A propósito de la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Argentina, a modo de resumen, publicamos una selección textos y las conclusiones de nuestra investigación sobre los impactos del Acuerdo Comercial de la Unión Europea en el sector de la salud del Ecuador. La investigación completa se puede leer dando click en el enlace.

El viernes 11 de noviembre de 2016, el exvicepresidente de la República, Jorge Glas, en representación del gobierno, suscribió el Protocolo de Adhesión de Ecuador al Acuerdo Comercial Multipartes con la Unión Europea, que entró en vigencia desde el 1 de enero del 2017. Este acuerdo se firmó a pesar de que en distintas ocasiones se había reconocido que, por primera vez, se trataba de exponer al país a los problemas y riesgos que genera un TLC a un país no industrializado como el Ecuador.

Colombia y Perú suscribieron el TLC el 26 de junio del 2012; entró en vigor el 1 de marzo del 2013. La adhesión de Ecuador, tres años más tarde, implicó la aceptación casi íntegra del cuerpo del tratado, con algunas diferencias en los llamados “anexos” y “plazos” (listas de los productos específicos concedidos por las partes -UE-Ecuador- y tiempos para aplicar el Acuerdo). Para los tres países la negociación incluyó los capítulos de acceso a mercados, compras públicas y propiedad intelectual, entre otros.

Las pocas investigaciones que existen coinciden en que este TLC contribuirá modestamente a la economía y, al contrario, puede generar impactos sociales negativos sobre la salud, el empleo y la pobreza. La CEPAL (2017) estima que el TLC con la UE casi no tendrá un impacto en el crecimiento económico del Ecuador, contribuyendo al crecimiento del PIB tan solo en 0.1%; además determina que el TLC incrementará más las importaciones (0.2%) que las exportaciones (0.1%).

Desde la firma del TLC, Colombia y Perú han visto deteriorarse su balanza comercial de bienes frente a la
UE en 170% y 64%, respectivamente. Se puede esperar un deterioro más grave para el Ecuador, tomando en cuenta que es el país menos industrializado de los tres.

El Acuerdo Comercial de la Unión Europea (UE) fue animado por los intereses de corporaciones como Novartis  (Suiza), Bayer (Alemania), Roche (Suiza), Glaxo (Inglaterra) o Aventis (Francia) en conjunto con otras transnacionales. Estas son algunas de las principales corporaciones que se beneficiarán con los acuerdos establecidos entre Ecuador y Europa en materia comercial, servicios, protección de propiedad intelectual y compras públicas.

La globalización del mercado neoliberal contribuyó a la consolidación de estas transnacionales, que se popularizaron en los medios de comunicación como Big Pharma, que, junto con un conglomerado de corporaciones, instituciones privadas y despachos políticos, han sido denunciadas por su poder para imponer el establishment del sistema farmacéutico.
.
Este Acuerdo Comercial es un segmento del marco institucional internacional que contribuye a garantizar las ganancias financieras de las farmacéuticas transnacionales europeas, las mismas que actúan en alianza con un segmento empresarial de los países andinos (Colombia, Perú y Ecuador) con capacidad de presionar sobre los aparatos estatales en función de asegurar sus intereses.

La élite empresarial local, ganadora con el Acuerdo Comercial, está estructurada alrededor de actividades de  agroexportación, minería, importaciones y finanzas. Se trata de una clase empresarial intermediaria, cuyo rol se centra en facilitar el proceso de acumulación del bloque europeo a través de tres procesos:

  • en primer lugar, asegurando el abasto de materias primas;
  • en segundo lugar, siendo funcionales al consumo de de los bienes industriales europeos;
  • y, por último, permitiendo la articulación financiera.

Aquí confluyen los intereses de las empresas nacionales y transnacionales. Aunque no mantengan
relaciones de negocios directas, actúan en función de perpetuar el sistema general de relaciones comerciales dependientes.

El denominado Acuerdo Comercial Multipartes con la Unión Europea es realmente un TLC que amplía los derechos de las transnacionales e impide la extensión de garantías para el cumplimiento de los Derechos Humanos. Al mismo tiempo, disminuye la soberanía del Estado ecuatoriano para ejercer la rectoría sobre sus propias políticas públicas.

