¿Ecuador entre los países más felices?
A finales de 2019 se publicó el Reporte Mundial de la Felicidad realizada por la ONU, a través de una encuesta realizada por Gallup. Los entrevistados evalúan su vida en una escala de 0 a 10, donde 0 representa la peor vida y 10 la mejor vida posible. Se incluyen seis componentes: niveles del PIB, esperanza de vida, generosidad, apoyo social, libertad y corrupción.
En el Índice de Felicidad o el grado de satisfacción con la vida, Finlandia se ubica en primer lugar entre 156 países, seguido de Dinamarca, Noruega e Islandia. A nivel de América Latina, México ocupa la posición 23, Chile 26, Panamá 31 y Uruguay 33.
Ecuador se ubica en el puesto 50 en el ranking de Felicidad, por encima de países como Corea del Sur, Japón, Portugal, Rusia, entre otros. No se conoce en qué ciudades se realizaron las encuestas, a cuántos ciudadanos y a qué estratos sociales se entrevistaron. Al margen de estas interrogantes, ¿se podría inferir que los ciudadanos ecuatorianos están conformes con la situación económica, social y política imperante?
Las encuestas que se han realizado en Ecuador acerca de la percepción de la población sobre la situación actual y futura del país no son nada optimistas. En una encuesta realizada desde el 7 al 14 de diciembre de 2019, en las provincias de Pichincha, Guayas y otras provincias, 1.200 casos, a la pregunta ¿Cómo considera la situación actual del Ecuador?, sugiere que el 48% de los entrevistados percibe que “la situación del país está mal” y únicamente el 7% considera que está “muy buena”.
A la pregunta, ¿Cuál refleja la situación a futuro del Ecuador?, el 43% de los consultados se pronunció que “Ecuador estará peor que hoy”, y solamente el 11% manifestó que “Ecuador estará mejor que hoy” (Eurek, 2019).
“Ecuador se ubica en el puesto 50 en el ranking de Felicidad, por encima de países como Corea del Sur, Japón, Portugal, Rusia, entre otros. No se conoce en qué ciudades se realizaron las encuestas, a cuántos ciudadanos y a qué estratos sociales se entrevistaron. Al margen de estas interrogantes, ¿se podría inferir que los ciudadanos ecuatorianos están conformes con la situación económica, social y política imperante?”
El Reporte del Índice Mundial de la Felicidad de la ONU en el caso específico de Ecuador no refleja la percepción de la población acerca de la felicidad por las condiciones económicas y sociales imperantes en el país.
¿El milagro económico chileno?
La producción de bienes y servicios en un determinado periodo de tiempo se denomina (PIB) que, dividido por el tamaño de la población, se llama PIB per cápita, es un indicador referencial del nivel de vida de la población en un país. La CEPAL afirma que “…el crecimiento del PIB es una condición clave para el desarrollo”.
A mediados de la década del 70, el PIB per cápita de Ecuador, en valores constantes de 2010, era equivalente a 3.388; Colombia 3.382; Panamá 3.764; Perú 3.838, y Chile $3.856, es decir, en este grupo de países no había mayores diferencias en el nivel de vida de la población.
Una década después, 1985, el PIB per cápita de Ecuador subió levemente hasta ubicarse en 3.664 mayor que el de Perú $3.265, pero menor que los de Colombia, Panamá y Chile.
En 1985, se dinamiza el crecimiento sostenido de la economía chilena hasta 2018. En este periodo, el PIB per cápita, en valores constantes, sube de 4.697 a $15.130 (Ibidem). Algunos analistas atribuyen como factor determinante del denominado “milagro chileno” a las políticas neoliberales que se ejecutaron desde la dictadura de Augusto Pinochet.
Chile es el mayor productor de cobre y en 2016 generó el 38% de la producción mundial. En 2018, las exportaciones de cobre alcanzaron a 39.923 millones -representa más del 50% del total de las exportaciones-, productos químicos 5.282, celulosa y papel 4.244, productos metálicos, maquinarias y equipos 2.379, vino 2.002 millones, entre otros.
