Reino Unido
ESTUDIANTES TOMAN LAS CALLES PARA ENFRENTAR AL GOBIERNO
Los recortes económicos son ideológicos
Jamie Potter
A pesar de no existir prueba alguna de su eficacia, la Coalición de Conservadores y Liberaldemócratas recientemente establecido en el Reino Unido pretende combatir la recesión global implementando una serie de reducciones despiadados al gasto público. Se perderán cientos de miles de empleos y se reducirá drásticamente la asistencia social, afectando sobre todo a mujeres y pobres.
Los Ministros de la Coalición continúan repitiendo mecánicamente que enfrentar el déficit a través de recortes presupuestarios no solo es necesario sino la única opción, a pesar de la mucha investigación y análisis que indica lo contrario. Por tanto es cada vez más evidente que, de la misma manera que en Grecia e Irlanda, la destrucción económica que la Coalición quiere imponer en el Reino Unido, tiene un fundamento ideológico. En una medida que tiene mucho que ver con la terapia de choque económico presenciado en América del Sur en décadas anteriores, el gobierno de Gran Bretaña (tanto como el Fondo Monetario internacional, IMF, en Grecia) pretende reducir de manera drástica la presencia del estado bajo la capa de enfrentar deudas y déficits.
Pero hay resistencia. Y fue el informe Browne sobre la educación superior que señaló el inicio de una gran protesta a nivel nacional. Encomendado por el gobierno laborista anterior, el informe recomendó levantar el techo de las matrículas, y como resultado estas se triplicaron. Más preocupante aún es la fuerte tendencia hacia la comodificación y mercantilización de la educación. Las conclusiones del informe, incluyendo el fin del apoyo estatal que permite a estudiantes de menos ingresos continuar su educación universitaria y el recorte del apoyo para las universidades mismas, fueron aceptadas con entusiasmo por el gobierno Conservador – Liberaldemócrata.
Y son los Liberaldemócratas que han soportado la peor parte del contragolpe estudiantil. En las últimas elecciones generales, buscaban el voto estudiantil prometiendo no subir las matriculas. Pero ahora han traicionado a una generación que ya sufre los impactos de la recesión y los fallos sistémicos del sistema educativa. Los estudiantes han sido horrorizados al ver su acceso a la educación superior echado al traste por Ministros millonarios que en su tiempo recibieron su educación gratis. Como respuesta a este poco encubierto mercantilización de la educación, los jóvenes han prometido “Educar los mercados”.
El modelo seguido por las protestas es él de las manifestaciones anti austeridad en Francia y Grecia . Y los estudiantes británicos por fin se han librado de los aburridos desfiles de calle e inútiles campañas de cartas. Adoptaron en cambio una forma de protesta más espontánea y liberadora. Han realizado ocupaciones y ‘teach-ins’ [i] y descartaron la organización jerárquica y centralizada, epitomizada de la Unión Nacional de Estudiantes, que admitió ´no tener columna vertebral’. Ahora sus acciones son más flexibles y autónomas, más alineadas con conceptos anarquistas y situacionistas.
Las manifestaciones frente al Parlamento
El contraataque de los estudiantes empezó un frio miércoles de noviembre. Ese día la primera protesta estudiantil en Londres sacó a decenas de miles de estudiantes y profesores universitarios de todas partes del país. Durante la marcha, cientos de estudiantes enfurecidos dejaron la ruta acordada con policía para concentrarse frente a las oficinas centrales del Partido Conservador. En ese espacio reducido la cólera de los estudiantes se desbordó. Rompieron cristales e invadieron las oficinas para luego subir al techo en un espíritu de desafío. Mientras tanto, en la marcha principal un vehículo de la policía, ‘convenientemente’ abandonado, fue dañado por los manifestantes.
La mañana siguiente estudiantes de la universidad de Manchester ocuparon el despacho de su director de finanzas. Dentro de unos pocos días la ocupación fue repetida en docenas de universidades a lo largo de Inglaterra. Incluso había ocupaciones en algunas universidades en Escocia donde la educación es gratuita (una rareza del sistema británico).
Las protestas y ocupaciones continuaron a escala nacional. El día 14 de diciembre la Cámara de los Comunes se reunió para someter a votación la decisión de incrementar las matrículas. Miles se reunieron afuera en las calles. Otros presionaban a los Miembros del Parlamento dentro del palacio de Westminster[ii]. Otra vez, los estudiantes se negaron a someterse a la policía. Llevando escudos de goma espuma que promocionaron grandes obras literarias, las multitudes lograron entrar en la plaza del Parlamento, derrumbando una malla para ocupar el pequeño espacio de hierba fuera del palacio de Westminster, donde los parlamentarios iban a votar.
