En este 2020 que empezó el 16 de marzo y no terminará, sino hasta cuando nos quitemos la mascarilla, no necesariamente leí más libros, que otros años, pero sí los sentí más cerca, los aprecié de mejor manera, los supe míos. Un cortejo en el que me encontré con títulos que en el contexto despertaron más sensibilidades que certezas, volví a los que han sido seguridad emocional para soporte de la vida y la muerte.