Codelco, la empresa estatal produce alrededor de un tercio del cobre. En 2019, se ubicó como la tercera empresa más grande a nivel nacional. En 2018, la empresa pública tuvo ingresos por 11.219 y alcanzó excedentes por $2.002 millones. Paradójicamente ni en pleno auge de las políticas neoliberales las élites empresariales y políticas se plantearon la privatización de Codelco.
“[…] el “milagro económico”, Chile se registra una inequitativa distribución del ingreso. El Índice de Gine en 2015 alcanzó 0,45 y la pobreza total era de 11,7% de la población, tasa de desempleo cerca del 7%, amplios sectores de estudiantes no acceden a la educación superior por los altos costos, las pensiones de los jubilados no superan el 40% del salario mínimo”.
El país de la estrella solitaria, en alguna medida consiguió desarrollar y diversificar la producción y exportación de bienes y servicios. En 2018, Chile recibió 5,7 millones de turistas, quienes realizaron gastos por $3.375 millones, promedio de estadía por noche 11,5 y promedio de gasto por persona $564,5.
No obstante, el “milagro económico”, Chile se registra una inequitativa distribución del ingreso. El Índice de Gine en 2015 alcanzó 0,45 y la pobreza total era de 11,7% de la población, tasa de desempleo cerca del 7%, amplios sectores de estudiantes no acceden a la educación superior por los altos costos, las pensiones de los jubilados no superan el 40% del salario mínimo.
Importantes segmentos de la población han sido excluidos de los beneficios del crecimiento económico, hechos que originaron las masivas movilizaciones, paros y violentas protestas de la población a fines de 2019 y comienzos de 2020 que obligaron al gobierno de Sebastián Piñeira a convocar un plebiscito para reformar la Constitución que dejó como legado la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Panamá, ¿Singapur de América Latina?
En 1989, comienza el despegue económico de Panamá, deja rezagados a Colombia, Perú y Ecuador. En los últimos 30 años, 1989-2018, el PIB per cápita, en valores constantes, de Panamá sube de 3.837 a $11.724, más del doble que el de Ecuador (Ver gráfico Nº.1).
Los presidentes Jimmy Carter y Omar Torrijos en 1977 firmaron un tratado por el cual, luego de un periodo de transición, el 31 de diciembre de 1999, Panamá asumió el control del Canal que une a los océanos Atlántico y Pacífico.
En aquellos años, algunos economistas pronosticaban que el tránsito por el Canal iba a disminuir cuando Estados Unidos deje de administrar, otros se lamentaban que dejarían de percibir U$350 millones al año por la presencia de las tropas norteamericanas, los administradores y sus familias.
Panamá abrió su economía hace más de 30 años, cuando otros países de América Latina estaban sumidos en la crisis de la deuda externa, déficits fiscales e inflaciones galopantes. Panamá aprovechando su situación estratégica del Canal progresivamente se fue consolidando como un importante centro internacional del comercio, finanzas, turismo, logística, transporte aéreo, entre otras actividades.
En 1997, se constituyó la empresa pública Autoridad del Canal de Panamá (ACP) que goza de autonomía administrativa, financiera y patrimonio propio. En 2019, por el Canal interoceánico transitó más del 6% del comercio mundial, alrededor de 14.000 barcos, circularon 450 millones de toneladas de carga.
Los ingresos de la empresa pública en 2019 llegaron a $3.365 millones. En la Constitución de Panamá se establece que la empresa pública debe traspasar a las arcas fiscales sus excedentes económicos, luego de cubrir los costos de operación, inversión, ampliación y reservas necesarias para contingencias. En 2019, por concepto de excedente económico el fisco recibió $1.786 millones (Ibidem).
Los recursos generados por la empresa pública (ACP) sirvieron para apalancar el desarrollo de su infraestructura: puertos, autopistas, aeropuerto, metro. Las políticas de estado promovieron la diversificación de las actividades productivas tales como actividades financieras, transporte aéreo, turismo. Las élites empresariales y políticas no se han pronunciado a favor de privatizar la empresa pública Autoridad del Canal de Panamá.
“Panamá abrió su economía hace más de 30 años, cuando otros países de América Latina estaban sumidos en la crisis de la deuda externa, déficits fiscales e inflaciones galopantes. Panamá aprovechando su situación estratégica del Canal progresivamente se fue consolidando como un importante centro internacional del comercio, finanzas, turismo, logística, transporte aéreo, entre otras actividades”.
