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18 marzo 2013
El proceso de cambio en Bolivia puesto en marcha durante el ciclo rebelde 2000-2005[1] y cristalizado en la victoria electoral de Evo Morales y el MAS en diciembre de 2005, avanza, a pesar de las contradicciones inherentes a la gestión de la herencia de un Estado colonial y neoliberal, profundizando una revolución política y descolonizadora, que cuenta con numerosos avances, pero sobre todo, innumerables desafíos para el ciclo 2013-2014 si miramos el corto plazo, y el ciclo hasta 2015-2025 en un mediano plazo.
No hay ninguna duda de que durante el primer periodo de gobierno del MAS 2005-2009[2] se cumplió el programa electoral con que los subalternos habían conquistado el gobierno, con dos referentes principales, nacionalización de los hidrocarburos y convocatoria de una asamblea constituyente.
De hecho, no sólo se cumplió la Agenda de Octubre -el programa de demandas con el que las mayorías sociales llegaron al Palacio Quemado[3]- sino que se deshizo el empate catastrófico que suponía haber llegado al gobierno pero no tener el poder real, todavía en manos de las élites económicas y políticas bolivianas, en una clara maniobra envolvente donde el gobierno derrotó a la derecha fascista, primero militarmente[4] y posteriormente electoralmente[5].
Actualmente se cumple el primer mandato de Evo Morales como Presidente del Estado Plurinacional, y son numerosos los avances políticos y sociales con los que cuenta la revolución democrática y cultural en Bolivia, pero también es necesario dar cuenta de los desafíos pendientes del proceso de cambio.
Avances
Podemos dividir los avances del proceso en cuatro ámbitos, el social, económico, político-institucional y el de la geopolítica, donde Bolivia ha construido un nuevo paradigma de las relaciones internacionales, la Diplomacia de los Pueblos.
Probablemente el ámbito social es donde más avances se han registrado en un país saqueado por 500 años de colonización recrudecida en los 20 años de aplicación del Consenso de Washington por parte de los gobiernos neoliberales cuyos herederos (MSM, UN, CN[6]) todavía aspiran a regresar a un pasado al que el pueblo boliviano tiene claro que no va a regresar jamás.
La nacionalización de los hidrocarburos decretada el 1 de mayo de 2006 permitió una redistribución de la riqueza que ha mejorado ostensiblemente las condiciones de vida de las clases populares. Las políticas públicas implementadas permitieron que menos bolivianos vivan en condiciones de pobreza. La pobreza extrema cayó 12 puntos porcentuales y la moderada 14 puntos porcentuales en 6 años[7].
Pero la redistribución ha permitido sobre todo reducir la desigualdad en el que hasta hace no muchos años era -según Naciones Unidas- el país más desigual de América Latina[8]. Según datos recientes[9], la brecha entre ricos y pobres se ha reducido en 60 veces desde 2006 y el objetivo para 2025 es eliminar en su totalidad la extrema pobreza en el país.
Esta reducción de la desigualdad se debe sobre todo políticas públicas de transferencia condicionada, los bonos, que benefician al 31’1% de la población boliviana. Según datos de los ministerios de Economía, Educación y Salud y Deportes, el bono Juancito Pinto destinado a paliar la deserción escolar entre los niños, beneficia a 1.688.268 personas (15’9%), el bono Renta Dignidad destinado a mejorar el retiro de las personas ancianas beneficia 924.446 personas de la tercera edad (8’5) y el bono Juana Azurduy lo hizo con 717.282 (6’6%) mujeres embarazadas y con bebés recién nacidos.
Asimismo, el salario mínimo se ha elevado de los 440 bolivianos de 2005 a 1000 bs en 2012 lo que unido a una tasa de desempleo urbano que ha caído del 8’1% al 5’5% permite afirmar que los recursos naturales bolivianos que durante décadas aumentaron la plusvalía de las empresas transnacionales, son ahora propiedad y sirven para beneficio del pueblo boliviano.
El ámbito económico, que esta intrínsecamente ligado a los avances sociales, es clave para entender los avances del proceso de cambio boliviano. La nacionalización de los hidrocarburos ha permitido que el Producto Interno Bruto (PIB) se haya incrementado de los 9.525 millones de dólares de 2005 a los 23.778 millones en 2012, permitiendo de esta manera que el PIB per cápita se duplique desde los 1.010 dólares de 2005 a los 2.238[10] actuales.
