HAY OTRA ALEMANIA
En una intervención memorable, el anciano ex canciller Helmut Schmidt dice que el discurso en clave nacionalista de “matón alemán” está rompiendo Europa
Rafael Poch <www.lavanguardia.com>
05/12/2011
Hay otra Alemania. No tiene que ver con partidos, sino con concepciones y principios. Ayer esa otra Alemania habló por boca de su político más influyente, un hombre de 92 años sentado en silla de ruedas. Fue en el congreso del SPD iniciado en Berlín, y preludió el cambio de viento que un 2012 en recesión augura para todo el continente. El anciano ex canciller Helmut Schmidt lo formuló así: el discurso en clave nacionalista del “matón alemán” está rompiendo Europa.
Sólo las ovaciones alteraron una intervención de más de una hora. Helmut Schmidt, el patriarca que por edad se confiesa “más allá del bien y del mal”, al que la nación escucha con profundo respeto –no hay político análogo en otro país europeo-, acusó al gobierno alemán de haber roto el equilibrio histórico europeo entre centro y periferia, la fórmula ideada hace sesenta años por los padres fundadores de la UE para evitar la crónica enfermedad bélica del continente. Merkel ha sembrado la duda sobre la “consistencia” de la política europea de Alemania, dijo.”Los alemanes debemos rechazar el egoísmo nacional”.
Schmidt dio también la razón al principal filosofo alemán vivo, el octogenario Jürgen Habermas, al suscribir su advertencia: “por primera vez desde la fundación de la UE, la democracia está en peligro”. Hay que regular a los mercados, separar unos bancos de otros, prohibir determinados negocios, y sólo así podrá Europa ser “zona de estabilidad”.
En un discurso titulado “Alemania, en, y con, Europa”, Schmidt habló de historia. Explicó dos cosas: el sentido histórico de la integración europea, que fue “amarrar la contención de una Alemania temida”, y el papel de las menguantes naciones europeas en el mundo de hoy, que se convertiría en nada sin integración. Arremetió también contra la política europea del actual gobierno alemán con la que Angela Merkel y su coalición conservadora se juegan a una sola carta su futuro. Fue una lección magistral pronunciada más desde la veteranía que desde la ideología.
“Lucha entre centro y periferia”
La historia europea dijo Schmidt, es, “una serie interminable de luchas entre la periferia y el centro”. Esa historia tiene una memoria viva y concreta de las últimas ocasiones, “en las que los alemanes hicimos sufrir a otros bajo nuestra posición de poder central”. Memoria, que, “seguramente, mantendrá aun por muchas generaciones una desconfianza latente contra los alemanes”. Esa desconfianza fue, precisamente, el impulso fundamental de la integración europea, y alimentó también, “las resistencias iniciales de Thatcher, Mitterrand y Andreotti hacia la reunificación alemana en 1989”, explicó.
“Los hombres de Estado de aquella época, desde Churchill, hasta Monet, pasando por Kenedy, De Gaulle, Eisenhower, Adenauer, Marshall y otros, no actuaron por idealismo, sino por conocimiento de la historia europea, para evitar la continuación de aquella lucha entre centro y periferia”. “Quien hoy no entienda ese motivo original, no puede resolver la actual crisis europea”, afirmó.
Seguir siendo algo en el mundo
El ex canciller glosó la creciente pequeñez de Europa: durante doscientos años en que gobernó el mundo, y hasta 1950, el continente representaba el 20% de la población mundial, mientras que en el 2050, cuando el planeta tenga nueve mil millones de habitantes, representará el 7%. Sin integración y solidaridad no hay Europa, y sin Europa el mundo quedará reducido a la relación bipolar de Estados Unidos y China, fue su mensaje. Si ese es el horizonte, “no puede descartarse una marginación de los distintos estados europeos por su propia culpa, y también una marginación de toda la civilización europea en su conjunto”.
Eurocris: enfermedad interrelacionada
En economía, los superavits comerciales de Alemania, semejantes por su tamaño a los de China, son inseparables del déficit de los demás. Las exigencias de austeridad formuladas por el gobierno de Merkel, han generado, “una preocupación creciente ante un dominio alemán”.
“No podemos propagar una extrema deflación, porque sin crecimiento ningún Estado podrá sanear sus cuentas”, dijo. “Necesitamos un corazón compasivo para con nuestros vecinos y socios, y sobre todo con Grecia”, afirmó, provocando gran emoción.
“Si a partir de nuestra fuerza económica los alemanes nos dejamos llevar hasta exigir un papel dirigente, e incluso un rol de “primus inter pares” en Europa, la mayoría de nuestros vecinos se levantará en defensa. Regresará rápidamente la prevención de la periferia hacia un centro demasiado fuerte, las consecuencias serán fatales para la UE y Alemania será aislada”, explicó. Y a continuación lanzó su bomba de mayor calibre contra el gobierno conservador:
“Espíritu de matón”
“Quien ahora da a entender que hoy y en el futuro se hablará alemán en Europa, quien, como un ministro de exteriores, dice que las visitas a Kabul o a Trípoli, escenificadas para la televisión, son más importantes que el contacto político con Lisboa, Madrid, Dublín o Helsinki, cuando otro dice que hay que evitar una “unión de transferencias”, todo eso no es más que espíritu nacional de matón alemán”, dijo entre grandes aplausos.
El viejo canciller recordó que el ascenso alemán desde la posguerra hasta hoy, no habría sido posible sin la ayuda de las potencias vencedoras, “sin nuestra integración en Europa y en la alianza atlántica, sin la ayuda de nuestros vecinos, y sin el fin de las dictaduras comunistas”. “Nosotros alemanes tenemos razones para agradecer, y al mismo tiempo tenemos el deber de responder a la solidaridad recibida con nuestra propia solidaridad hacia los vecinos”, afirmó entre aplausos. “Esa solidaridad”, añadió, “fue evidente desde Adenauer hasta Schröder, y debe continuar hoy”.
“No aleccionar con modelo”
En otra pulla directa contra Merkel Schmidt dijo que la reforma de las instituciones europeas, “precisan no sólo discernimiento y vigor, sino también de paciencia”. Las aportaciones alemanas no deben hacerse “para la tele”, sino en los órganos de la Unión Europea. El orden económico alemán, “no debe presentarse como modelo, sino como mero ejemplo de una posibilidad entre otras”.
Parafraseando a Jürgen Habermas el viejo canciller afirmó que los políticos han sido tomados como rehenes por los mercados financieros. “No hay que esperar gran cosa de Obama o del gobierno británico en ese sentido”, dijo. Los bancos fueron salvados con dinero público pero desde 2010 vuelven a las andadas, explicó. Su propuesta en ese frente: separación de los bancos normales y los bancos de inversión, y prohibición de diversos papeles y negocios financieros. “Los bancos se han resistido por todos los medios a la regulación, pero si los europeos tienen el valor de realizarla, Europa se convertirá en una zona de estabilidad. Para ello, los alemanes debemos rechazar el egoísmo nacional”, concluyó.