El dólar es la moneda de curso legal desde el año 1904, por lo que depende para su estabilidad de la generación de divisas. El Balboa se utiliza únicamente como moneda fraccionaria para pequeñas transacciones. La economía es abierta y orientada a los servicios, representa el 75% de la economía, y el 25% corresponde actividades primarias y secundarias. Panamá no depende como otros países latinoamericanos de la explotación de petróleo, carbón, plata, hierro o de productos agrícolas.
El sistema bancario incluye más de 100 bancos entre nacionales y extranjeros. Los bancos extranjeros a agosto de 2019 registraban depósitos por 85.506 y activos por $122.624 millones, en tanto que los nacionales 74.734 y $105.190 millones, respectivamente.
En 2018, 4,4 millones de turistas dejaron $4.605 millones en gastos efectuados por los visitantes durante su estadía en Panamá, el tiempo promedio de estadía de un turista era de 8 días y gastó un promedio de $ 1.856, según la Autoridad de Turismo.
Panamá es considerado como un “paraíso financiero” por lo que empresas y personas naturales de diversas nacionalidades migran sus capitales al sistema financiero que se caracteriza por los altos niveles de sigilo para ocultar patrimonio, evadir impuestos en sus países de origen, a través de la creación de “empresas de papel”. El sistema financiero panameño representa cerca del 8% del PIB.
En 2016, se produjo la filtración de documentos más grande de la historia sobre paraísos fiscales denominado “Panama Papers”, en el ámbito de América Latina se desveló cómo grandes empresarios, altos funcionarios de gobiernos, destacadas figuras del deporte escondían su riqueza y evadían impuestos.
En los papeles de Panamá estaban el expresidente de Argentina, Mauricio Macri, el futbolista Lionel Messi, Eduardo Cunha expresidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Pedro Delgado primo del ex presidente del Ecuador, Keiko Fujimori excandidata a la presidencia de Perú, entre otros.
A pesar de los hechos de corrupción que se han dado en Panamá con la participación de grandes empresas como Odebrecht, en los últimos 30 años registró la mayor tasa de crecimiento económico de América Latina, 5,8% de promedio anual. Sin embargo, el crecimiento económico no ha beneficiado a importantes segmentos de la población. En 2018, el Índice de Gine era de 0,49 y en 2017, el 20,7% de la población vivía bajo la línea de pobreza.
Ecuador, ¿décadas perdidas?
Ecuador durante más de dos décadas registró un PIB per cápita superior que el de Perú, pero en 2008 el vecino del sur rebasó en forma sostenida hasta que en 2018 alcanzó un valor de $6.453, en valores constantes, frente al de Ecuador que se ubicó en $ 5.185, que apenas representa un tercio del PIB per cápita del Chile (Ver gráfico N.º 1).
El país, igualmente, desde 1960 tenía un PIB per cápita mayor que el de Paraguay, sin embargo, en 2017 remontó el indicador y en 2018 alcanzó un PIB per cápita de $5.396.
“Ningún gobierno de corte liberal, progresista, conservador y/o populista consiguió diversificar cualitativamente la producción de bienes y servicios. Ecuador sigue produciendo y exportando básicamente productos primarios: petróleo, camarón, banano, cacao, café, flores, cuyos bienes se caracterizan por la volatilidad de los precios en los mercados internacionales”.
Los sucesivos gobiernos que se alternaron en el país no fueron capaces de apalancar los recursos generados por las exportaciones petroleras para promover el desarrollo de otros sectores de la economía: agroindustria, manufactura, construcción, turismo.
En la última década, se importó combustibles y lubricantes por un monto de $41.228 millones, monto suficiente para construir 4 refinerías. A pesar de periodos de auge petrolero, paradójicamente no se consiguió generar mayor valor agregado al principal producto de exportación del país.
Ecuador no mantuvo políticas del Estado a largo plazo. Los partidos y movimientos que llegaron al poder ejecutaron nuevas políticas, unos privilegiaron la “economía de libre mercado”, otro “una economía mixta” y otro promovió el modelo de “sustitución de importaciones”.
