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sábado, abril 27, 2024

El FMI, el gobierno de Lasso y el abandono del sector social:  conversación con Carlos De La Torre, ex ministro de economía

Por Gerard Coffey

El precio del barril de petróleo se cotiza por encima de los 100 dólares, pero esa “buena suerte” del gobierno de Guillermo Lasso (CREO) no se ve reflejada en los servicios de salud, educación y obra pública. La razón: el Fondo de Estabilización, que se alimenta con cada dólar adicional por encima del precio presupuestado en la Proforma.

El ex ministro de finanzas y decano de la Facultad de Economía de la UTE, Carlos de la Torre, analiza el acuerdo con el FMI, pero también las intenciones políticas de un sector económico al frente de un gobierno.

En medio de un sostenido crecimiento del precio de petróleo, que sigue por encima de los $100, en el Ecuador no hay dinero para medicinas, existe una masiva falta de empleo que el gobierno no parece tener interés en resolver, y una crisis en el sector de educación. Solo hay plata para la policía para resolver el incremento en la violencia que seguramente tiene relación con la falta de empleo. ¿Por qué? 

Hay dos posibles respuestas: hay una incompetencia total por parte de las autoridades económicas del gobierno o estas tienen algunos objetivos poco evidentes. Se supone que un manejo adecuado de las finanzas públicas debe dirigirse hacia la consecución del bienestar material de la población, pero estamos viendo que la política económica va exactamente en el sentido opuesto.

¿En este descalabro se puede ver la mano del Fondo Monetario Internacional (FMI)? Entiendo que los préstamos del FMI vienen con la exigencia de crear una cuenta bancaria dedicada a garantizar el reembolso de los fondos prestados e incrementar las reservas internacionales. ¿Será que la mayoría del excedente en el precio de petróleo, es decir por sobre lo presupuestado, va directamente a esa cuenta y de ahí no queda nada para salud, educación o creación de empleo?

Efectivamente. Y para entender qué pasa, debemos remitirnos al segundo acuerdo firmado con el FMI en septiembre del 2020. En ese acuerdo, dentro de las condiciones que se establecieron para el Ecuador hay una que es bastante cuestionable: el país garantiza una meta de reservas internacionales de 10 mil millones de dólares. Y esto va de la mano con una reforma normativa que se aprobó en julio del 2020 llamada la Ley de Reordenamiento de las Finanzas Públicas.

Esta ley establece la formación de un fondo llamado  Fondo de Estabilización que sería alimentado con cada dólar adicional recibido por la caja fiscal por encima del precio de petróleo presupuestado. Y en el 2022 el precio presupuestado fue de USD 59.20 , entonces cada dólar recibido por encima de ese precio va directamente al fondo. Y no es de poca monta: por cada dólar adicional a los USD 59,20 por barril que se presupuestaron, la caja fiscal recibe USD 70 millones más cada año. Si vendemos a USD 100 cada barril, en un año son casi USD 3.000 millones.

Lo más pervertido es que el objetivo del FMI es acumular fondos para el pago de la deuda externa, y en segundo lugar ser un respaldo para los fondos depositados por la banca privada en el Banco Central. Y si después de eso queda algo, ese remanente se puede utilizar para salud y educación.

¿Existe la posibilidad de que subestimaron el precio de petrolero?

No. Hay otra explicación. Si este fondo está destinado principalmente al pago de la deuda externa, ahí surge la primera inconsistencia porque en el Presupuesto General del Estado, con los $59.20 que se estableció como precio del barril de petróleo, en ese valor ya estaba considerando el pago que corresponde a la deuda externa durante el año 2022, tanto el capital como servicio.

La pregunta entonces es ¿para qué acumular más recursos para pagar una deuda que ya se está cubriendo con lo presupuestado?

 

Carlos de la Torre
Carlos de la Torre fue ministro de Finanzas de mayo de 2017 a marzo de 2018

Nos hablaron de una crisis financiera en el 2018 y que por ello habría que recurrir al FMI. ¿Fue real o simplemente un discurso destinado a convencer que solo el FMI nos podría salvar?

En 2018, no hubo ninguna crisis de nada.  A diciembre de 2017, el Ecuador alcanzó los mejores indicadores sociales de toda su historia, el nivel de reservas era de los más altos hasta esa fecha, el crecimiento del PIB bordeaba el 3% y el riesgo país era la mitad de lo que es ahora.  El giro en el manejo económico se inició con Richard Martínez a partir de mayo de 2018, con la Ley de Fomento Productivo (agosto de 2018) que afectó a la caja fiscal, y para septiembre de 2019 ya se había alcanzado el primer acuerdo con el FMI.

Ya estamos en manos del FMI y podemos ver las consecuencias para la salud, el empleo y la educación. ¿Se puede hacer algo para rectificar la situación?

