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jueves, diciembre 26, 2024

LA RESTAURACIÓN Por Jorge Oviedo Rueda

Más de una vez, en su informe a la nación, el presidente de la república se refirió a la amenaza de una restauración conservadora a nivel mundial, entendiéndola peligrosa sobre todo para los países de A. Latina.

Creo que ese peligro hay que entenderlo desde la lógica del desarrollo del capital. Cuando la crisis de 1929, el entusiasmo de la izquierda supuso que había llegado el fin del sistema, pero no fue así. Las fórmulas keynesianas hicieron el milagro de restaurar la dominación conservadora. Después de la segunda guerra mundial el capitalismo se amparó en las ventajas del capital especulativo (financiero) para polarizar su hegemonía en grados superlativos.

Esa capacidad inverosímil de restauración del capital exige de las fuerzas revolucionarias extrema claridad teórica. En primer lugar, es evidente que al capitalismo no se lo puede combatir con más capitalismo. El discurso de la reforma es falso, atentatorio a los intereses de las masas y favorable al proceso de restauración conservadora.

Al capitalismo hay que combatirlo con el socialismo, ahora enriquecido con las concepciones del Sumak Kawsay Revolucionario. La restauración conservadora viene de mano de la nueva división internacional del trabajo.

¿Será que podemos combatir la ciencia del capital recreándola en nuestras universidades?, ¿podremos ayudarle a morir al capital abriéndoles las puertas a las transnacionales mineras? Los recursos de los organismos internacionales de crédito ¿servirán para acortar la vida del capitalismo corporativo mundial?

No es lo mismo ser reformista que ser revolucionario. La reforma concibe cambios epidérmicos; la revolución profundos. Ahora la nueva hegemonía capitalista viste el traje del “progresismo revolucionario”.

¿Tiene la revolución ciudadana conciencia de esta realidad?

 
lalineadefuego
lalineadefuego
PENSAMIENTO CRÍTICO
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1 COMENTARIO

  1. Debido a las pésimas administraciones de los últimos gobiernos estadounidenses (enfrascados en cuantiosos gastos militares) y su deuda externa que supera los 14 billones de dólares, sumado a los obsesos intereses de la elite mundial, la economía estadounidense y su dólar, en asunto de meses colapsaría, arrastrando consigo a los países dependientes de esa economía en crisis, por lo que es momento oportuno para anticiparse con lo más acertado posible en medidas, al inminente descalabro del dólar estadounidense.

    Ya en el ámbito familiar, si alguien cuenta con ahorros, le convendría hacerse de lo que en verdad tiene valor, una casa, un terreno para sembrar, alimentarse y compartir, etc.

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