Lo que sucede con Da igual, es que nos metemos en un mundo surreal, pero también cotidiano, o tal vez por eso surreal. Del tipo de libros que son frontera, que no son género ni forma, sino experiencia y camino por volver. Son 25 cuentos, que más allá de ser despiadados, como reza la portada, son 25 relatos, o prosas poéticas, cuentos poemas, pero que sobre todo son formas extrañas de vernos representados. Uno de esos espejos que nos persiguen hacia adentro.