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domingo, diciembre 22, 2024

ENTREVISTA A LUIS MALDONADO LINCE. EL MUNDO EN CRISIS: “HEMOS LLEGADO AL FIN DE UN SISTEMA QUE YA NO DA MÁS DE SÍ, NO FUNCIONA, Y ESTÁ INFECTADO DE POLÍTICAS Y DOCTRINAS ZOMBIS”

EL MUNDO EN CRISIS: “HEMOS LLEGADO AL FIN DE UN SISTEMA QUE YA NO DA MÁS DE SÍ,  NO FUNCIONA, Y ESTÁ INFECTADO DE POLÍTICAS Y  DOCTRINAS ZOMBIS”

ENTREVISTA A LUIS MALDONADO LINCE

Luis Maldonado Lince fue delegado del Presidente de la Republica a la Junta Bancaria en el gobierno de Rafael Correa y Secretario de la Producción en el gobierno de Alfredo Palacio.

 

La situación económica de Europa parece cada vez más grave, amenazando ahora a países antes considerados intocables. ¿Cómo ve usted el contexto económico global? ¿Esto es más que una simple recesión?

 He seguido de cerca,  desde hace algún tiempo,  lo que ocurre en Europa y Estados Unidos  y lo que sucede en el mundo en vías  de desarrollo. La situación la puedo resumir fácilmente en un solo punto. Hemos llegado al fin de un sistema que ya no da más de sí,  no funciona, y está infectado de políticas y  doctrinas zombis.

 

¿Pero no estamos hablando del fin del capitalismo?

 

Cristina Fernández, la presidenta de Argentina, acaba de decir en la última reunión del G20  que  quiere un capitalismo mas humano, un capitalismo consecuente con las necesidades de la gente.  Eso puso una luz de esperanza;  de que podían arbitrarse  algunas medidas distintas, tanto en la crisis europea como en la crisis generalizada de los países del G20.  Pero por desgracia el problema no es ese,  el verdadero problema es una  falla sistémica. La relación capital – trabajo parece haber llegado a un punto de obsolescencia total.

 

¿Y de qué se trata la relación Capital-Trabajo?

 

La relación capital-trabajo es la que se da  entre la remuneración del capital comparado con el trabajo.   Es una  relación asimétrica.  Recibe mucho más el capital que el trabajo. Por ejemplo, en el Ecuador la relación es: capital el 85% de la renta y  el trabajo el 15%, con una serie de problemas colaterales como las bajas remuneraciones, que no compensan la distribución inequitativa por la vía salarial.

 

Se dice por ejemplo, y es obvio, que el capital – la inversión – en el momento que empieza a operar para obtener beneficios, no puede venderse  por debajo de sus costos de producción. Esto es un hecho aceptado en cualquier parte del mundo.

 

Pero por otro lado el trabajo, que es el producto que venden los trabajadores, lo construido con su vida, su esfuerzo, su mente, su corazón, en fin todo –  sí se vende por debajo del costo de producción.  Se entiende que una persona para sobrevivir necesita alimentarse, necesita educarse, necesita vestirse, necesita tener donde vivir, y llevar una vida que  sea digna en todos los sentidos. Eso tiene un valor, o en términos económicos;  un costo de producción.

 

Ese valor  tiene varias formas de calcularse. Se lo puede calcular  por la vía de los ingresos mínimos por ejemplo, y esta es una de las perversidades  del sistema. Me pregunto ¿por qué se tiene que pensar en el ingreso mínimo y no en el ingreso necesario?  ¿Por qué no pensar en un ingreso que permita tener aquellas cosas que son imprescindibles para vivir, más una capacidad de ahorro?

 

¿Y esta crisis del capital implica que esta y otras ideas van a ser considerados? 

 

Precisamente por eso digo que el sistema basado en esas dos variables  fundamentales, capital-trabajo ha llegado a su fin.

