El Marcelo siempre quiso emular al matraca. Siempre. Lástima que a duras penas se parece en el bigote. Hay que decirlo: podremos detestar al Nebot. Sí. Obvio. Pero, hay que reconocerle su inteligencia, siempre al servicio de los oligarcas que son de su marca. Ha gobernado el país sin sentarse en Carondelet. En cambio, ese clon mal hecho del Dotti es un socialcristiano sin registro sanitario. Un paliducho y balbuceante fachito que tiene la desfachatez de llamarse así mismo, periodista.
Por ahí circula un video, donde el Estebitan - con esa mirada de huevo tibio, tan característico de los niños que fueron amaestrados con el verbo divino del hombre es hombre y la mujer es mujer y Adán tiene pene y Eva, vagina, y los que abortan no van al reino de los cielos- nos quiere convencer de las bondades de las corridas de toros.