La Policía Metropolitana respondió. Emplearon la táctica polémica de ´kettling´ [iii] (que implica cercar a manifestantes y negarles el acceso a comida, agua y servicios higiénicos durante horas) y montados a caballo embistieron a los manifestantes[iv]. Ya entrada la noche los cercados se pusieron más agitados. Unos edificios estatales cercanos se convirtieron en el objeto de las iras de los manifestantes. Entre ellos fue el edificio de rentas internas, donde se rompieron cristales y se desfiguró una estatua de Churchill. Algunos grupos escaparon del cerco y marcharon hacia la Plaza de Trafalgar y la principal arteria comercial de la ciudad, la calle Oxford. Allí se toparon con un sobresaltado Príncipe Carlos y Lady Camilla. Mientras tanto la policía daba palizas indiscriminadas a aquellos atrapados dentro del cerco y detuvieron a miles en el puente de Westminster hasta la medianoche, clasificada por un medico que estaba presente, como una medida potencialmente trágico.[v]
Sin embargo la mayor parte de estos acontecimientos dramáticos nunca formó parte de la cobertura de los grandes medios. Hicieron festín de las imagines dramáticas de ventanas rotas y vehículos en ruinas y del incidente de un extintor echado desde arriba. Como de costumbre, trataron de clasificar la revuelta como la obra de una pequeña banda anarquista o militarista. Pero la falta de máscaras y ropa anónima desmienta la interpretación. Más bien, la protesta fue la expresión de una rabia generalizada que encontró su máxima expresión en la calle.
Desde el inicio los manifestantes han sido el objeto de un ataque violento por parte de unos medios de comunicación que tomaron el lado de la policía en su representación de los eventos a pesar de las evidencias claras y abrumadoras de la brutalidad de la fuerza pública. Por ejemplo no hablaron del caso de un manifestante que necesitaba cirugía para contener la hemorragia cerebral causada por una paliza de la policía u otro que fue arrastrado de su silla de ruedas no una, sino dos veces. Lo más inaceptable de todo es que frente a todas las implicaciones políticas de las protestas, los medios se enfocaron en la pintura que fue arrojada contra el vehículo de la familia real.
Pero armados de tecnología móvil los manifestantes lograron documentar los movimientos y naciones de la fuerza pública. Y para contrarrestar el discurso de los grandes medios los compartieron junto con sus relatos sobre la violencia a través de Twitter, Facebook y YouTube. Google Maps también fue utilizado para localizar con precisión la ubicación de los cordones de la policía, permitiendo en algunos casos que los manifestantes evitaran sus cercos. Finalmente, redes sociables, como Uncut de Reino Unido, han sido utilizadas al gran efecto para organizar y educar a activistas en avance de las acciones.
Por ejemplo, Uncut llamó la atención a la evasión de impuestos por parte de empresas británicas muy reconocidas como Vodafone, el gigante de las telecomunicaciones, y Arcadia, cadena de almacenes de ropa popular. Reveló que en el mismo mes que se recortó un adicional £7 mil millones de libras esterlinas (unos 11 mil millones de $US) del presupuesto de asistencia social, que Vodafone había evitado unos £4.75 mil millones ($US 7,5 mil millones) en impuestos con la complicidad del gobierno; prueba adicional del la base ideológica y sesgo de las medidas de austeridad. De igual forma, se supo que el gerente de Arcadia, Philip Green, quien ayuda al gobierno a mejorar la ´eficiencia´ y reducir los gastos, evitó una cantidad considerable de impuestos al pagar ganancias a su esposa en Mónaco, un paraíso fiscal. Como consecuencia, las tiendas de Vodafone y Arcadia se convirtieron en el blanco de protestas a lo largo del país, así llevando un mensaje directamente a la multitud de compradores.
Hacia el futuro
Las acciones de protesta contra los recortes se redujeron durante la Navidad, pero los activistas ya se están reuniendo y planificando otra vez con la intención de reanudar sus actividades. Otro voto parlamentario sobre la financiación para estudiantes es inminente y a lo mejor actuará como la chispa para la segunda ola de la protesta.
En fin, los estudiantes se han despertado, y están determinados a enfrentar la amenaza económica de la Coalición. Hablan de la posibilidad de mantener la presión y hacerla caer, pero eso dependerá del fuego dentro de los estómagos de las manifestantes en las calles. Por lo que ya hemos visto, la posibilidad es innegable.
[i] Teach-ins son ocupaciones de espacios públicos para realizar educación popular.
[ii] El palacio del parlamento.
[iii] En este caso había centenares de estudiantes y si bien la táctica supuestamente induce que los manifestantes se tranquilicen, en realidad, como tapar agua hirviendo, solamente sirve para intensificar el fuerza del vapor. http://www.flickr.com/photos/carthorse/5248441955/