Luego de saludar al Primer Mandatario en un evento en Carondelet, el dirigente indígena señala que sus compañeros, no solo de la Sierra Central, sino de otros pueblos y nacionalidades, le han manifestado la necesidad de no estar cerrado al diálogo con el Gobierno. Afirma que varios líderes intentaron confundir a las bases.
¿Qué está sucediendo al interior del movimiento indígena?
Hay un debate intenso, una reflexión de las organizaciones de base sobre este nuevo proceso, este nuevo escenario político y social que vive el país. Dentro de esto, las bases están preocupadas.
¿Preocupadas de qué?
Sobre las políticas del gobierno, que ha dicho que va a pagar la deuda social y agraria, pero hasta ahora no se ve por dónde va la Ley de Aguas, Tierra, Territorios… Es importante la consulta previa que tienen que hacer a las comunidades. Hay preocupación sobre la intención del Estado de poner un límite a la administración de justicia indígena, pero también dentro de las bases de la organización hay un firme compromiso de avanzar en un proceso que se construya con el nuevo Estado Plurinacional del que tanto se habla en este tiempo.
Las bases de la Sierra Centro, por ejemplo, dicen que se propuso un diálogo con el Gobierno desde hace dos meses y que la dirigencia no está escuchando sus pedidos, ¿es cierto esto?
Yo estoy cerca de las organizaciones de base por mi experiencia, porque fui presidente de la Ecuarunari. No solamente la Sierra Central, sino otros pueblos y nacionalidades han manifestado con claridad absoluta que el movimiento indígena no debe estar cerrado al diálogo. Por eso siempre hemos dicho que no estamos cerrados al diálogo; nosotros tenemos toda la predisposición de dialogar y resolver los conflictos.
¿Por qué si dice que no deben estar cerrados al diálogo su encuentro con el presidente Rafael Correa fue cuestionado y tomado como una traición por ciertos dirigentes?
Felizmente no han sido las organizaciones de base ni los dirigentes de las provincias los que cuestionaron este hecho. ¿Dígame cuál de los dirigentes?
Por ejemplo, Carlos Pérez, de la Ecuarunari, el ex presidente de la misma entidad, Delfín Tenesaca…
Carlos Pérez es presidente de la Ecuarunari, pero otros son ex dirigentes y compañeros que estuvieron. No niego que puedan tener vocería, experiencia, todo, pero hay provincias en donde legalmente están constituidas las organizaciones y tenemos que ser respetuosos.
El día en que yo deje la dirección, obviamente voy a tener una opinión, pero no debe ser tomada en cuenta como la de un representante de la organización, sino como la de un ex dirigente. Por eso agradezco las observaciones que hicieron, pero yo he aclarado que me fui por la invitación que me hizo la Presidencia por el homenaje al presidente Evo Morales y si tuviera que volver a ir lo volvería a hacer, porque no estoy actuando, como se ha intentado decir, por una amistad personal, sino porque creo en una línea y una orientación política de izquierda.
Se intentó confundir a las organizaciones de base, eso lo reconozco, pero una vez que se ha explicado que no fui a un diálogo con el Presidente, obviamente lo saludé, intercambié unas palabras, pero hasta allí hemos llegado, no hay ninguna traición o deslealtad. El hecho de saludar con altura, con cultura política, con respeto, no se debe a posiciones, sino que muchos compañeros, con ligereza, de manera alarmista, intentaron decir que he abierto el diálogo.
No fue con la intención de dialogar, pero viendo la oportunidad, al ser un pedido de las bases, vio oportuno…
Se manifestó la voluntad de diálogo desde hace mucho tiempo. El Presidente, después de las elecciones de febrero, dijo que estaría dispuesto a dialogar. Nosotros afirmamos también que el movimiento indígena jamás está cerrado al diálogo. Pero han sido opiniones públicas de buenas intenciones, y allí han quedado. Ahora pedimos que se formalice el encuentro. Obviamente que las bases han dicho que hay que dialogar construyendo una agenda y señalando puntos de conflicto. El hecho de que yo esté en el Palacio, y no solo, porque había mucha gente más, no compromete nada, más bien es un gesto positivo que debe ser valorado. Las bases tienen varios conflictos y si estos se pueden solucionar por la vía del diálogo debemos apostar, si no, el movimiento tiene sus estrategias como marchas y movilizaciones.
¿Las elecciones de 2013 no fueron una alerta para el movimiento indígena, ya que el presidente Rafael Correa y su movimiento PAIS obtuvieron más de un 70% de aceptación y Pachakutik solo logró cinco curules en la alianza con el MPD?
