El conflicto suscitado días antes del proceso electoral, entre los candidatos a la alcaldía de Quito, Augusto Barrera por un lado y Mauricio Rodaspor otro, pone de manifiesto la falta de capacidad, sindéresis, forma y estilode Correa para estructurar el dominio político;así como, secundariamente,los límites de gestión municipal deBarreraen estos cinco años de ejercicio como alcalde.
Este artículotiene por objetivo examinar el entorno político expresado en el conflicto electoral, no registrado antes en la historia de Quito; y en este sentido se vuelve necesario examinar las posibles causas y contexto del rápido debilitamientoelectoral de Barrera, que según determinadas encuestadoras desciende, 15 días antes de las elecciones, de 42 % a 39.6%[2] y según otras a 36%; mientras Rodas sube de 28% a 38% o a 42%[3].
En la presente exposición se comienza por evidenciarla conducta gubernamental correísta que estuvo presente, particularmente, en los meses de diciembre y Enero para enfrentar los reclamos, disensos y conflictos tales comola reacción más o menos importante de los médicos reclamando sobre el artículo 146 del Código Penal. En este hecho, se encuentra por un lado, los límites de AlianzaPaís para incluir las demandas de los médicos, y de otra el modo vertical y autoritariode Correa para enfrentarse enprimer momentoal mencionado gremio; aunque pocos díasdespués cambia su decisión y ofrece el dialogo para resolver elconflicto. Actuación presidencial,contraria a su conducta normal, que manifestó un sensible revés,generado por el acuerdo impulsado por los médicos. Otro caso fue la arremetida de Correa en contra del caricaturista Bonil, en forma en que nos recuerda autoritarismos del pasado, se ensañó en contra de este ciudadano generando en la ciudad de Quito, principalmente un rechazo a la prepotencia del presidente Correa.Meses antes se habían dado otros hechos de coacción gubernamental en contra, por caso, de los jóvenes de Luluncoto o de los Estudiantes del Central Técnico; poniendo de manifiesto formas torpes, políticamente, de actuación del gobierno nacional; que Quito expresó surechazo con indignación.
De este examen se puede colegir que el 40 % de indecisos, aproximadamente, que se registró por parte de encuestadoras unas semanas antes, se inclinaron por una opción electoral contrario a Barrera, probablemente a favor de Rodas. Los indecisos según algunas encuestadorasdescendieron de 40 a 12%, dato que fue conocido el día miércoles 12 de febrero cuando se cerrólas posibilidades de exhibir pronósticos electorales. Como aquel día se conoció también los límites de Barrera y su declive.
En medio de esta situación, la pregunta fue: ¿Cómo es posible un descenso o declive de Barrera, si Correa sigue sólido en su aceptación? Fue entonces posible identificar ciudadanos correístas que se alejaron de la intención del voto a Barrera y se dirigieron hacia Rodas.
¿Qué hacer y qué estrategia implementar?
La premisa política del desempeño electoral del 2014 fue la del 2013; donde el gobierno aplico una estrategia legal,administrativa, clientelar, etc., para obtener una amplia mayoría como fue el caso del presidente Correa, que alcanzó el 57%, así como una mayoría significativa de parlamentarios (100 de 120 asambleístas), aplicando sobre todo el inequitativo método de selección de escaños denominado D´Hont.
Es decir con la aplicación de dicha política el oficialismologró, por una parte descomponer al límite de su liquidación, a los partidos tradicionales; suprimir el espacio del centroizquierda y debilitarsignificativamente a la izquierda; al mismo tiempo que abrir la perspectiva de una estructuración del sistema de partidos, articuladas por AlianzaPaís, como agrupaciónpredominante. Se asiste en el Ecuador, entonces, a partir de ese momento, a un proceso de mutación de un pluralismo extremo que expresaba la dispersión y la difícilestabilidad política a un régimen de predominio político, eliminando la dispersión partidaria, en pos de alcanzar estabilidad política y gubernamental.
Situación que reflejó, así mismo, la necesidad de afianzar un líder carismático-populista en línea “bonapartista” para ejercer el poder y representar una nueva situación hegemónica, ligada al patrón de acumulación extractivista y un nuevo régimen de reproducción así como de lucha hegemónica mundial, representado principalmente por China; al mismo tiempo que fortaleza institucional para implementar, la coacción a través, entre otras medidas, de criminalización de la protesta social, la arremetida política contra los movimientos sociales y la acción orientada a descomponer y dividir determinados sectores sociales.
En las elecciones del 2014 entonces el oficialismo aspiraba -como lo había manifestado el gobierno- a consolidar dicha fuerza y significación del 2013. En esta situación y en medio de la estrategia generada para copar los gobiernos locales, ampliamente; aparece sorpresivamente la declinación de intención de voto del alcalde oficialista en Quito y por tanto la amenaza de la pérdida del bastiónmás importante del oficialismo.
