Los ecos de la abultada derrota sufrida por la gestión de Gabriel Boric en el plebiscito constitucional del pasado 4 de septiembre, todavía están lejos de haberse disipado por completo. Sus múltiples derivaciones a nivel local y regional –como primer revés “progresista”, luego de varios triunfos electorales recientes en América Latina- merecen una reflexión profunda y pormenorizada.
Desde 2018, en América Latina se han registrado varios triunfos de fuerzas de izquierda y/o progresistas. Cada proyecto político llegó al poder con sus propias condiciones políticas que no suelen ser muy evidentes como la falta de mayorías parlamentarias, sociedades profundamente divididas, poderes fácticos que mandan por sobre cualquier gobierno y que no están dispuestos a perder un milímetro de poder. A estos factores, se debe agregar que son gobiernos que tras más de dos años de pandemia, el gran confinamiento y la guerra del gobierno de Rusia contra Ucrania, llegan a administrar la escasez.