Primero hay que entender que hasta el 2018 el Ecuador no tenían deuda con el FMI, aparte de un préstamo de 600 millones que el Fondo entregó, sin condicionamientos, después del terremoto del 2016. En este momento tenemos una deuda con el Fondo de 19 mil millones, y desde agosto del 2018 dependemos casi exclusivamente del FMI.

Pero los intereses de los créditos del FMI son más bajos que los créditos chinos, por ejemplo, que antes formaban un gran porcentaje de la deuda externa. ¿Eso no es bueno para el país?

Durante mi tiempo de ministro (2017), con la deuda que el Ecuador adquirió a través de bonos soberanos, a un promedio de 7.8%, bancos chinos y Goldman Sachs, la deuda externa tenía un costo financiero ponderado promedio de aproximadamente seis por ciento. ¿A cuánto nos presta el FMI? Al dos a tres por ciento. No es mucho menos.

Pero lo importante es evidenciar que no solo debemos considerar la parte financiera sino el contexto económico más amplio. Con los bonos soberanos y los préstamos de los bancos chinos, la obligación era pagar el préstamo e intereses y eso fue todo, pero con el FMI, sí bien hay una tasa de interés más bajo, también tenemos que acatar las condicionalidades que representan un costo brutal en cuanto a desempleo, pobreza e inseguridad. Entonces lo que tenemos es la opción de pagar una tasa más alta o sufrir las consecuencias de las condiciones que conllevan los créditos del FMI que corresponden a intereses externos y no a lo que necesita el Ecuador

¿Es posible que este gobierno y el anterior utilicen al FMI para implementar sus propios planes económicos neoliberales antes que una necesidad real de reducir las tasas de interés?

Exactamente. Y la pregunta es ¿por qué les conviene a ciertos grupos económicos la relación con el FMI? Porque dentro de sus condicionamientos, hay unos que les resulta bastante beneficiosos a los grupos económicos nacionales. Primero, el FMI promueve la reducción del Estado a su mínima expresión. Y un Estado más pequeño consume menos recursos y esto implica menos impuestos y el gran capital nacional e internacional, siempre busca pagar menos impuestos para mejorar sus ganancias.

En segundo lugar, el FMI impulsa las reformas laborales para que los salarios sean cada vez más bajos en términos reales. Y para el capital nacional tanto como las inversiones extranjeras esto maximiza el rendimiento y ,por tanto, favorecen a un gobierno que se arrime al FMI.  En tercer lugar, uno de los mandamientos del Consenso de Washington que el FMI promueve es la privatización de los bienes del Estado. Y al capital internacional le interesa hacerse, por ejemplo, de la generación de energía, telecomunicaciones y refinería de petróleo, pero no entra solo, sino en alianza con los capitales nacionales. Entonces el FMI es una suerte de chivo expiatorio para justificar estas medidas.

El discurso es que aquí estamos ahorcándonos y lo único que nos puede salvar es el FMI, entonces hay que hacer lo que dice. Y así no asumen la responsabilidad ni el costo político dentro del país. Ante la opinión pública es el FMI el que nos impone esas medidas.

En estas circunstancias ¿qué se puede hacer para mejorar la situación social del país y resolver el problema de empleo y seguridad?

Poco antes del inicio del confinamiento debido al covid-19, el ministro Richard Martínez (gobierno de Lenin Moreno) anunció que van a renegociar la deuda externa. Pero renegociaron los bonos soberanos, aproximadamente 19 mil millones o solo la tercera parte de la deuda externa.  A la par, Ecuador asumió más deuda con el FMI, lo que en este momento representa un tremendo peso.  Desde mi perspectiva no es sana esta dependencia casi exclusiva con el Fondo Monetario.

Lo que se tiene que hacer es renegociar esa deuda y eso sí se puede hacer. El FMI no es como muchas veces lo pinta, es decir un organismo internacional que viene ye impone unilateralmente unos condicionamientos. En la práctica estas condiciones son negociados con el gobierno. Claro, el FMI tiene su visión, pero son las autoridades ecuatorianas las que proponen  medidas.

Para librarnos del FMI también debemos buscar otras fuentes de financiamiento externo.  Evidentemente será con costos financieros mayores (tasas de interés) pero no habrá condicionamientos que operan en contra del desarrollo económico y social de las mayorías.

La Ley de Reordenamiento de las Finanzas Públicas (2020) establece la formación del  Fondo de Estabilización que sería alimentado con cada dólar adicional recibido por la caja fiscal por encima del precio de petróleo presupuestado. Y, en el 2022, el precio presupuestado fue de USD 59.20 , entonces cada dólar recibido por encima de ese valor va directamente al fondo.


 

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