MANGA DEL CURA: AGUA Y PROMESAS
Napoleón Saltos Galarza
Quito, 16 de abril de 2012
Llegamos a la Manga del Cura el 14 de abril. Una zona oculta y misteriosa; paraíso y limbo al mismo tiempo. Teatro de batallas por la vida y la esperanza.
Tiene una extensión de alrededor de 600 kilómetros cuadrados. Inicia desde el río Pupusá, en el norte, hasta llegar a la confluencia del río de Oro con el Peripa, en el sur. Forma un mapa alargado, rodeado por esos dos afluentes del Daule. El embalse Daule-Peripa cubre 30 mil hectáreas. Los principales centros poblados son Santa María, El Paraíso–La 14, Santa Teresa, La Caoba, El Descanso, San Ramón de Armadillo, La Palizada, Río Amazonas y La Bramadora. Según el Censo de Vivienda y Población del 2010, tiene 20.758 habitantes.
Campo en transición a la modernidad. En la movilidad se superponen los autos a motor, las motos y las bestias. Todos ellos unidos por el lodo y los baches de caminos abandonados por la obra pública. La vieja gabarra sirve para el trasbordo hacia el pueblo.
El limbo empieza en la indefinición del asiento geográfico-administrativo, en disputa. Está en el límite entre las provincias de Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos, Manabí y Guayas. La Manga está sometida a seducción. A la entrada, desde la carretera Santo Domingo-Quevedo, los letreros de las autoridades de Los Ríos saludan al visitante; en la ribera occidental, los letreros son de las autoridades de las Provincias de Manabí y del Guayas. En Santa María, el principal centro poblado, imposibilitado de ser cantón o parroquia, están juntos el restaurante con la mejor comida manabita y el salón con el saludo guayasense; la escuela del Municipio del Guayas y el Tanque de Agua de la Prefectura de Manabí.
El limbo es el terreno de las promesas y el abandono. En la Síntesis informativa de la Dirección de Construcciones de la CEDEGE, de junio de 1986, en el capítulo 2, se dice:
La vía El Carmen-Guayas, localizada entre los ríos Daule-Peripa, quedará interrumpida; en el futuro habrá que cruzar por gabarra, hasta que la producción agrícola del área amerite la construcción de un puente de 400 metros de luz. Sin embargo, varias vías transversales existentes podrán cruzar el Peripa, aguas arriba, con puentes de mucha menor luz, y empatar la vía mencionada. El proyecto de vía Puerto Ila-Doblones-Chone que ha sido concebido para el desarrollo de un amplio corredor agrícola que une Manabí y Pichincha, tendrá puentes que cruzarán el embalse, en los ríos Daule-Peripa, con luces menores a los 200m. Se construirán varias vías de acceso al litoral del embalse, en ambos flancos del Daule, partiendo de la vía dorsal Empalme-Guayas, para facilitar las actividades de mercadeo que se realizarán a través de facilidades portuarias.
Y más adelante: Se reasentarán los poblados y comunidades que se han desarrollado dentro del embalse y recibirán atención preferencial en cuanto al suministro de servicios básicos se refiere; de tal manera que se puede incentivar una incorporación racional del campesinado que vive a orilla de los ríos, a estos centros poblados que dispongan de escuelas, agua, luz, alcantarillado. Ofertas incumplidas a lo largo de todo el periodo democrático.
Un dirigente que llegó a la reunión con retraso nos decía: vengo caminando por el lodo siete horas; desde hace tres años no ha llegado un tractor a arreglar el camino, a pesar de los ofertas de las autoridades; pero llegué. Otro: vengo con mi esposa, en moto se hace dos horas y a pie cuatro, en medio de lodo. Y otro más: Nos engañaron como a niños. Cuando iban a hacer la presa, hace treinta años, nos ofrecieron un plan de obras: caminos, puentes, escuelas, centros de salud, la oferta del paraíso; pero terminada la obra se olvidaron todos los gobiernos, desde hace treinta años, incluido el actual. Sabemos que la salida depende de nosotros, no podemos esperar de la ofertas de los políticos de turno.
El mapa antes de la Represa-embalse Daule-Peripa, muestra un territorio agrícola cruzado por múltiples ríos y riachuelos, el punto de conexión entre la Costa y la Sierra. El mapa después de la Poza, muestra un territorio inundado, sometido a la legislación de la seguridad nacional, en donde los(as) campesinos(as) no tienen derecho ni a la tierra, ni a la titulación. La presencia de la Poza ha bloqueado el desarrollo de la zona.
El misterio empieza en el nombre: la trocha, la manga, trazada por un cura geógrafo, Luis María Pinto, párroco de Calceta (Manabí), en la década de los 50 del siglo pasado, para llegar en menor tiempo a la provincia de Pichincha.