La respuesta del gobierno para enfrentar el revés político electoral, apenas conocido eldía miércoles 12 de Febrero, evidenció desesperación. El presidente de la republica entró en pánico y desquiciamiento; en tanto perder este bastión capitalino podría significar el inicio de su derrumbe político.
En esa situación emergente delinea una estrategia de continuidad y fortalecimiento de la del 2013, y para eso recurre a cambios de última hora de carácter clientelar -como se ha dicho burdamente clientelar- dispone al alcalde encargado Jorge Albán a presentarse a una rueda de prensa para anunciar el fin del incremento de las multas cobradas por el municipio, la suspensión temporal del peaje de la autopista que conduce al Valle de Los Chillos; al mismo tiempo que pone a uno de sus ministros, el de deporte, a exhibir una maqueta de remodelación del Estadio Olímpico, entre otras acciones. Todo esto para revertir e impedir la declinación de Barrera.
Así mismo Correa decide abandonar la campaña en Guayaquil, luego de que puso su pasión y esperanza en la posibilidad de derrotar a Nebot; emite así mismo, una carta dirigida a los quiteños y quiteñas en que les conmina a volver a la “Revolución Ciudadana” votando por Barrera, al mismo tiempo que chantajea el apoyo a cambio de obras en el próximo periodo municipal si los votantes quiteños deciden inclinar su voto a favor del oficialismo. Se concentra en Quito y asume, por sí y ante sí la campaña electoral, desplazando incluso de determinadasvisitas electorales al candidato Barrera como sucedió, en la campaña en los barrios del Comité del Pueblo; clara estrategia que partía así mismo de un cálculo exacto- para recuperar a sus votantes que habían decido, semanas antes, migrar hacia la candidatura de Rodas y que por último el día lunes 17, contradictoria y paradójicamente, sin ningún escrúpulo, llama a votar nulo, para favorecer a Barrera ¿Sera posible y viable, en estas condiciones, el objetivo planteado por la mencionada estrategia?
Lo cierto es que decide poner a prueba su popularidad y asume, de acuerdo a su temperamento, el todo o nada, su carisma y la posibilidad derevertir con su acción el declive de Barrera. Significativo riesgo que puede configurar el siguiente desenlace:
O logra revertir y recuperar el revés electoral de Barrera y termina el candidato oficialista derrotando a Rodas el 23 de Febrero. Lo que nos llevaría a comprender que la situación ideológico-cultural del ciudadano quiteño, de manifiestas posiciones de honradez, dignidad y rebeldía ha sido seducida por el cambio fácil de carácter clientelar decidiendo el voto por Barrera.
O se mantiene el declive de intención de voto hacia Barrera y el 23 de Febrero termina perdiendo la alcaldía, de manera significativa, enrangos de diferencia de 10 y 12%, respecto a su contendiente. En este caso parecería evidente la actuación del ciudadano quiteño consciente de generar esta derrota y, al menos, llamar la atención a la forma y estilo como Correa ejerce el poder; es decir, expresando con su voto el rechazo político de Correa con la derrota de Barrera. Singular situación que nos llevaría a concluir que la fortaleza correista, sino se desploma, al menos se debilita, y abre un proceso de inicio de su limitaciónpolítica.
¿Qué está en los entretelones del poder en esta manifiestaconvulsión electoral al que nos hemos referido y que podría expresarse en el resultado del 23 de Febrero?:
Primero, el cuestionamiento y difícil consolidación de la hegemonía dominante y régimen políticocorreísta. Segundo, la cultura- ideología política de los quiteños, tantas veces, manifestadas a través de su oposición y rechazo -utilizando diversas formas- de presidentes impopulares y atrabiliarios, como Bucaram, Mahuad y Gutiérrez a quienes terminó derrocándoles y/o destituyéndoles constitucionalmente en décadas pasadas.
En efecto, se parte de la tesis de que el gobierno de Correa representa la posibilidad de estructurar en el Ecuador una nueva hegemonía dominante y superar la crisis política de la que surgió su candidatura en el 2006. Los recursos políticos utilizados, provienen del carácter de la representación y entramado institucional configurado por el populismo-bonapartismo que lo constituye, y que encauza y viabiliza procesos generados a nivel internacional, ligados a la disputa hegemónica mundial en el proceso de tránsitodel sistema mundo y la emergencia de potencias, como aquellas ligadas a los BRICS, particularmente la China, que disputa con ventaja la influencia en la región, particularmente en el Ecuador.
