Las declaraciones y recomendaciones de los voceros de los banqueros y los grandes empresarios, los proyectos de ley presentados y los anuncios gubernamentales están en la línea de los compromisos que en marzo del año pasado el gobierno suscribió con el Fondo Monetario Internacional: disminución de la masa salarial en el sector público, eliminación de los subsidios de los combustibles, reformas en el sistema tributario, reforma que flexibilice las relaciones laborales, afectación a la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
El contenido de las medidas planteadas por el Gobierno en la denominada Ley de Apoyo Humanitario para combatir la crisis sanitaria ratifica aquello que en el manejo de los temas económicos priman los asuntos políticos y no los técnicos, pues estos últimos se definen y ejecutan para abrir los cauces que materializan las concepciones ideológico-políticas.
El 2019 se presentó tal como algunos análisis lo preveían al iniciar el año: turbulento, marcado por los conflictos que el débil crecimiento de la economía provoca, por las pugnas entre potencias y por las contradicciones entre las clases sociales. Guido Proaño Andrade recapitula los hechos sobresalientes en materia de movilización social durante el último año.