Ahora la Manga, la trocha, se encierra en los límites del agua. Una paradoja: el agua es vida, pero bajo el poder del capital, se convierte en marginación y pobreza.
La Represa de Poza Honda nace al calor de los sueños modernizadores de los 80, como la obra principal del proyecto multipropósito Jaime Roldós. Ya no se trataba de una zona agrícola, de unión de la Costa y la Sierra, se transformó en la promesa del milagro del desarrollo para el país. Un embalse para recoger las aguas del sistema Daule-Peripa, para trasladarlas hacia Guayaquil y La Península, agua para la electricidad y el riego. En donde muchos se empobrecen, unos pocos se enriquecen. La historia del capital es la historia del despojo de las mayorías.
Los dirigentes del Comité de Perjudicados por la Represa Daule-Peripe nos explicaron que el principal beneficiario es INTERAGUA, el monopolio privado que vende el agua a Guayaquil. Tienen el agua para procesarla, reduciendo los costos. Es tanto el poder de este monopolio, que ni siquiera en la Constitución de Montecristi se pudo revertir la concesión.
La represa ha inundado la mayoría de terrenos agrícolas, sobre todo en la zona sur, afectando a los campesinos. Ha desplazado 14.965 campesinos de 8 poblados, es decir 2 de cada 3 habitantes han sido afectados, ha aislado a 63 comunidades. Esta afectación se reforzará con la entrada de las aguas del Proyecto Baba.
La represa se convierte en muerte: el espejo del agua encierra graves problemas ecológicos. La muerte del agua avanza a pasos agigantados, acentuados por la invasión incontrolada de lechuguines (Jacinto de Agua).
Las aguas almacenadas en el embalse Daule-Peripa son utilizadas por la Central Marcel Laniado de Wind, para la generación de energía eléctrica, con 1930 MWh para los días laborales y 1350 MWh para los fines de semana. El Embalse tiene una capacidad de almacenamiento de 6000 millones de metros cúbicos de agua. El nivel máximo de este reservorio es de 85,50 msnm.
La paradoja es que el embalse no favorece a los campesinos del área, sino a las zonas de la cuenca del Daule. Aunque también allí hay un espejismo. Se traslada el agua desde su cuenca madre a 180 kilómetros de un lado hasta la Península de Santa Elena; y, del otro extremo, hasta el valle de Portoviejo. La oferta era poner en producción 100 mil hectáreas, de las cuales, 50 mil en ambos márgenes del Río Daule. La realidad es que no han llegado ni a 17 mil hectáreas, sobre todo para las empresas medianas y grandes.
En la Manga se enfrentan dos proyectos de vida. El primero, una modernización sin reforma, excluyente, bajo el poder del capital. El segundo, la lucha por la vida desde las organizaciones campesinas. El abandono ha obligado a los pobladores a buscar la salida en la propia iniciativa. El primer punto de unidad es la defensa de la integración del área, para evitar las presiones de los poderes territoriales que asedian a la zona, y que se resume en la bandera de la cantonización de la Manga, más allá de definir a qué provincia pertenecer.
La invasión de la modernización capitalista está también en el control de la producción agropecuaria. Un signo es la disputa en torno a la producción del cacao y el maíz, principales productos del área. El modelo modernizador, portado por PRONACA, busca introducir el sistema basado en semillas certificadas y en el control vinculado de la producción, eliminando los sistemas tradicionales y la utilización de semillas nativas. Las semillas certificadas aumentan la producción, pero eliminan la calidad, el cacao de aroma y el maíz suave.
Encontramos grandes potencialidades alternativas que se basan en la consolidación de las formas comunitarias de producción: el cultivo de semillas y tecnologías propias en diálogo con los avances de la biotecnología, la creación de redes colectivas de producción y comercialización. La Manga del Cura puede ser el signo de que otra forma de vida es posible en el campo.
En la visita sentimos el calor de la amistad de las organizaciones unidas en torno al Comité de Perjudicados de la Represa Daule-Peripa y del Comité Pro-cantonización de Santa María. Coincidimos en que los problemas de los campesinos de la Manga son comunes a los problemas de otras áreas y poblaciones perjudicados por un modelo extractivista que afecta a la vida de la gente y de la naturaleza. La salida es volver a juntar el agua con la vida.
Inevitablemente, en la sociedad con economías de libre mercado, prevalecen los poderes instituidos fácticamente por el mercado libre. Dejando de lado los intereses de las mayorías, que indudablemente son también intereses de las minorías, Sin embargo al no entender el valor del desarrollo comunitario, los estados “tercermundistas” permanecen encerrados en las consecuencias del “quemeimportismo” generalizado que se ancla en los entretenimientos diarios, creados para sostener el conformismo social y al mismo tiempo alimentar el egoísmo.