Procesos relativos a la definición del vicepresidente de la república, en la persona del guayaquileño Jorge Glas en las elecciones de 2013; el encargo realizado por el presidente para impulsar el cambio de matriz productiva, la negociación con la China, evidenciada en los últimos viajes realizados por el vicepresidente Glas; así como la configuración de nuevos grupos económicos en Guayaquil, vinculados al vicepresidente y otras figuras importantes del gobierno de Correa; manifiesta un nuevo carácter ydefiniciónhegemónica que se la encuentra en un contexto histórico de diferencia regional entre Quito yGuayaquil; y que en el gobierno de Correa aparece a través de la representaciónde ciertos elites económicas y nuevas -como la señalada- y viejas de carácter oligárquico.
En este examen es importante también advertir la situación económica de Quito frente a Guayaquil,ligado principalmente a la inversión y a las finanzas, luego de la crisis económica de 1999, donde los principales afectados fueron los bancos y grupos económicos guayaquileños.Adicionalmente, este proceso y los conflictos y contradicciones que genera tienen que ver con el intento del gobierno de avanzar al Tratado Comercial con la Unión Europea, que efectivamente beneficiaría -de manera especial- a sectores de la región costa y Guayaquil ligados al comercio exterior. Es necesario, por otra parte, considerar en el mismo sentido el proceso iniciado de sustitución de importaciones en que la negociación en la mesa del gobierno abre el espacio para la disputa empresarial fáctica entre grupos, sectores y regiones.
Lo antes mencionado ha configurado un clima y unas condiciones propias de la estructura económica, donde aspectos regionales de la representación alcaldía de Quito, deben ser interpretados tomando en cuenta esta situación, donde el conflicto por la alcaldía pone una vez más en tensión, la posibilidad de definición hegemónica, así como los clivajes regionales donde el contexto relativo a la relación con las élites guayaquileñas y sus intereses juegan un papel importante. El “guayaquileñismo” – al que nos hemos referido, en otras ocasiones- como una de las condiciones político culturales del proceso correísta juega una vez más un papel decisivo y fundamental.
La pregunta: ¿hasta qué punto la gestión y el desarrollo del alcalde Barrera se enmarcan en este contexto y cómo la representación de Rodas tensiona en este proceso desde intereses facticos determinados?; más todavía si se advierte en la lucha de estas dos posiciones: Correa- Rodas- intereses nacionales, regionales e internacionales enfrentados; que es necesario considerar en el contexto de las diferencias y las luchas geopolíticas, económicas ycomerciales que sedan en América Latina, y que uno y otro candidato al alcalde de Quito vía sus respectivos vínculos y proyectos se encuentran ligados y determinados. Donde se advierte, en el caso del candidato Rodas, relación con condiciones geopolíticas e intereses de sectores económicos de países como México, y acuerdos económicos y comerciales, en el contexto de la disputa hegemónica mundial; o de carácter ideológico, como su vinculación con el surgimiento de una llamada “derecha neo-moderna”, así como intereses políticos expresados en su alianza con la flamante derecha ecuatoriana representada por el banquero Lasso; en definitiva, la mencionada contienda electoral refleja una lucha y disputa de fracciones dominantes en torno a la estruturación del poder y hegemonía, que va más allá de las fronteras nacionales y regionales, señalada párrafos antes.
Por otro lado, se requiere interpretar las condiciones políticas ligadas a la estructuración del estado y el régimen político en el Ecuador, en el periodo de Correa como aspectos de la definición política donde se destacan procesos relativos a un estado intervencionista, “de excepción”[4], que configura un régimen de carácter “bonapartista” en el cual se expresan rasgos autoritarios y populistas.
Proceso que refleja la débil adhesión de determinados sectores sociales que constituyeron en su origen a Correa, como los sectores medios quiteños, que en su actuación política electoral ambigua podrían desplazarse hacia otros nichos políticos y que se manifiestan en rechazo a la política autoritaria; fenómeno que por otra parte, ha ocurrido también a nivel nacional con movimientos sociales que respaldaron, en un primer momento a Correa, y que hoy se manifiestan opuestos. Pero también, se requiere considerar la tradicional cultura política de los quiteños manifiesta en su actitud o conducta de oposición a determinadas formas de ejercer el poder, como efectivamente se dio con Mahuad, Bucaram y Gutiérrez en el inmediato pasado.
En síntesis, hay pues en el mencionado conflicto, a pesar de los avances del oficialismo, pistas y reflexiones sobre esta tensiónregional que se da en el contexto de la definición hegemónica y estructuración del dominio todavía limitada por la difícil configuración del Estado como conductor del conjunto de intereses de las fracciones presentes en el bloque en el poder; ¿serán los resultados de las elecciones del 23 de Febrero que nos darán la pista definitiva y permitirá, oconsolidar la estrategia iniciada en el 2013 o sufrir su debilitamiento?