 

Ese es el problema que reúne a los presidentes del G20, del G8, del G7 los principales ejecutivos políticos a nivel de  la Unión Europea,  del Mercosur, de UNASUR, etc. etc. Se reúnen para cruzar conceptos e ideas alrededor del mismo cansino tema  de políticas y conceptos zombis, pero siempre terminan en  las mismas cosas: austeridad, libre comercio, desregulación financiera, privatizaciones, reducción del gasto social, congelamiento de salarios, y otras maravillas por el estilo.

 

Por ejemplo, con Colombia tenemos este momento una relación un tanto tensa. Hubo una declaración absolutamente hepática de decir que nos vamos a ir del grupo andino; para,  a renglón seguido, apenas llega a Colombia, el Señor Correa, felizmente, da marcha atrás y dice que ahora es uno de los más fervientes integracionistas. Medio histriónico, me parece, pero eso es  lo que dijo. El hecho concreto detrás de esto  es que las soluciones giran siempre alrededor de las mismas cosas: el intercambio, la competitividad, y otros asuntos que lo único que logran es que unos prevalezcan sobre otros en términos del comercio.

 

Entonces existe este fallo sistémico pero las respuestas son siempre las mismas y no muchas esperanzas de que el fallo se resuelva

 

Pues es notorio lo que ocurre. Apenas hay algún tipo de contracción o de incertidumbre en el sistema en su conjunto y las bolsas de valores caen. ¿Y cuáles son las principales acciones que lo hacen?  Las más rentables,  desde el punto de vista de la operación óptima  del sistema, que no son otras que aquellas que están vinculadas al aparato financiero: las de los principales bancos, las principales financieras, los bancos de inversión, etc. etc.

 

Por ejemplo hemos visto en las últimas semanas,  de una semana a otra, de un día para el otro, como los principales indicadores de las bolsas de valores suben y bajan espectacularmente.  Suben 600 puntos, caen 500, vuelven a subir 400, caen 397… En fin, esta inestabilidad está poniendo de manifiesto el verdadero punto sensible de un sistema que no da más.

 

Es un sistema financiero  que ya no tiene capacidad para dictar el destino de la humanidad.  Ni siquiera tiene capacidad para manejar a sus títeres políticos, que están en los gobiernos. Ni ellos saben qué hacer, ni los políticos saben qué hacer.  Entonces es  evidente que este sistema va a ser sustituido por otro.

 

Y este nuevo sistema cómo funcionará?

 

No lo sé y solo tengo interrogantes. Pero sé que la solución está en movimientos como de los Indignados, Ocupa Wall Street, el movimiento estudiantil chileno, los movimientos de la Primavera Árabe. Todo eso causa esperanza en muchos sectores progresistas, sin embargo también causa incertidumbre.

 

Por ejemplo, uno lee a Stéphane Hessel, lee a Federico Mayor Zaragoza, al juez Baltasar Garzón, a una serie de personas que está escribiendo alrededor de este fenómeno mundial, pero lastimosamente ninguno aporta una sola solución, y no es que les falten ideas.  Pero no tienen la alternativa.

 

¿No podría ser que esta crisis es también síntoma de una transición de poder económico desde Estados Unidos y Europa hacia China, como sucedió al inicio del siglo XX cuando el centro de poder económico pasó de Europa a Estados Unidos? 

 

Claro,  pero en el caso anterior el sistema fue intocado y yo creo que este representa un fenómeno mucho más profundo, mucho más grave desde el punto de vista de la desorientación reinante. A quien le preguntes de Ocupa Wall Street, en Chile, en la Primavera Árabe, en el Movimiento de los Indignados en Europa ¿cuál es la alternativa?  te dicen todos que no queremos ya a los políticos, a los poderosos. Queremos ser nosotros mismos los que definamos nuestro destino. Está bien, estoy de acuerdo. Pero ¿Cómo funcionará?

 

¿Pero el gobierno chino y su economía capitalista no verá la crisis occidental de otra manera? ¿Con su visión a mucho más a largo plazo no pensarán que representa una oportunidad? ¿Asunto de esperar que el mundo caiga en sus manos como fruto maduro?

