“Cada individuo especula sobre el modo de crearle al otro nuevas necesidades”.
K Marx
En torno al valor que importa la parte respecto al todo, subyace la concepción del cuerpo como producto personal, social o natural. Los determinismos desconocen el principio de la libertad sin valores previos y justifican su supresión y supeditación. La libertad individual es sometida a pretextos colectivos donde se minimiza a los pocos frente a los muchos. Una concepción de minoridad que presiona hacia la des legitimización de lo singular y que entiende la unidad como disolución del SER en el “sujeto histórico nuevo”: la masa. Todo el que esta fuera de la masa es declarado “perdedor”. ¿Y no es democracia el respeto al derecho de las minorías?
La aritmética del poder, en su ética, vive contando cuanto le toca o que parte le afecta a quien, lógica que pone en evidencia que el poder pretende redimirse disfrutando de lo “grande” (porque el tamaño le es importante), y lo omnisciente, lo omnipresente hace clímax. Se marca así una concepción del territorio y del cuerpo en el rumor de lo masivo, despreciando el deleite de lo individual minúsculo.
El poder político encuentra su éxtasis en la turbulencia de la chusma y se enreda en la microfísica de lo particular. Curiosamente por esto, mientras inaugura las megas construcciones, instituciones, a la par, estropea a un artista o a una mujer gorda; una manifestación simbólica de la torpeza de un cuerpo muy grande que perdió la sensibilidad de la partícula. El poder no es King Kong, no ama al pequeño ser que puede tener en su mano. La ternura del gigante escasea a causa del dominio.
Todo ocurre en un contexto donde el uno por mil pulula en los medios, cual remedios, y donde el poder se irrita porque la izquierda marxista asume al discurso ecológico, discurso ecuánime que hace combinación de enunciados y visibilidades específicas de la presente formación histórica. Ahora que las agresiones del capitalismo se diversifican, la dialéctica materialista tiene el derecho y la obligación de interpretar la realidad para transfórmala. Ya Marx hablaba del mal desarrollo y confrontaba otras formas de explotación. En el Capital desarrolla el concepto de fractura metabólica para designar los efectos del sistema capitalista sobre la interacción entre naturaleza y sociedad, y Engels dirá: “no reinamos en absoluto sobre la naturaleza como conquistadores, sino que le pertenecemos con nuestra carne, nuestra sangre, nuestro cerebro, residimos en su seno; y toda nuestra dominación radica nada más en la ventaja que tenemos sobre el conjunto de las otras criaturas, de conocer sus leyes, sirviéndonos de ellas juiciosamente”. Contundente. Es agenda de pertenencia de la izquierda mundial la ortodoxia laboral y la plataforma contra el mal desarrollo. Curiosamente lo laboral y lo ecológico son el lado más derechista del régimen.
No entiendo porque lo laboral y lo ecológico son el lado derechista del régimen, cual régimen y por que¿ Siempre pensé que ambos conceptos eran manifestaciones del régimen socialista; debido a que el régimen socialista hace incampie en preservar los ecológico y luchar por mejores condiciones de los obreros.