La reciente sucesión de victorias electorales de signo progresista en América Latina –al menos, hasta el descalabro del “Apruebo” en el plebiscito constitucional chileno-, incluye también a una nación centroamericana: a comienzos de este año, Xiomara Castro, candidata del Partido Libre, se convirtió en la primera mujer que accede a la presidencia de Honduras, a la que llegó con un inédito porcentaje de votos y una agenda plagada de desafíos en todos los ámbitos.
El riesgo del fascismo no ha sido revelado solo por las izquierdas latinoamericanas, hasta el FBI de los EE.UU. pone a los grupos fascistas en segundo lugar de peligro, después de los narcotraficantes.