Cada gobierno se lamentaba las condiciones económicas y sociales que había heredado del gobierno anterior y ofrecían crecimiento económico, crear fuentes de empleo, mejorar las condiciones de vida de la población, así como proyectos que nunca llegaron a cumplir, ha sido una constante echarle la culpa al otro y no asumir su propia responsabilidad.
La inestabilidad política fue una característica desde el retorno a la democracia. En cada posesión el nuevo presidente juraba solemnemente defender la Constitución y las leyes de la República. No obstante, desde el retorno a la democracia entraron en vigor tres constituciones con sus respectivas reformas. Un presidente se comprometió a “revaluar la moneda”, otro “o cambiamos al Ecuador o morimos en el intento” y otro se autoproclamó el “Gobierno de todos”.
Ningún gobierno de corte liberal, progresista, conservador y/o populista consiguió diversificar cualitativamente la producción de bienes y servicios. Ecuador sigue produciendo y exportando básicamente productos primarios: petróleo, camarón, banano, cacao, café, flores, cuyos bienes se caracterizan por la volatilidad de los precios en los mercados internacionales.
Las élites empresariales tampoco contribuyeron a desarrollar una economía más diversificada. Se limitaron a criticar la excesiva intervención del estado en la economía, el abultado gasto público, la obesa burocracia, pero al mismo tiempo se beneficiaban de los subsidios a los combustibles, remisiones tributarias, deducciones y exoneraciones de impuestos.
Los excedentes económicos que obtenían las grandes empresas, sus ejecutivos migraron en su mayor parte a paraísos fiscales para evadir impuestos o en el mejor de los casos pagar lo mínimo, las últimas cifras publicadas por la autoridad tributaria estimaban en $30.000 millones.
A septiembre de 2017, el número de personas naturales o jurídicas que aparecen en Panama Papers de origen ecuatoriano es el siguiente: el número de empresas offshore creadas en paraísos fiscales fue de 2.113, intermediarios -persona natural o jurídica que intermedio la creación de empresas offshore- 376, beneficiarios -persona natural o jurídica que es representante o accionista de empresas offshore- 1.737, en conjunto suman 4.226 (SRI,2017).
Las élites empresariales y analistas ortodoxos reiteradamente se han lamentado que no hay estímulos para realizar nuevas inversiones, que la inversión extranjera no llega al país por las elevadas cargas tributarias. Un estudio conjunto de la OCDE, BID, CEPAL, en 2019, establece que la relación entre ingresos tributarios como porcentaje del PIB, en Ecuador se ubicó en 19,9%, por debajo del promedio de América del Sur, 22,8%, y es prácticamente similar a los de Chile, 20,2%, y de Colombia, 18,8%.
En el “Gobierno de todos” los gremios empresariales se comprometieron a invertir en el país USD 9.000 millones, pero condicionaron a la eliminación del anticipo del impuesto a la renta, el impuesto a la salida de capitales, reducción de aranceles, concesión de empresas públicas, entre otras exigencias. En más de tres años, los capitales que se comprometieron a repatriar las élites empresariales nunca llegaron.
A más de las remisiones tributarias, eliminación del anticipo del impuesto a la renta, reducción del impuesto a la salida de capitales y la crítica situación económica del país, las grandes empresas no cumplen con sus obligaciones tributarias.
Las constituciones, leyes, códigos ordinarios y orgánicos que previamente se debatieron acaloradamente y luego se aprobaron en las funciones Legislativa y Ejecutiva, las propias autoridades de las diversas funciones del Estado no las cumplieron a cabalidad. El Código Orgánico Tributario, Art. 291, establece embargo ejecutivo de bienes propiedad del deudor, pero en los hechos es letra muerta.
¿El Patrimonio Cultural de la Humanidad a la deriva?
Tradicionalmente los gobiernos autónomos descentralizados han demandado mayores recursos al Estado para desarrollar diversas obras de infraestructura y/o gastos corrientes, pero salvo contadas excepciones, no han sido capaces de generar sus propios recursos a pesar de que diversas disposiciones legales les faculta hacerlo, como las leyes ambientales y de transporte terrestre. Las autoridades seccionales desempeñaban sus funciones priorizando los intereses de grupos políticos y/o en su afán de reelegirse.
