Intag tiene un imán que enloquece a las trasnacionales mineras de Japón, Canadá y actualmente de Chile. Alguien por ahí les pasó el dato que es rica en cobre y demás minerales, y se armó la grande. Estas empresas, almas benditas de la caridad, junto con los nobles aliados del gobierno, dicen que, con esos proyectos mineros, Intag, Imbabura, el Ecuador, saldrán del subdesarrollo y se podrán convertir, en poco tiempo, en una potencia sudamericana. ¡Aplausos! Son de una ternura envidiable.