En medio de este conflicto estructural político y económico, ante el desquiciamiento sufrido por el gobierno ¿podrá utilizar el fraude electoral como recurso político? Por otra ¿Qué sucederá, con aquellos sectores, que se han manifestado distintos y opuestos al círculo inmediato de Correa, al interior de Alianza País, y cómo arremeterán dichos sectores para aprovechar la oportunidad de afianzar su influencia sobre Correa?
¿Cuál será la conducta del votante quiteño,que de manera compleja,está enfrentado a las siguientes posibilidades: primero, el voto útil, que significa sufragar por Barrera aunque no le guste y así evitar Rodas; segundo, la oposición clara a Correa, su política autoritaria y su ligazón privilegiada con los intereses de Guayaquil, votando por Rodas; tercero, el voto por los otros candidatos a alcaldes para evitar orientarse por Rodas; cuarto, el voto nulo al que llama a votar Correa para evitar Rodas y hacer posible la alcaldía de Barrera?
Incertidumbre y dudas se anuncian en el escenario político de la capital y de la nación, que espera los resultados electorales del 23 de Febrero, y que dará mucho que reflexionar, “mucha tela que cortar”, en las próximas semanas; como antecedente de renovadas acciones y decisiones.
Quito, 18 de Febrero de 2014
[1] Articulo elaborado por mel docente Francisco Muñoz y los estudiantes pasantes, Carlos Michelena y Gabriela Velarde, en el contexto del proyecto de investigación “Balance crítico del Gobierno de Rafael Correa”- Facultades de Economía y Jurisprudencia (carreras de sociología y Politología), Universidad Central del Ecuador, Quito.
[2]Diario Hoy, Rodas se impone en encuestas, 12 febrero 2014, versión digital en http://www.lahora.com.ec/index.php/noticias/show/1101632392#.UwJ5tfl5Pno
[3] La noticia dice: “Rodas 42% y Barrera 36% señala Market mientras que Cedatos da cuenta de un 42.4% para Rodas y 39,6% para Barrera”.
[4] Esta categoría es utilizada porNicosPoulantzas, al referirse a las formas de Estado que surgen de crisis políticas de hegemonía, que es el caso ecuatoriano en periodo de Correa; configurando regímenes bonapartistas.
No hay que olvidar que -es vox populi- Barrera tiene resistencias en ciertos sextores de AP, incluso por parte del lider. Su desesperada presencia para respaldarlo, a última hora, revelaría la verificación de que perder la Alcaldía significaría un costo político demasiado alto. Sin embargo, también es bueno recordar que el propio Presidente, despreciando a la izquierda, en elecciones anteriores, se manifestó “respetuoso” de la “segunda fuerza política, Creo”. También declaraciones recientes, sobre que “si gana Rodas” no cambiará para nada el respaldo gubernamental al Distrito Metropolitano, es demostrativo de que este candidato no le es precisamente disfuncional a su proyecto de revolución ciudadana, que no es otra cosa que un proyecto en marcha de modernización del capitalismo, con un rostro antineoliberal. (Para inaugurarlo e iniciar su “cambio de matriz productiva” ungió a Glass como su segundo a bordo). Hay, también, que mencionar el sarcasmo que resulta las consideraciones oficiales, a través de El Telégrafo, pretendiendo que los componentes de la Coordinadora de Izquierdas, renunciando a sus “sectarismo” debían, ni más ni menos, que plegar a la candidatura de Barrera, pues al no hacerlo “hacen el juego a la derecha y el imperialismo”, al tiempo que persiguen y encarcelan a los críticos y contestatarios de ese sector.
Ahora bien, es claro que la candidatura de Rodas, como las de Creo, Madera de Guerrero y PSC no sólo que representan a la más rancia oligarquía neoliberal sino que tienen el apoyo del imperio del Norte y sus corporaciones, pero es absurdo responsabilizar a la oposición de izquierda si el triunfo de esas fuerzas se da en el proceso electoral del 23 de febero, en vez de encontrarla en los propios errores, en la evidente derechización del gobierno, en el desprecio a las críticas justas de quienes se oponen al extractivismo, en la represión “legal” -como reitera siempre el líder- en el recurso, copia del imperio, de acusar a todo crítico y opositor de los sectores populares, etnias afectadas, estudiantes, médicos, etc. de manipulados y no pocas de “subversivos y terroristas”. Si Rodas triunfa, ponga, señor Presidente, sus barbas al remojo. Inaugure el diálogo con el pueblo. Diálogo digo, no el monólogo de las sabatinas.
Si, Rodas representa a las más rancia oligarquía, e igual condenan a la Revolución Ciudadana, es hora de que propongan alguna alternativa,