Las reservas internacionales bolivianas subieron de los 1.714 millones de dólares de 2005 a los más de 14.000 millones actuales, convirtiendo a Bolivia en el país de América Latina con mayor porcentaje de reservas internacionales en relación con el PIB.
Asimismo se ha producido una dinamización de las exportaciones, las exportaciones del primer semestre de 2012 superan la totalidad de las exportaciones del año 2007. A lo anterior se le une la bolivianización de la economía siendo en 2005 los depósitos bancarios en bolivianos el 16% del total mientras que los créditos el 8%. A junio de 2012 los depósitos en bolivianos alcanzaban ya el 68% y los créditos el 76%.
Otro dato relevante es que mientras en 2005 la inversión pública era de 629 millones de dólares, en 2011 se había más que triplicado con cifras de 2.158 millones. La deuda externa boliviana que en 2005 era de 4.947 millones de dólares, un 52% del PIB, es actualmente de 3.704 millones, un 14%
Todas estas cifras macroeconómicas se traducen en mejoras de las condiciones de vida de las mayorías sociales, y también en la consolidación de cambios estructurales. En Bolivia, las escuelas y los hospitales cuentan con más maestros y médicos. Entre 2006 y 2011 se crearon 23.044 ítems en educación y 4.812 ítems en salud.
Estos avances son en buena parte fruto de la nacionalización de los hidrocarburos, pero también es importante resaltar que las nacionalizaciones de empresas estratégicas para el Estado ayudan a reducir la desigualdad. Además de la reciente nacionalización de la gestión de los aeropuertos, en manos de empresas transnacionales españolas desde la época neoliberal, la nacionalización del sector eléctrico permitirá mejorar las condiciones de vida en el medio rural, donde hasta ahora se pagaba 1’6 bs el kilovatio hora, por 0’63 bs que pagaba una familia en el área urbana.
En definitiva, y en palabras del Vicepresidente Álvaro García Linera[11], en Bolivia estamos viviendo la consolidación y expansión del modelo económico social productivo que se fue sembrando desde el 2006 y que ahora, de manera gradual, va comenzando a dar sus primeras cosechas: reducción de la extrema pobreza, reducción del desempleo y las desigualdades, transferencias económicas a los sectores más vulnerables e inicio de los procesos de industrialización que ya comienzan a adquirir cuerpo después de tantos problemas y maduraciones previas. Todo lo anterior se muestra ya en la transformación gradual de la microeconomía de las personas en términos de su vivienda, en términos de la escolaridad de sus hijos, de ahorro, de la mejora de la alimentación.
También el ámbito político-institucional es otro en el que se han dado avances relevantes, que son tanto cuantitativos y concretos, como cualitativos y subjetivos, sirviendo para transformar tanto la institucionalidad colonial y neoliberal heredada, como los imaginarios colectivos.
Hay que destacar en un primer momento la nueva Constitución Política del Estado aprobada en referéndum popular en enero de 2009 que supuso una ruptura epistemológica que recogía las rupturas socio-políticas del ciclo rebelde y que colocaba el horizonte del Vivir Bien como una nueva forma de pensar el desarrollo, como una forma de buscar un equilibrio entre el derecho al desarrollo de un país saqueado y colonizado por 500 años y los derechos de la Madre Tierra, debate que ya se traduce en política pública y leyes como la recientemente promulgada Ley de la Madre Tierra, que designa a la Madre Tierra como el sistema viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, interdependientes y complementarios, que comparten un destino común. La Madre Tierra es considerada sagrada; alimenta y es el hogar que contiene, sostiene y reproduce a todos los seres vivos, los ecosistemas, la biodiversidad, las sociedades orgánicas y los individuos que la componen y conceptualiza el Vivir Bien como el horizonte civilizatorio y cultural alternativo al capitalismo y a la modernidad que nace en las cosmovisiones de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas, y es concebido en el contexto de la interculturalidad. Se alcanza de forma colectiva, complementaria y solidaria integrando en su realización práctica, entre otras dimensiones, las sociales, las culturales, las políticas, las económicas, las ecológicas, y las afectivas, para permitir el encuentro armonioso entre el conjunto de seres, componentes y recursos de la Madre Tierra. Significa vivir en complementariedad, en armonía y equilibrio con la Madre Tierra y las sociedades, en equidad y solidaridad y eliminando las desigualdades y los mecanismos de dominación.