Obviamente es una manera de visualizar en qué momento estamos. He dicho al interior de Pachakutik que se deben revisar las estrategias, las actuaciones y actitudes de varios líderes, y no podemos quedarnos encerrados en tratar de decir que somos un movimiento que vamos a continuar en este proceso de lucha, sin mirar el contexto nacional e internacional. Las elecciones fueron un termómetro, tenemos fortalezas, pero también dificultades, hay que evaluar qué estamos haciendo bien y mal.
¿Qué están haciendo mal?
Ojalá el congreso de Pachakutik tenga la capacidad este fin de semana de interpretar, entender lo que está pasando a nivel interno del movimiento, pero también externo hacia la sociedad. Hay una gran oportunidad de construir una propuesta alternativa, viable, una propuesta que vaya a fortalecer los derechos de todos los pueblos. Reconocimos que las elecciones de febrero fueron un revés, una alerta.
¿Se permite pensar diferente en el movimiento?
Respetamos las diferencias, lo que no se perdona es la traición política. Opiniones diferentes siempre se toleran.
Cuando llegó a la presidencia de la Conaie hubo discrepancias, ¿es eso lo que sale ahora?
Obviamente, la elección de la presidencia de la Conaie fue accidentada, pero allí las bases del movimiento indígena tomaron una posición, siguen tomando una posición, como por ejemplo lo hicieron con la Ley de Comunicación, al igual que cuando asistí al acto del presidente Morales porque las bases dijeron lo que pensaban y continuaron. Yo, como presidente de la Conaie, no voy a retroceder ante tantos años de lucha que hemos realizado en defender la dignidad y la soberanía. Yo soy presidente de la Conaie y me debo a las bases, a las organizaciones en las provincias, a las nacionalidades.
En el encuentro de la Conaie el viernes saltó a la palestra su destitución, ¿por qué una decisión tan drástica por saludar al Presidente?
Algunos compañeros caen en la trampa de la derecha; obviamente la derecha no me va a perdonar. Tanto tiempo han venido hablando e intentando golpear, porque yo como presidente de la Conaie he combatido con fuerza.
¿Hay derecha dentro del movimiento indígena?
Nosotros hemos enfrentado al Alca, al TLC, por recuperar los recursos naturales y hay gente que se molesta. Si alguien estuvo pensando en una destitución tiene su derecho de pensar así, pero quienes deciden son las comunidades, los dirigentes de las bases. El viernes vinieron, y ratificaron el apoyo y el firme compromiso de seguir adelante. Todo quedó sellado.
¿Por qué quieren sacarlo?
Para muchas personas mi presencia puede ser molestosa.
¿Fue molestosa desde que ganó las elecciones del movimiento?
Obviamente, porque representó una tendencia política y no solamente a nivel de Ecuador, sino a nivel internacional. Soy amigo de la Revolución Cubana, fui amigo del presidente Hugo Chávez, soy amigo de Evo Morales. Mi tendencia es de izquierda, progresista, humanista.
¿Qué piensa del presidente Rafael Correa?
Yo lo conocí mucho antes de que fuera ministro de Economía. He leído sus textos frente al Alca y al TLC, por eso me sorprende cuando habla de que negociará con la Unión Europea. Con el presidente Correa tenemos varias coincidencias: Unasur, no firmar TLC, sacar las bases militares, la Celac, recuperar los recursos naturales para la dignidad y la soberanía, pero también no coincidimos en que no hay la Reforma Agraria, se criminaliza la protesta social; 200 compañeros han sido enjuiciados en un gobierno socialista.
Pienso que el Presidente puede ser muy bien intencionado, que quiere hacer transformaciones y cambios, pero también hay gente que dificulta dentro de su gobierno las cosas y no quiere un diálogo con el movimiento indígena.
¿Esos impedimentos de diálogo no pueden también venir del movimiento indígena?
Puede ser de parte y parte, lo reconozco.
Fantástico sería que en Ecuador diéramos inicio a la transición hacia la democracia participativa, sistema con el que la voz y el voto ciudadano permanente es la norma y sería con el voto electrónico.
Una vez conocido a ciencia cierta sobre los efectos sociales de esta entrega y posibilidad, dudo que exista un pueblo que quiera volver a delegar y concentrar su dosis de poder en gobernantes.
Bajo administración pública y/o privada, tal vez en cada ciudad habría al menos un centro de incentivos, recepción, registro y difusión de propuestas, proyectos, soluciones, etc., un servicio abierto para nacionales y extranjeras(os).
Método con el que el talento humano se potencia, pilar básico de la democracia participativa. En cuanto a los desenlaces, los del aspecto positivo en el ser humano y la existencia. Tengas un buen día,