PARAGUAY: LOS ERRORES PROPIOS Y LAS AMBICIONES AJENAS
Por Juan Landaburu | LA NACION
Una tormenta política perfecta dejó a Fernando Lugo al borde de la cornisa y devolvió a Paraguay la inestabilidad que marcó varios períodos de su historia.
El enfrentamiento de un grupo de policías con campesinos fue apenas la gota que rebasó el vaso de un complejo entramado de internas políticas entre los principales partidos paraguayos, que ayer se pusieron de acuerdo y resolvieron, sin eufemismos, que la lucha por la presidencia en 2013 esta vez no aceptará extraños.
Demasiado peso para el ex obispo que sorprendió al mundo cuando se erigió como una luz de esperanza para cambiar el oscuro ambiente político paraguayo y que nunca pudo encontrar el equilibrio de poder que le permitiera empezar a cumplir las promesas que quedaron sepultadas por un puñado de escándalos que lo alejaron de sus votantes.
Sin mayor experiencia política, Lugo logró poner fin en 2008 a seis décadas de hegemonía del Partido Colorado apoyado por una heterogénea coalición compuesta por movimientos de izquierda y por el Partido Liberal (PLRA), el eterno aspirante al poder, que le aportó más del 75% de su caudal de votos.
Las relaciones entre Lugo y los liberales no se anticipaban fáciles, y en efecto nunca lo fueron. Desde el primer día de mandato se sucedieron las fricciones con su vicepresidente Federico Franco, y las tensiones fueron continuas en el gabinete y en el Parlamento.
Con las elecciones de 2013 a la vista, las diferencias se profundizaron. El PLRA creía que esta vez era momento de aportar el candidato a la fórmula presidencial, pero Lugo siempre dejó entrever que no les iba a allanar el camino.
Sin bases políticas propias y sin posibilidad de reelección, Lugo tenía problemas para imponer un candidato propio. Fue entonces cuando cometió un error imperdonable para los liberales: empezó a negociar una nueva alianza con un grupo de colorados, perteneciente al sector que lidera la presidenta del partido, Lilian Samaniego.
Este acercamiento quedó de manifiesto el día después de la matanza, cuando Lugo nombró nuevo ministro del Interior a un colorado, el ex fiscal Rubén Candia. Para los liberales, que ya atravesaban una crisis interna por la elección de un candidato propio, el nombramiento fue una declaración de guerra y retiraron a sus ministros del gobierno.
“Lugo desairó al Partido Liberal y éste se vio obligado a quitarle su apoyo”, explicó a LA NACION Francisco Capli, analista político y director de First Análisis y Estudios, la principal encuestadora del país. “Así, Lugo quedó vaciado de poder político.”
Sin el apoyo del PLRA, Lugo quedó sin representación parlamentaria y a merced de los congresistas, que amenazaban con iniciarle juicio político desde hacía más de dos años. Tanto es así que de los 77 diputados presentes sólo uno votó ayer en contra de juzgar al presidente. “Es todo una gran interna por la sucesión. El juicio político ya venía anticipándose, pero se dieron los eventos para que esto ocurriera”, añadió Capli.
¿Cuáles fueron esos eventos? La retirada del PLRA del gobierno, pero también el giro del Partido Colorado, favorito para recuperar el poder en 2013 y que hasta hace días se había manifestado contrario a servirle en bandeja el poder a un vicepresidente liberal con un juicio político.
“Al Partido Colorado no le conviene políticamente que [a Lugo] lo suceda el vicepresidente, porque eso le da una clara ventaja al Partido Liberal. En Paraguay el control del Estado tiene mucha incidencia en las elecciones”, dijo el analista y ex diputado colorado Carlos Redil.
¿Por qué, entonces, los colorados se decidieron finalmente a apoyar el juicio político? Es una de las grandes incógnitas, y no hay una sola respuesta. Una posibilidad es que el líder del sector más fuerte de los colorados, el empresario Horacio Cartes, podría no haber visto con buenos ojos el acercamiento de Lugo a un sector de su partido, ya que comprometería su candidatura.
“Lugo ya estaba interviniendo en la interna colorada. Y al nombrar a Candia [cercano al sector contrario a Cartes] les dio pie para iniciar el juicio político”, opinó Capli.
Peligros de violencia
Entre tanto cálculo electoral, lo que tanto liberales como colorados parecen estar minimizando es el riesgo a que la transición política tras la eventual destitución de Lugo no transcurra como ellos esperan.
“Si el presidente desconoce el resultado del juicio, vamos a tener un gobierno de facto que va a generar una prolongación de la crisis”, señaló el analista Gonzalo Quintana, que consideró que ahora se corre un “alto riesgo de que haya cierta dosis de violencia”. “Lugo apoyó a grupos violentos con el pretexto de la lucha legítima del campesinado paraguayo. Permitió la consolidación de personas que tienen la violencia como lucha política”, advirtió Quintana.
Sin más apoyo político que el de grupos radicales de izquierda, con un electorado que ya empezaba a cansarse de un presidente que en el mundo fue más conocido por sus escándalos de paternidad que por materializar sus promesas progresistas, Lugo tiene su última esperanza en una misión diplomática internacional que llegó ayer a respaldarlo, pero que podría no ser suficiente.
“La sensación de los paraguayos es que es un problema de entrecasa, no creo que influyan las repercusiones extranjeras. Pueden hablar, plantear apoyo, pero no tienen sustento político” para salvar a Lugo, concluyó Capli.
LA VIOLENCIA ENGENDRA VIOLENCIA…
La querida Nación Paraguaya, con su sufrimiento de años por el opresor Alfredo Stroessner, y los siguientes terratenientes y sus secuaces, tiene que llegar a profundos consensos por medio del Dialogo, de la Comunicación sincera, honesta, de la auténtica justicia, solidaridad; buscar el bien común de su Población consciente, sufrida y solidaria…
El «problema de entresaca» no puede ser el origen, la causa, la fuente para un confrontación Popular de envergadura entre los propios compañeros, hermanos y compatriotas…
La Paz es el fruto digno del árbol de la justicia…
Yo creo que la influencia extranjera de Naciones vecinas, de sus Gobernantes solidarios sí tiene peso específico y cualificado para mediar y buscar soluciones objetivas y sentidas para nuestra Muy Querida Nación Paraguaya…