Particularmente, el TLC reduce la capacidad del Estado para desarrollar su propia capacidad industrial y su desarrollo tecnológico. Esta posibilidad le ayudaría a Ecuador a mejorar el control sobre su régimen de salud. El TLC debilita las oportunidades de acceso a medicamentos seguros y de calidad, principalmente frente al riesgo de desabastecimiento fortuito o al incremento de precios que pueden darse debido a la protección de los monopolios.

El incremento de las importaciones por levantamiento de protecciones arancelarias de productos químicos y farmacéuticos, y por mayor incentivo reorientado a la adquisición pública de medicamentos europeos, afecta negativamente a la balanza comercial y acelera la pérdida de divisas, ejerciendo mayor presión al déficit de la balanza de pagos.

Resultado del TLC, desde el 1 de enero de 2017 el 81% de los productos químicos y farmacéuticos quedaron desprotegidos por el levantamiento de los aranceles aduaneros. Las importaciones de estas subpartidas desprotegidas crecieron 15% hasta mayo de 2017 en relación con el mismo período –enero a mayo– del año anterior. En contraste, las importaciones de las 50 partidas que todavía tienen algún tipo de protección decrecieron -7%. Hasta mayo de 2017 las importaciones de productos químicos y farmacéuticos con arancel 0 crecieron USD 4.95 millones en relación con el mismo período en 2016. Mientras tanto, las importaciones del mismo tipo protegidas por aranceles del 5%, 10% y 15% disminuyeron su valor en USD 5.52 en relación con el año anterior.

Entre 2017 y 2020 las importaciones de medicamentos se incrementarán por lo menos USD 116 millones más que entre 2013 y 2016. Entre 2017 y 2020 los medicamentos dejarán una pérdida de divisas de por lo menos USD 1 392 millones. A su vez, y especialmente en un país dolarizado, esto repercute sobre el déficit fiscal por las necesidades de inyectar liquidez a la economía mediante el incremento de deuda externa.

El TLC consolida la relación de dependencia del Ecuador respecto del mercado y del desarrollo tecnológico de los países miembros de la UE. El país incrementará sus importaciones de bienes de capital y bienes industrializados, mientras exportará alimentos y materia prima para insumos requeridos por la industria europea. También se puede prever que el bloque europeo acelerará el desplazamiento del mercado intrarregional. En el comercio de productos químicos y farmacéuticos pierden participación en el Ecuador países como Colombia, Panamá, Brasil, México, Argentina y Chile, frente a un mayor despliegue de Alemania, Francia, Bélgica, Italia, España e Inglaterra.

Estructuralmente (en el período 2013-2016 con respecto al 2009-2012), las importaciones ecuatorianas de fármacos desde la UE son las que más crecen: a una tasa del 58%. Además, la UE tiende a desplazar a otros proveedores farmacéuticos del mundo y de la región latinoamericana: las importaciones ecuatorianas de farmacéuticos de origen europeo crecieron 506%, mientras que las del resto del mundo crecieron 204%.

La participación europea en compras públicas se incrementará, desplazando en el ámbito local a los laboratorios, proveedores de servicios médicos y empresas de construcción ecuatorianos. Este efecto se opone a la planificación pública, que tiene como objetivo fomentar la producción local, incrementar la participación del valor agregado nacional y reducir la salida de divisas.

Entre las Big Pharma que más se beneficiarán se encuentran algunas que actualmente cuentan con una posición hegemónica en el mercado ecuatoriano, como Roche, Novartis y Aventis.

La contribución de la industria farmacéutica nacional al cambio de la matriz productiva se verá seriamente limitado. Además, esta industria reducirá su capacidad para generar empleos, afectando de manera particular al empleo femenino. Una adjudicación de USD 50 millones a la industria europea, desplazando a las adjudicaciones nacionales, podría significar una pérdida de 2 176 empleos en Ecuador. De estos empleos, 935 son para mujeres.