Pero los cambios en la institucionalidad son también tangibles, palpables, en ese campo de lucha que es el Estado, la Asamblea Legislativa Plurinacional está conformada por diputados/as y senadores/as miembros de pueblos indígenas, obreros, cooperativistas y dirigentes de sindicatos y gremios. Es decir, el pueblo se siente identificado con sus representantes parlamentarios, el nuevo bloque social popular-indígena-obrero-
No podemos obviar en este breve análisis la construcción de una nueva institucionalidad estatal desde el ejecutivo con la creación de nuevas instituciones que apuntan a una descolonización del Estado desde el Estado, como el Viceministerio de Descolonización con su Unidad de Despatriarcalización, o el Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción. No es suficiente buscar la descolonización y Despatriarcalización de la sociedad desde el Estado, pero sí supone un avance sin precedentes respecto de gobiernos anteriores.
Geopolítica. Tampoco podemos dejar de mencionar entre los avances del proceso de cambio la construcción de una nueva doctrina de las Relaciones Internacionales, que en el Estado Plurinacional de Bolivia se ha conceptualizado como Diplomacia de los Pueblos. El retorno de Bolivia a la Convención de Viena con la reserva de la legalización del masticado de la hoja de coca, el nombramiento en Naciones Unidas de 2013 como año internacional de la Quinua y a Evo Morales como su embajador, las posiciones de liderazgo con propuestas contrahegemónicas en los ámbitos de negociación multilateral sobre cambio climático o desarrollo, además de un impulso a una nueva geopolítica Sur Sur con una interlocución privilegiada con actores como China o Irán, además de con los movimientos sociales y redes internacionales, conforman este nuevo paradigma de las Relaciones Internacionales liderado por Evo Morales y su Canciller David Choquehuanca.
Desafíos del proceso de cambio
Una vez cumplida la Agenda de Octubre, la principal tarea por delante es desarrollar la Constitución. En concreto, la CPE establece un nuevo modelo de Estado, plurinacional, un nuevo modelo territorial, autonómico, y un nuevo modelo económico, el de la economía plural.
Para su desarrollo, es necesario dotarse de un pluralismo tanto en el ámbito jurídico y económico, como en el de la democracia intercultural, ampliándola de tal manera que esa democracia sin fin nos ayude a construir un nuevo socialismo.
Tampoco podemos descuidar el modelo territorial autonómico. El conflicto del TIPNIS nos ha demostrado que es necesario un encuentro entre el Estado y territorios históricamente marginados, territorios donde persisten estructuras de dominación hacendal e interesas transnacionales. Para el desarrollo del modelo territorial es importante impulsar la consolidación de las autonomías indígenas originario campesinas, así como del instrumento de la consulta que en el TIPNIS se ha demostrado como una herramienta de construcción de la plurinacionalidad.
Otro de los desafíos que enfrenta el proceso de cambio en el ciclo corto 2013-2014 es el de la consolidación del MAS como voluntad histórico-estatal. Es necesario reforzar la estructura político-partidaria de cara a superar la inercia electoral que se viene desde ahora y hasta las elecciones presidenciales de diciembre 2014 donde tenemos que lograr la reelección del compañero Evo Morales. El Movimiento al Socialismo tiene que ser mucho más que una engrasada maquinaria electoral, tiene que ser el referente, la conducción política y moral de un proceso de cambio, el núcleo duro a partir del cual se construye la hegemonía.
El gran desafío en un ciclo más largo ha sido trazado por el Presidente en su discurso aniversario del Estado Plurinacional el pasado 22 de enero. Con la definición de una Agenda Patriótica de 13 puntos donde se marcan los ejes a desarrollar hasta el año 2025.