Hace pocos años atrás, la capital de los ecuatorianos era una de las ciudades más desarrolladas del país, luego los burgomaestres por inercia y/o deliberadamente establecieron la política de liberalismo criollo, “dejar hacer, dejar pasar”, que ha derivado en una ciudad desorganizada, con tráfico caótico, altos niveles de contaminación ambiental y visual, creciente inseguridad y agobiada por el lastre de la corrupción.
“En este ambiente de contaminación ambiental y visual, informalidad e inseguridad se agrega la creciente presencia de hombres y mujeres que, con niños en sus brazos, en forma dramática piden una ayuda económica, al igual que indigentes. En estos aspectos, la capital de la República ha retrocedido 20 años”.
Conductores de vehículos y peatones por lo general no acatan las normas básicas de transporte terrestre. Buses que paran en sitios no permitidos, compiten entre ellos para recoger pasajeros, cruzan los semáforos cuando están en rojo, circulan sin la correspondiente revisión vehicular.
Buses, busetas, volquetas, articulados -públicos y privados- emanan gran cantidad gases contaminantes que dejan impregnado de hollín parterres, casas, edificios, iglesias, pasos a desnivel, que causan enfermedades e incluso miles de muertes al año. Taxistas que se sienten dueños de las vías públicas que hacen caso omiso a las señales de tránsito, hay que darles paso para que no le embistan con el vehículo. Ni que decir de los conductores de motos.
Operadoras de televisión por cable, internet, distribuidoras de energía eléctrica, telefonía fija, realizan sus instalaciones en calles y avenidas en forma precaria, tallarines de cables, impunemente siguen contaminando visualmente a la urbe. Cualquier persona pone anuncios en postes, veredas, parterres, espacios públicos o en las fachadas de negocios que deterioran el ambiente arquitectónico de la capital de los ecuatorianos.
Miles de informales nacionales y extranjeros se han tomado las calles, avenidas, plazas y en general espacios públicos para preparar y vender productos alimenticios, con cocinetas y tanques de gas, en condiciones precarias, análisis que han realizado organismos públicos han detectado salmonella, coliformes fecales y escherichia coli, entre otras. Informales que venden helados, agua, gaseosas o cualquier producto en parterres que dejan destruidos los espacios verdes y que en verano se vuelven polvorientos. A ello se suma el deficiente mantenimiento de parques, jardines y parterres.
Grafiteros que embadurnan con leyendas, imágenes, símbolos que nada tienen que ver con elementos de arte las paredes de casas, edificios, iglesias, monumentos, pasos a desnivel que deterioran la imagen del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En este ambiente de contaminación ambiental y visual, informalidad e inseguridad se agrega la creciente presencia de hombres y mujeres que, con niños en sus brazos, en forma dramática piden una ayuda económica, al igual que indigentes. En estos aspectos, la capital de la República ha retrocedido 20 años.
Los GADs tienen la facultad legal para controlar la contaminación ambiental y visual, sin embargo, no lo aplican.
El Código Orgánico Ambiental, numeral 4 del artículo 9, que aborda los principios ambientales, establece:
“El que contamina paga. Quien realice o promueva una actividad que contamine o que lo haga en el futuro, deberá incorporar a sus costos de producción todas las medidas necesarias para prevenirla, evitarla o reducirla. Asimismo, quien contamine estará obligado a la reparación integral y la indemnización a los perjudicados, adoptando medidas de compensación a las poblaciones afectadas y al pago de las sanciones que correspondan”.
A su vez, el Código Orgánico Integral Penal, en el artículo 253, referente a la contaminación del aire, dispone:
“La persona que, contraviniendo la normativa vigente o por no adoptar las medidas exigidas en las normas, contamine el aire, la atmósfera o demás componentes del espacio aéreo en niveles tales que resulten daños graves a los recursos naturales, biodiversidad y salud humana, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.
Lo que ocurre en la capital de los ecuatorianos se reproduce en mayor o en menor medida en otras ciudades del país.
Según la Organización Mundial de Turismo, Cuba, con todo el bloqueo económico que tiene de parte de Estados Unidos, en 2018, registró 4,6 millones de turistas, quienes generaron ingresos por $2.903 millones.