 

Posiblemente.  Desde el punto  de vista estratégico, pienso que China está haciendo lo que debe hacer, tiene un mercado sumamente flexible y con un enorme potencial.  Puede llegar en pocos años a trescientos millones de consumidores.

 

Pero, incluso con  trescientos millones, es decir un 25% de su población, resultará  relativamente fácil para China cambiar cualitativamente y cuantitativamente las cosas,  ya que el gobierno tiene el control  de la oferta monetaria.  Es obvio que puede generar niveles de demanda adecuados. Es decir en una concepción Keynesiana del desarrollo, desde las macro políticas el poder de manejar la variable de la oferta  monetaria, tiene una gran ventaja, porque incide directamente en el consumo. Y una cosa más, China no necesariamente depende exclusivamente del comercio exterior. La mega expansión de su mercado interno la convertiría,  en el  corto plazo,  en el mayor mercado del mundo.

 

¿Y estimular los mercados internos seria una fórmula para que los países sudamericanos, que ahora se sienten más o menos cómodos frente a la crisis europea, se blinden contra las consecuencias futuras?

 

Cuando oigo la palabra blindaje, necesariamente pienso en una estructura que evita que inmensas fuerzas que vienen desde el exterior afecten a lo que está dentro del blindaje. Entonces si me pongo a pensar que el problema, por hablar solamente del  caso de Italia y su deuda de 2.3 trillones de euros (alrededor de dos punto ocho millones de millones de dólares), si ese es el tamaño del problema de un solo país, y lo que tiene el Fondo de Rescate de la Economía Europea son aproximadamente 600.000 millones de euros, obviamente es una gota de agua en el desierto. Si es que esos países, Italia por ejemplo con un producto interno bruto de más de 1.2 trillones de euros anuales, tienen problemas graves ¿qué es lo que puede hacer el resto del mundo?

 

El Ecuador, según aseveraciones del Gobierno, según declaraciones oficiales del propio señor Correa, cuenta con alrededor de $ 1.3 mil millones de dólares para enfrentar los impactos.  Me pongo a pensar en los 4.800 millones de dólares de déficit presupuestario, en los 4.000 millones de deuda soberana con un interés de 5 o 6 por ciento, ( no sabemos exactamente), entregados al Seguro Social, a cambio de dinero contante y sonante, en los más de $ 2.000 millones de venta anticipada del petróleo, que representa endeudamiento al 7% de interés, es decir un rendimiento que se acerca al nivel  de catástrofe financiera (como en España o Italia), en los más de  8.000 millones de deuda-externa, con intereses promedio del 8%; en los $ 5.000 millones de la deuda privada registrada; y, finalmente, los $ 6.000 millones de déficit comercial no petrolero; hablar de blindaje de $ 1.3 mil millones, frente a $ 29.800 millones de exposición real, es realmente ridículo, por decir lo menos.

 

Y la refinería de esmeraldas dejará de funcionar durante 9 meses en el 2012, lo que implica importar más derivados de petróleo como la gasolina, y de ahí el empeoramiento del déficit comercial …..

 

Se paraliza nueve meses o más, y ahí está la imprevisión, la incapacidad, la falta de visión.

 

¿Es hora de pensar en estimular los mercados internos y dejar de depender de las exportaciones?

 

Esta es una forma de operar  que debería estar ya rindiendo resultados,  para tener alguna posibilidad de enfrentar lo más grave  de la crisis que está por venir. ¿Pero qué estamos haciendo en términos de integración? Y aquí es importante resaltar que la integración y la cooperación, es decir los vínculos de distinta índole con otros países, se deben manejar en términos de tres elementos fundamentales si vamos a proteger y desarrollar mercados internos

 

*Primero, la convergencia de las economías es un denominador común, todo el mundo lo sabe.

 

*Segundo, factor importante, es la complementariedad como antítesis de la competitividad o la competencia desbocada y feroz.

