“El hombre nace libre, responsable y sin excusas”
“El arte es magia liberada de la mentira de ser verdad”
Theodor Adorno
La política cuando es revolucionaria tiene espíritu liberador, pero cuando no lo es camina hacia lo escatológico, guiada por quienes circundan el poder. Pero si el dominio se razona con “legitimidad democrática” el resultado es peor, porque la cosa electoral, con la democracia representativa, es delegación para lo opresión o desde la “democracia participativa”; triste e ilusoria mistificación que socializa la participación y privatiza las decisiones. La política contrarrevolucionaria del estado degrada la voluntad general al tiempo que anula la subvertidora manifestación de los espíritus rebeldes; la tienda de los elegidos nunca es una trinchera. El revolucionario jamás busca el poder sino luchar contra él.
Cuando luego de tanta guerra o escaramuza, los revolucionarios sobreviven, la nostalgia por las décadas de fuego no es jubilación, sino otra rebeldía. Es jubileo que forma parte de una estética más, de una lirica de creación moral. También es pedagogía del tiempo que se promueve sin intención ejemplar, algo así como una demostración pictórica de vida plena sin llegar a satisfecha. La nostalgia del político vulgar es un achaque maloliente que nada dice a la juventud, buscadora sempiterna que escarba el encuentro incorruptible del bien y la justicia, como lo pedía Platón.
Entre la política y la ética, la ocurrencia estética deviene como efecto de idealización utópica de un mundo a crearse, el acumulado histórico se vuelve a los viejos y veteranos con insomnios para hacerlos creativos y por eso, los viejos revolucionarios saben; por viejos, por sabios y por diablos. El revolucionario que se contempla al llegar al poder pasa a ser un conservador, es un EX. La revolución que se hace gobierno ya es trifulca. La revolución será permanente o perecerá y el estado es reaccionario por excelencia.
Las virtudes morales no son parte del imaginario de los que dominan desde el poder pues ejecutan un existencialismo barato donde nada del pasado vale y el futuro es una narcótica esperanza. Su presente se publicita en un onanismo de infinito amor que desprecia la nostalgia y la utopía. No hay estética por mas esmerada falsificación, porque para los impostores, la política a lo Maquiavelo es conquista y preservación del poder, veneración al altísimo, obediencia servil que requiere orden y estabilidad (la revolución es desorden e inestabilidad… que nunca nos duela admitirlo). La estética de la revolución se funda en la libertad y jamás el temor la paralizó, los revolucionarios de todas las generaciones asumieron el riesgo consciente de la cárcel, la muerte y la tortura. Jamás pidieron ser compensados por el estado opresor. ¿Pidiendo perdón o reparación al enemigo, como hablamos?
Las guerras perdidas por la libertad solo existen para los disidentes clamorosos que se arrinconaron al sistema y su dolor es el recuerdo que anuló las gestas con gloria. Perdieron la inspiración que motivó el conflicto contra la quietud y la maldad, se quedaron sin armonía. Los revolucionarios que no claudican se reservan el derecho de olvidar o recordar, para insistir y reclamar airosos no contra un enemigo pretérito sino contra el de siempre; funesto y agazapado contra la libertad y los libertarios. El déficit, de justicia incita pero irreductible y mayor es la búsqueda de la libertad, por ello solo la muerte es el reposo y nunca envejecen los que asumieron el canto de la liberación.
La estética de la libertad contiene la estética de otro tipo de nostalgia, aquella que nos hace rebeldes contra el cronograma orgánico, biológico, patológico: un presidio fatal del tiempo. Pero aun así, resistimos a la temporalidad que nos consume defendiendo nuestros sueños que nos mantienen y mantienen la virtud regenerativa de la utopía, que no solo se recrea en lo pasado, sino que se crea en el saldo del tiempo de la vida por vivir, expresando nuevas ganas de ser, donde la posibilidad de luchar nos da la vida
Digno de leerse, disfrutarse y ejecutar actos de contrición…Magnífico trabajo poético y filosófico.