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18 septiembre 2013
El gobierno archivó en forma definitiva el sumak kawsay. Al menos desde el discurso y la publicidad. Atrás quedan los principios constitucionales y los postulados del Plan Nacional del Buen Vivir, que consagran ideales como la construcción de un nuevo paradigma de vida y de sociedad, la prolongación indefinida de las culturas humanas o la superación del modelo consumista. Desde el momento en que se aprobó la extracción de petróleo del Yasuní, los mensajes oficiales han dado un vuelco radical hacia propuestas completamente convencionales y anacrónicas. El proyecto de cambio ha quedado reducido a una simple evocación poética.
Hoy se ha revivido la noción de desarrollo en sus más diversas modalidades. Aparentemente, se trataba de concepciones superadas. No obstante, bajo el peregrino y desgastado argumento de que la riqueza resuelve milagrosamente todos los problemas de la sociedad, el correísmo las ha puesto nuevamente en boga. No solo eso. En esta cruzada de implacable pragmatismo, también se han puesto al día premisas aun más vetustas: la propaganda del gobierno para justificar la explotación de los bloques 31 y 43 pregona, sin el más mínimo recato, la aplicación de una estrategia basada en el más silvestre crecimiento económico. Basta escuchar al Ministro Coordinador de Economía ofreciendo un paraíso de autopistas, escuelas, casas y alcantarillado para transportarse a las primeras décadas del siglo pasado. La economía neoclásica en su apogeo, la reencarnación de Rostow.
De nada sirvieron décadas de debate político desde los sectores alternativos, ni la construcción teórica desde la academia, ni las intensas luchas desde los movimientos sociales, muchas de las cuales allanaron el camino al poder del actual gobierno. Las peores deformaciones del capitalismo, tan ácidamente estigmatizadas en el Plan Nacional del Buen Vivir, aparecen hoy como virtudes: la ruta extractivista y devastadora termina siendo una opción tan justificable como la agresión a un territorio intangible.
Molesta que desde la publicidad oficial se ponga en duda la inteligencia de los ecuatorianos. Pretender convencernos de que sembrando manzanas cosecharemos cocos es un irrespeto simple y llano. Cuarenta años de monodependencia del petróleo son suficiente experiencia para confirmar que la extracción de recursos no renovables jamás nos sacará de la pobreza. No esperemos otros resultados si hacemos lo mismo de siempre.
Lo que tal vez no ha calculado el gobierno es que existen ciertos referentes del sumak kawsay que cuentan con la adhesión y el decidido compromiso de amplios sectores de la sociedad. Sobre todo de los jóvenes. El referente más representativo, sin lugar a dudas, es la conservación del petróleo bajo tierra en el Yasuní-ITT.
… y aunque este establecido como norma, eso de decidir lo que al pueblo conviene y no conviene, no deja de ser masivo maltrato psicológico, en el caso de la decisión gubernamental de conseguir dinero de la explotación del petróleo de la zona intangible del Yasuní, por más buenas intenciones de inversión que se tenga y se haga con ello, siempre quedará el estigma del dinero mal habido, en especial porque ahí, aún con la tecnología de punta, se van a producir desastres ecológicos, si no etnocidio y los ejemplos para estos casos, a escala pequeña y grande, dicen que no tienen un final feliz, asunto que la decisión del pueblo, la consulta popular legitima y a mi entender, el pueblo ecuatoriano dice que no a la extracción, voluntad digna de respetar porque, aunque suene trillado, la voz del pueblo es la voz de Dios.
Una lástima que se postergue la oportunidad de en equipo, pueblo y autoridades forjar un entorno en donde el masivo buen trato psicológico que activa los valores y derechos humanos, el arte en su mejor expresión, en fin, el talento humano sea el motor que genere el necesitado bienestar social, verdadero y permanente.
Por ventaja el ideal, la esperanza, la posibilidad de conseguir bienestar social en base al esfuerzo y afines se mantiene incólume en el tiempo y para todos los pueblos por igual pero como nada es gratis y peor para este caso de trascendente importancia, habrán las dificultades que superar, para todas y todos un interesante desafío y para eso esta diseñado el ser humano. Cordiales saludos,
Acabo de escuchar su entrevista en Radio Tarqui (18.06-15) y permítame enviar mi comentario por este medio.
Usted habló sobre que el país, está mal y que las leyes son en general malas y defendió las marchas. No obstante tengo una pregunta y es que: Qué está mal? por que se generaliza tanto y no se pone los puntos sobre las íes?
El grave problema de una izquierda que se ha olvidado que su objetivo no es sacar a Correa a como de lugar, sino el buscar el bien común y sobretodo de las clases populares.
Entonces todo está mal pero Qué exactamente?