 

*Y el último, la solidaridad.

 

Estos tres criterios  deberían estar permanentemente presentes y operativos, para que se puedan proteger los mercados internos. Si es que hay complementariedad, se exporta únicamente lo que es excedente y, además, lo que el otro necesita. No exporto para competir con sus empresas  y destrozarlas. En este juego de la competitividad siempre hay perdedores y ganadores  y presiones de enormes grupos económicos para desregular mercados y que la competencia sea libre, es decir que les favorezca.

 

Entonces no están dadas las condiciones fundamentales para que América Latina en su conjunto, en este momento, enfrente con éxito la crisis por la vía de sus mercados internos. Las condiciones para la cooperación en términos políticos y también económicos, en toda la región, no están presentes en este momento. Veamos qué representamos nosotros, los países sudamericanos, en el entorno mundial. Si es que vemos a Estados Unidos, Europa, Japón y China y nada más, es obvio que en términos comerciales América Latina representa casi nada.

Entonces el huracán económico, nos va a encontrar desprotegidos, digan lo que digan, saluden como saluden en la foto los jefes de estado, cada vez  que se reúnen a conversar.

 

Entonces la muy criticada política de este gobierno de depender de la exportación  de recursos naturales no nos ayudará a sobrevivir la crisis. ¿Pero podemos salir de esa dependencia en el corto plazo?

 

Si hubiera quien piense positivamente  en el Gobierno, posiblemente.

 

Y el planteamiento de que esto representa solo una fase la primera fase y que luego pasamos a una economía de  producción y servicios…

 

Esto obviamente tendría sentido y así debería ser, pero  tengo que atenerme a los hechos, a lo que veo. Estamos hablando de una economía primaria, de exportación de bienes primarios sin valor agregado y de políticas de desarrollo de esos  recursos que tienen tintes muy parecidos a los que llevaron y llevan  adelante algunos países latinoamericanos  aún a costa de límites graves y atropellos a los derechos humanos.

 

Mira todo lo que se ha hecho aquí. Toda esta  persecución a los ¨terroristas¨ indígenas, de la zona amazónica y,  en el sur, en Zaruma,  para allanar el camino para las grandes mineras. La agresión en Quimsacocha es realmente alarmante, utilizando falacias  para  decir que se han devuelto los  terrenos donde aparentemente están los acuíferos.

 

Todo este proceso de abrir el camino a las grandes transnacionales es parte de un recorrido que no puede ser solo de mediano plazo, digamos de 5 años, sino que se extiende mucho en el tiempo. Vamos al largo plazo.  Solo hay que pensar una cosa. Si realmente  vamos a explotar oro a costa de envenenar el  agua,  a lo mejor esos  recursos  van a servir para qu­é ¿para comprar agua? ¿para compensar? Hoy en día el galón de agua embotellada cuesta más que la gasolina. Entonces la gente que hoy tendría el agua disponible, no la va a tener. Los recursos se van a  utilizar para otros fines que no están programados en el corto plazo, están programados en largo plazo.

 

Entonces no hay movimiento hacia la industrialización o estimulo de la producción interna. Y el nuevo Código de la Producción?

 

Esto es un mamotreto  que no tiene ni pies ni cabeza. Allí no existe un plan de industrialización.

 

Por ejemplo, todo lo que es la agrupación industrial en el CIIU  (Clasificador Internacional Industrial Único), que es un galimatías,  ni siquiera eso se tiene en consideración. Es simple y sencillamente una serie de planteamientos teóricos sin base real. Por ejemplo, no existen incentivos a la producción, no existen mecanismos claros de desarrollo tecnológico.

 

Entonces ¿qué se puede hacer?

 

Hay cosas que se podrían hacer.  Empezar por preguntar: ¿Cuál es  la fórmula, por lo menos para un primer paso?  No agrupar en el CIIU al sector  productivo.  Hay que hacerlo en función de cubrir adecuadamente necesidades de  alimentación, vestuario, vivienda, educación y salud.

