CINE
Zhang Yimou recrea la matanza de Nankin
LOS TIGRES DE LA MEMORIA
Antonio Broto. Página 12 <www.pagina12.com.ar>
Hasta en un hecho tan inhumano como la matanza de Nankín (1937), en la que los invasores japoneses mataron a 300.000 chinos, en su mayoría civiles, queda un rincón para la belleza y la humanidad: es lo que propone el último film de Zhang Yimou, Las flores de la guerra (The Flowers of War es su título de distribución internacional), estrenado ayer en la capital china. La estremecedora película, la más cara de la historia de China y una de las pocas de su cine que tiene a un actor de Hollywood como protagonista (un impecable Christian Bale), ofrece lo que su título indica: flores en la guerra, personas que en medio del horror más atroz son capaces de asumir la más grande heroicidad.
El enterrador John Miller (Bale) viaja a Nankín y queda atrapado en uno de los momentos más infames de la humanidad, lo que los chinos conocen como “la violación de Nankín”, iniciada el 13 de diciembre de 1937. Miller acaba refugiado en la iglesia de un sacerdote con dos grupos de chicas bien diferentes: unas niñas huérfanas y unas prostitutas, entre ellas la bella Yu Mo (encarnada por la debutante actriz china Ni Ni), por la que el sepulturero se siente atraído.
La película –que no rehuye escenas terriblemente gráficas y sangrientas, combinadas con otras en las que Zhang Yimou vuelve a demostrar que es uno de los mejores realizadores asiáticos– va contando el paso de los protagonistas por el horror de la guerra, y cómo ésta los convierte desde seres egoístas y materiales a héroes inolvidables.
Se trata de la primera incursión en el cine bélico de Zhang Yimou, famoso en Occidente especialmente por sus películas de los ’80 y ’90 (Sorgo rojo, Ju dou, Esposas y concubinas), que lograron numerosos premios en los festivales europeos con un cine de gran sofisticación formal y temas histórico-sociales. Tras una última década de películas comerciales y con muchas artes marciales (Héroe, La casa de las dagas voladoras) y su trabajo como metteur-en-scène de la apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, el mago de Xian regresa a su cine más sentido, aunque ambientado esta vez en un brutal conflicto bélico.
Con todo, las trepidantes escenas de disparos y bombardeos son pocas, pero suponen los momentos más dramáticos del film, que alcanza sus tramos más terroríficos cuando retrata la rapiña del invasor japonés, que 70 años después sigue siendo para los chinos un enemigo irreconciliable con el que se asusta a los niños.
La película, que además supone un interesante regreso de Bale al tema de la invasión japonesa de China, 25 años después de haber protagonizado como niño El Imperio del Sol, bajo la dirección de Steven Spielberg, va directo al corazón del espectador, al estilo de los mejores dramas bélicos, recordando obras maestras como La lista de Schindler, de Spielberg, o El pianista, de Roman Polanski.
Bale, cuya actuación servirá para enganchar a la audiencia occidental en medio de un reparto de desconocidos actores chinos, ha estado esta semana en China para promocionar el film y hablar de él en su estreno a los medios el 11 de diciembre. La visita, sin embargo, ha tenido un lado amargo, ya que el actor intentó reunirse con un disidente chino y fue reprimido por la policía, aunque no resultó herido (ver aparte).
The Flowers of War, que dentro de una semana llega a los cines de Estados Unidos y el próximo año al resto del mundo, representará al cine chino en los próximos Oscar y se postula como firme candidata a llevarse la primera estatuilla a la mejor película extranjera para el cine chino (la laureada El tigre y el dragón, de Ang Lee, era taiwanesa). Y ya está nominada a los Globos de Oro, donde compite con La piel que habito, de Pedro Almodóvar.