En cuanto a propiedad intelectual, el TLC amplía los derechos de los propietarios de patentes que ganaron privilegios en la adhesión del Ecuador a la OMC y que ahora son favorecidos con la protección de los datos de prueba. Esta concesión protege por cinco años más los altos precios monopólicos de los medicamentos. El ADPIC ya consiguió incrementar el precio de los medicamentos y, en consecuencia, contribuyó a restringir el acceso. Las patentes de productos farmacéuticos obtuvieron 20 años de exclusividad en favor del monopolio, más los cinco años que les otorga el TLC.

La exclusividad de los datos de prueba protege el monopolio de los titulares de las patentes y mantiene fuera a la competencia y a la innovación impulsadas por los productores privados y públicos de genéricos. Esta particularidad no se encuentra en sectores de la economía distintos al de los laboratorios farmacéuticos. Sin embargo, no parece existir ninguna justificación para que quienes controlan y centralizan la industria farmacéutica obtengan un tratamiento especial.

Peor aun tratándose de un campo tan sensible como el del derecho a la salud de la población. El incremento de los precios de los medicamentos que permite el TLC, es regresivo en términos de acceso a la salud, e incrementará el gasto de bolsillo de los hogares. Actualmente, la población más pobre gasta el 65% de su presupuesto para salud únicamente en fármacos. Los estándares y procedimientos incorporados en este TLC no eliminan los riesgos de posiciones monopólicas en torno a la producción y comercialización de medicamentos en manos de farmacéuticas europeas, encareciendo su precio ante la ausencia de competencia.

Esto se suma al creciente proceso de concentración del mercado ecuatoriano. El TLC con la UE ha abierto la posibilidad de firmar nuevos TLC con países industrializados, como China y Estados Unidos. Los artículos 198 y 199 del TLC incluyen los principios de Trato Nacional y Nación más Favorecida para los derechos de propiedad intelectual. Como consecuencia, eliminarían para el Ecuador lo poco que ganó en propiedad intelectual (en el caso de que llegue a firmar un TLC con Estados Unidos).

Al contrario de lo que se ha hecho con el actual TLC, se debió pensar en mecanismos para fomentar la investigación y desarrollo interno  y, principalmente, el impulso agresivo del desarrollo de una industria farmacéutica pública. También se pudo avanzar en estrategias de compras conjuntas para la comercialización y distribución de medicamentos, tales como las adquisiciones públicas en licitaciones impulsadas por bloques regionales como el Mercosur.

Además, es necesario ahondar en otras formas de incentivo para la industria farmacéutica que no incluyan los precios de monopolio, tal como han hecho, con buenos resultados, la India y Brasil. En ese sentido es fundamental recuperar iniciativas como la creación de la Empresa Pública de Fármacos (Enfarma EP). Con su cierre se perdió una oportunidad histórica para superar la dependencia comercial y tecnológica en el área de medicamentos. Es necesario relanzar nuevas estrategias, evitando los errores derivados de la falta de rectoría y de la subestimación de la correlación de fuerzas ejercida por actores transnacionales y nacionales preocupados por una posible competencia pública.

Por estas razones, creemos que el TLC con la UE atenta contra las garantías constitucionales para proteger los derechos de la población. Sobre todo, viola el artículo 421 de la Constitución, que establece: “La aplicación de los instrumentos comerciales internacionales no menoscabará, directa o indirectamente, el derecho a la salud, el acceso a medicamentos, insumos, servicios, ni los avances científicos y tecnológicos”.


Referencias

CEPAL. Evaluación de los posibles impactos de un acuerdo comercial entre el Ecuador y la Unión Europea.
Colección: documentos de proyectos, estudios e investigaciones. Santiago de Chile: Naciones Unidas, 2017.

— Integración comercial con la Unión Europea e impactos sobre la pobreza en el Ecuador. Santigo de
Chile, 2010.

— Los efectos potenciales del tratado de libre comercio entre Ecuador y Estados Unidos en las mujeres
rurales ecuatorianas. Chile, 2006.

Iturralde Pablo. La nueva epidemia. Impactos del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea
en el sector de la salud del Ecuador. Plataforma por el Derecho a la Salud. Quito, 2017.

Fuente: http://cdes.org.ec/web/ecuador-en-el-tratado-de-libre-comercio/