 

Alrededor de esos cinco elementos gira todo el aparato productivo. Hay que armar una canasta de productos claramente diseñada para satisfacer adecuadamente las necesidades fundamentales en esas cinco categorías. Amplía en su primera etapa,  con claras nociones de incentivos fiscales, tributarios, crediticios y arancelarios. Diseñar un proceso real de desagregación tecnológica, o de incorporación de tecnología en todos los bienes importados, empezando por materias primas y bienes de capital.  Este proceso debe ser una ley concreta de desagregación tecnológica, basada en la realidad presente del sector productivo, y sus posibilidades concretas de incorporar tecnología, en el largo plazo.

 

Se puede empezar con un 25% de desagregación  tecnológica, hasta llegar al 100% en unos diez a quince años.

 

¿Y si esto sucede podríamos competir en el contexto existente con países como Brasil? Y si no, ¿el Ecuador será destinado a ser exportador de materia prima?

 

Yo no creo que el destino del país sea exportador de materias primas.  Se puede luchar contra eso.  Pero para lograr salir de la trampa de las materias primas se necesita proteger el mercado interno y desarrollarlo adecuadamente. Para mí la clave es el manejo financiero y crediticio. Es decir que,  en vez de tener  bancos transnacionales o mega-bancos,  donde una computadora decide a quien le presto  en Quito o Guayaquil, y a quien le presto en Zaruma o Pedro Carbo, existen bancos locales, zonales y regionales, donde la captación del dinero se realiza en determinadas circunscripciones y vuelve a circular los recursos en el mismo lugar. Esto habilitaría la multiplicación en regiones del dinero, y estabilidad de precios con un aumento sensible de la riqueza local, traducida en continua inversión, mejoramiento del empleo e incremento notorio del nivel de vida.  Absurdo dirán algunos.  Pero si se trata de revolución, hay que ver si realmente hay intención de hacerla.

 

Pero para salir de la trampa de producción y exportación primarias, no podemos tener una  moneda como la de Estados Unidos, el dólar. Deberíamos poder diseñar políticas que establezcan el valor relativo de nuestra propia moneda frente a otras monedas para equilibrar precios. Si no podemos hacer eso, es obvio que la dolarización está de más, y que no se pueden seguir diseñando políticas que únicamente buscan mantener el esquema monetario,  convirtiendo este propósito en el único objetivo de la política económica.

 

Todas las acciones en el campo arancelario, que son ridículas y patéticas, lo que han buscado es equilibrar momentáneamente la balanza de pagos en 1.500 millones de dólares. Además hace algo que es grave y perverso: crear un clima falso de bonanza en determinados sectores, cuero y calzado por ejemplo. Veamos lo que acaba de ocurrir a Ambato. Allí se generaron expectativas cuando se subieron los aranceles para disminuir la importación de calzado y otros bienes que se producen en esa provincia.  Luego, hubo una especie de boom. Pero cuando se logró el objetivo fiscal, se acabó el boom, sin más ni más, y las cosas volvieron a su nivel anterior. No había estimulo a la producción. No había intento de promover el mercado interno. No hay un plan

 

 

 

 

lalineadefuego
lalineadefuego
PENSAMIENTO CRÍTICO
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1 COMENTARIO

  1. Excelente el análisis…
    Existen más preguntas que respuestas:
    ¿Qué políticas económicas implementarlas para una sana complementariedad…?
    ¿Cómo hacer tomar conciencia a nuestro Pueblo que estamos ya en una emergencia económica…?
    ¿Cómo consumir lo nuestro interno y no seguir consumiendo chatarra en la misma alimentación…?
    En una sociedad de Consumismo…, consumo luego existo…, cómo vivir dignamente sin dejarnos manipular con tanta propaganda chantajista…?
    ¿Qué utopías viables podemos utilizarlas para defendernos de la crisis económica que ya se avecina….?

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