Pilares de la Agenda Patriótica 2025:
1. Erradicación de la extrema pobreza
2. Socialización y universalización de los servicios básicos
3. Salud, educación y deporte para la formación de un ser humano íntegro
4. Soberanía científica y tecnológica
5. Soberanía comunitaria financiera sin servilismo al capitalismo financiero.
6. Soberanía productiva con diversificación y desarrollo integral sin la dictadura del mercado capitalista
7. Soberanía sobre los recursos naturales, con nacionalización, industrialización y comercialización en armonía y equilibrio con la Madre Tierra.
8. Soberanía alimentaria para Vivir Bien
9. Soberanía ambiental con desarrollo integral respetando los derechos de la Madre Tierra.
10. Integración complementaria de los Pueblos con soberanía
11. Soberanía de la transparencia en la gestión pública bajo los principios de no mentir, no robar y no ser flojo
12. Disfrute y felicidad plena de fiestas (cultura) y el medio ambiente.
13. Reencuentro soberano con el mar
Conclusiones
Los elementos anteriores de este análisis, tanto los avances, como los desafíos, son suficientes como para darnos cuenta de la necesidad de seguir apostando con más fuerza por la consolidación del proceso de cambio en Bolivia. Proceso de cambio que tiene su expresión en el MAS y los movimientos sociales, campesinos, sindicales e indígenas, que son parte de un gobierno del pueblo y para el pueblo.
No hay un afuera del proceso, no hay una alternativa al MAS y el gobierno que lidera Evo Morales, mucho menos ninguna propuesta fuera del MAS y el gobierno para profundizar o mucho menos radicalizar el proceso. Por lo tanto, tenemos la obligación militante y revolucionaria de seguir trabajando al interior del proceso para radicalizarlo, siendo conscientes de las contradicciones, y utilizándolas para empujar la rueda de un proceso histórico, de una revolución política y descolonizadora.
Como escribía mi amigo y compañero Boaventura de Sousa Santos en su última carta a las izquierdas, esperar sin esperanza es la peor maldición que puede caer sobre un pueblo. Y la esperanza no se inventa: se construye con inconformismo, rebeldía competente y alternativas reales a la situación presente. Nuestra esperanza es la de seguir construyendo un proceso que ha consolidado cambios estructurales e irreversibles para los sectores históricamente discriminados por el Estado. Nuestra esperanza es seguir acompañando al compañero Evo Morales en la profundización y radicalización del proceso de cambio en Bolivia. Para ello necesitaremos también el apoyo de todos los gobiernos aliados, partidos de izquierda y movimientos sociales del continente. Tenemos el reto de continuar el legado del comandante Hugo Chávez, primero derrotando a la derecha en las elecciones de abril en Venezuela, y después haciendo lo propio en las elecciones de 2014 en Bolivia.
Ahora es cuando, al pasado no regresaremos jamás!
*En recuerdo y homenaje al comandante Hugo Chávez, arquitecto de los procesos de cambio e integración en la región
**Katu Arkonada es militante del proceso de cambio boliviano
[1] Se denomina “Ciclo rebelde 2000-2005” a las luchas sociales, donde se destacan las movilizaciones en defensa de la hoja de coca, la Guerra del Agua de Cochabamba en el año 2000 y la Guerra del Gas que emprendió el valeroso pueblo de El Alto en 2003, que impulsaron el desalojo de las elites políticas y económicas del Palacio de Gobierno
[2] Mandato no concluido debido a la convocatoria de referéndum constitucional y elecciones posteriores para designar al primer Presidente del Estado Plurinacional.
[3] Denominación del Palacio de Gobierno
[4] Después de los ataques a la Asamblea Constituyente, la humillación de campesinos en Sucre y la toma y quema de instituciones en Santa Cruz, la masacre de campesinos de Pando en septiembre de 2011 fue el punto culminante donde la derecha fue derrotada militarmente
[5] Con la victoria Evo Morales y el MAS en las elecciones presidenciales de 2009 por un 64% de los votos
[6] Movimiento Sin Miedo, Unidad Nacional, Convergencia Nacional
[7] La extrema pobreza cayo entre el 2006 y el 2011 del 38’2 al 24’3% y la pobreza moderada lo hizo en el mismo periodo del 60’6% al 48’5%. Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE) y UDAPE.
[9] En 2006 la diferencia entre el 10% más rico y el 10% más pobre era de 96 veces, mientras que en 2012 esta diferencia se redujo a 36.
[10] Datos en 2011 según el Ministerio de Economía