¿Luces al empezar el nuevo decenio?
El “gobierno de todos” confía en el desarrollo de la minería metálica a gran escala que empezará este año a exportar concentrado de cobre, plata y oro que significarían ingresos para el Estado, lo que le permitiría reducir el déficit fiscal. Sin embargo, es un verdadero misterio el contenido de los contratos firmados entre los gobiernos de Alianza País y las empresas mineras extranjeras.
El Ejecutivo se ha planteado como meta, en 2020, aumentar la producción petrolera en 21.000 barriles de crudo en promedio por día en el campo Ishpingo que forma parte del bloque petrolero 43 conocido también como Ishpingo, Tambococha y Tiputine (ITT), a pesar de que el primer Mandatario se comprometió en la 25 Cumbre del Cambio Climático de Naciones Unidas a fortalecer las áreas protegidas y ejercer más control a la deforestación y restauración natural.
El año 2020 es un año electoral. En el Consejo Nacional Electoral se hallan registrados 23 partidos y movimientos políticos nacionales, 71 organizaciones provinciales, 164 cantonales y 21 parroquiales, que en conjunto suman 279 organizaciones políticas, cuyas diferencias ideológicas son difusas.
“Uno de los desafíos es establecer políticas económicas de Estado a largo plazo, crear un clima de confianza, dar estabilidad jurídica. Se debe promover la construcción de grandes obras de infraestructura que generen fuentes de empleo”.
Hasta el momento, no se visualiza un candidato que podría promover el crecimiento sustentable de la economía, bajar los niveles de desempleo y subempleo, reducir los niveles de pobreza y extrema pobreza, así como combatir la corrupción e impunidad.
Por el contrario, dada la desafectación de la población hacia las organizaciones políticas y la profundización del descontento social por los altos niveles de exclusión es probable que algún candidato sin mayor experiencia administrativa en el sector público se erija en offsider en su intención de llegar a Carondelet.
Ecuador se ha quedado rezagado en relación con la mayoría de los países de Suramérica en cuanto se refiere al nivel de vida de la población. Hoy en día, la sociedad está fragmentada en los aspectos económico, social y político. Las masivas manifestaciones, paros y protestas de amplios sectores de la población que se produjeron en octubre de 2019 por la eliminación de los subsidios a los combustibles tuvieron como origen las altas inequidades sociales.
Por lo que es necesario llegar un consenso mínimo entre los principales actores sociales -gobierno, empresarios, empleados y trabajadores, campesinos, indígenas- para diseñar políticas de Estado a largo plazo.
Es imprescindible reformar la Constitución y funciones de las diversas instituciones del Estado para erradicar la corrupción y la impunidad que se ha vuelto un lastre, un agujero negro y devolver la confianza en el país.
Uno de los desafíos es establecer políticas económicas de Estado a largo plazo, crear un clima de confianza, dar estabilidad jurídica. Se debe promover la construcción de grandes obras de infraestructura que generen fuentes de empleo.
Hay que diversificar la producción nacional de bienes y servicios, generando mayor valor agregado para no depender exclusivamente de las exportaciones de algunos productos básicos. Es inaudito que se siga exportando petróleo crudo y se continúe importando combustibles y lubricantes que representa una incesante salida de capitales y no se construya una nueva refinería.
Ecuador tiene el potencial para desarrollar el turismo por sus recursos naturales, centros históricos, iglesias coloniales, diversidad étnica y cultural. En esa dirección, se debe mantener las ciudades limpias, reducir drásticamente la contaminación ambiental y visual, realizar el soterramiento de tallarines de cables, mantener adecuadamente los espacios verdes, eliminar grafitis que no tienen nada que ver con arte, reubicar las actividades informales a determinados sitios, donde tengan una infraestructura adecuada, se les capacite y se les otorgue créditos preferenciales. Si no se realizan estos cambios básicos, Ecuador seguirá estancado en los ámbitos económicos y sociales.
*Economista, docente universitario y ex director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Central del Ecuador.
Fotografía: Cortesía de Guías – viajes.
Datos estadísticos: Eurek, Ecuador-Situación actual, diciembre de 2019.