comercio justo es aquel que se centra en conocer los miembros de las unidades productivas, sus relaciones laborales (como por ejemplo el no trabajo de niños en el proceso productivo), y sus procesos de producción, distribución y calidad. En cambio el comercio orgánico se centra en conocer todo lo relacionado con la producción del bien, desde el origen de las semillas, el manejo del cultivo y los procesos de producción, de tal forma de comercializar productos sustentables
[2].
Los TLC negociados por Colombia y Perú con la Unión Europea prevén una reducción del arancel que se cobra al banano de 75 euros por tonelada que se hará efectiva en el año 2017. En el caso del Ecuador la reducción a 114 euros por tonelada se materializará en el mismo año. La diferencia sustantiva en arancel en el banano se visualizará en cinco años y en el caso de que la reforma planteada al SGP entre en vigor, este dejaría de existir en el 2014. Si bien se puede insistir en la renovación, es indispensable tomar decisiones ahora para aprovechar el tiempo que queda en un plan conjunto para las exportaciones que más diferencia de arancel tengan.
Estar en contra del TLC no es estar en contra del comercio sino es estar en contra de una forma de apertura comercial que beneficie a pocos sectores (que dicho sea de paso, son los que menos carga contributiva tienen, menos del 1%), legitime la desregulación económica y además reste margen de maniobra de la política pública de la ya estrecha actual capacidad que nos queda.
Como ya lo he dicho si Ecuador va a las “negociaciones” es porque se tiene la certeza que se va a firmar lo que Colombia y Perú ya negociaron y con eso en el futuro queda la cancha abierta para firmar un acuerdo con EEUU, incluso el mismo TLC del que se hablaba en el 2006.
¿El gobierno terminará cediendo ante las presiones del sector agro-exportador?
*Ex-ministra de Coordinación de la Política Económica
[1] http://www.pablozalba.com/?p=2115#more-2115
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