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domingo, octubre 6, 2024

DE METROS Y MALENTENDIDOS

METROS Y MALENTENDIDOS

Carlos Pardo. Asociación de Peatones de Quito <www.peatones.org>

Ante el cuidadoso escrutinio de Planeación Nacional, el proyecto de metro de Bogotá comenzó a tropezar, específicamente por falta de cuidado de quienes desarrollan el proyecto. Lo bueno de que haya comenzado a tropezar ahora es que no se esperó hasta su construcción para ver los “malentendidos”. El primero de estos malentendidos implica la diferencia entre el anuncio político de un metro hasta la calle 100 y los estudios técnicos que piden uno que llegue a la 127. Las cifras basadas en los proyectos de este tipo en todo el mundo indicarían que este “malentendido” puede significar un costo mínimo de 120 millones de dólares pero más probablemente 300 millones de dólares. En términos de demanda, los 100 mil pasajeros que el Distrito dice que se perderían por la falta de este tramo son una cifra muy optimista.

Pero Bogotá no es la primera ciudad en tener malentendidos con su metro, ni la primera en pagar por ellos. En casi todos los proyectos de metro surgen malentendidos como éste, y siempre son costosos. El más reciente es el del metro de México: aunque el gerente del metro de Bogotá afirma que la línea 12 de la capital mexicana tiene un costo por kilómetro de 40 millones de dólares (y cuyas proyecciones indicaban que costaría 54 millones por kilómetro), las cifras actualizadas están por encima de los 100 millones de dólares debido a algo que los ingenieros que trabajan en este proyecto han denominado un “reto de la ingeniería” (otra forma de decir que lo que creían fácil y barato les está saliendo difícil y caro). Primer malentendido, éste entre costos proyectados y costos reales.

Otro ejemplo es el de Colonia (Alemania), donde por cálculos imprecisos en la construcción del metro, en marzo 3 de 2009 el suelo encima de la construcción del túnel colapsó y el archivo más antiguo del país se derrumbó por completo (con documentos que se habían guardado durante 700 años). Este segundo malentendido, esta vez entre cálculos mediocres y la realidad física de una ciudad, le costó a Colonia (y a Alemania) una gran parte de su historia documental.

El tercer malentendido, esta vez de subsidios no proyectados, es el de Manila (Filipinas). En este sistema, La línea MRT3, operando a máxima capacidad, pierde 126 millones de dólares por año. A finales del 2005 la compañía operadora no pudo pagarle a quienes debía (proveedores y contratistas) y se declaró en bancarrota. Varios académicos se preguntan qué habría sucedido en esa ciudad si se hubiera construido otro sistema con el dinero de esos subsidios.

La lista es casi eterna, un libro de arena de aparentes malentendidos que han surgido en los proyectos de metro del mundo, pero las ciudades siguen cayendo de rodillas ante la fantasía que los consultores de metro les proyectan a los gobiernos porque saben que después de la inauguración de las obras no hay vuelta atrás. Por fortuna, Bogotá comenzó desde temprano a ver estos problemas y “malentendidos”. Pero…¿cuántos más habrá? Lastimosamente, los documentos de este proyecto parecen secretos y solo Planeación y las universidades Nacional y Andes tienen acceso a los datos detallados. Si todos tuviésemos acceso a estos documentos (que, como en toda licitación del Estado, son públicos), tal vez encontraríamos más malentendidos y los discutiríamos con el Distrito para analizar más a profundidad el proyecto. A la fecha, las solicitudes que se han hecho para conocer estos estudios han sido negadas por el gobierno de la ciudad.

Sobre el Autor:  Carlos Felipe Pardo

Director para Colombia, ITDP

cpardo@itdp.org

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1 COMENTARIO

  1. en el caso de quito, sería bueno consultar a los franceses, ellos han construido los metros de latinoamércia, ergo algún aprendizaje de nuestra complicada geografía tendrán, así como en otros aspectos.

    Seria lamentable, que como el caso del aereopuerto, se diga una cosa y los costos reales sean otros, refiriéndome no sólo al costo económico. Creo también que valdría la pena hacer el estudio de manera más ampliada en cuanto a la cobertura, porquep uede beneficiar hasta a parroquias y el costo- beneficio se ajusta.

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