Irán, con una historia de casi cinco mil años, conocida como Persia entre el milenio I a. c. y 1935, es un país central para la economía asiática. Durante más de tres milenios ha sido un centro político, comercial y cultural. Tiene la cuarta reserva de petróleo y la primera de gas natural.
Irán, junto a Irak, ha sido el hogar de algunas de las civilizaciones más antiguas de esos territorios. Al inicio del siglo XIX, el Imperio ruso despojó a Irán de grandes extensiones.
La Revolución Constitución de 1906 modernizó la estructura del Estado y, más tarde, en 1953 el primer ministro Mosaddeq nacionalizó el petróleo, lo que provocó un golpe de Estado organizado por EEUU e Inglaterra, otorgando mayor poder al Sha Reza Pahlevi. La Revolución Iraní de 1979, encabezada por el Ayatola Jomeini, puso fin a la monarquía.
Frecuentemente, Irán ha sido sancionado de diferentes modos sobre todo por EEUU: las intervenciones políticas y económicas están dirigidas para alterar los precios mundiales del barril de petróleo. La administración de Trump ha penado las transacciones financieras, las importaciones de oro, materias primas, la venta de automóviles, aviones comerciales, textiles, alfombras y hasta alimentos iranís. En estos meses, el bloqueo comercial de petróleo y gas ha golpeado del modo más duro a la economía persa.
Es sorprendente escuchar los discursos de la Casa Blanca, similares a los del “destino manifiesto” que fueron usadas por George W. Bush para invadir Afganistán e Irak. Donald Trump ha repetido en varias ocasiones que quiere frenar las “actividades malignas” y la “posesión de armas nucleares” de los iraníes y, al igual que el discurso que uso recientemente en Venezuela, escribe que el objetivo es abrir una “vía a la prosperidad del pueblo iraní”.
Con el comienzo de su campaña por la reelección, Trump ha declarado una nueva Guerra comercial contra Irán, luego de alcanzar ciertas ganancias con el tirón que lleva con China. EEUU tiene como objetivo dominar el inalcanzable estrecho de Ormuz, para encabezar en un futuro y en mejores condiciones la dirección de los precios del petróleo. El bloqueo a Irán, y en el caso latinoamericano a Venezuela, tienen que ver con todo, menos con la democracia.
*Abogado, licenciado en Filosofía y magíster en Sociología. Actualmente, docente de la Universidad de Cuenca.