A DEVOLVER LA ESPADA DE ALFARO ¡CARAJO!
Tomas Rodríguez León
“La libertad, la igualdad y la simpatía práctica humana son las únicas barreras efectivas que podemos levantar ante los instintos antisociales de ciertos individuos que están entre nosotros”
Kropotkin
Alfaro Vive (AVC) entregó la espada del mártir que había sido robada en 1983. Mireya Cárdenas, Ministra de Pueblos y ex dirigente de AVC realizó la ceremonia entreguista a su actual líder máximo, el presidente Rafael Correa. Mireya se olvido de un detalle; lo que sé devuelve como robo, se lo restituye A su legítimo propietario. Hasta donde se reconoce públicamente, la espada era propiedad de la Comuna de Guayaquil y su custodio el Municipio de la ciudad, delegó representación en el Mueso de la ciudad, lugar donde recordamos, fue sustraída.
La espada de Alfaro, heredada por Esmeralda Alfaro Arosemena, hija menor del viejo luchador, la traspaso a su hijo Eloy Avilés Alfaro y esta a la biesnieta del General Alfaro, Denise Feraud Avilés quien junto con el bastón que fuera propiedad del Viejo Luchador lo entrego al cabildo porteño.
El acto de “recuperación” de 1983 estaría generando una nueva recuperación en 2012. La primera fue obra de quienes luchaban contra el poder y la segunda de quienes ostentan o defienden el poder. A la luz de la normativa legal vigente, de la anterior (1983), y de la proyectada en el nuevo código penal integral, la figura de “recuperación” no existe , por lo que, de conformidad con la lectura de los acontecimientos sucedidos en ambos eventos lo que sucedió y sucede podría definirse como acto ilícito [1] en el primer caso se trató de un robo y en el segundo se estaría consumando en la practica un trato o transacción con un objeto robado, lo que a nivel popular se conoce como acción de “cachineria”. Por cierto, ilícito muy perseguido por el actual gobierno.
El Municipio de Guayaquil de inmediato debe interponer un recurso, no sé de qué catadura para solicitar la reposición del bien que le fue sustraído y el pueblo de Guayaquil legitimo propietario, debe reclamar este objeto patrimonial como suyo y defenderlo.
A fin de realizar un debido proceso y para que impere la ley tantas veces protegidas por los actores del estado, lo conveniente sería que el mismísimo presidente Correa tome el bien “recuperado” y en igual ceremonioso acto lo devuelva a la ciudad de Guayaquil en la persona de su alcalde. Si por afinidades ideológicas, éticas, estéticas o políticas el gobierno quiere hacer una tercera recuperación, deberá sin trastocar la normativa existente solicitar vía convicción, acuerdo o convenio con el Gobierno de Guayaquil la generación de un nuevo custodio.
Por último si esto resultase muy complejo para el sentido común y las necesidades simbólicas del poder, realícese una enmienda constitucional o decreto ley o un nuevo esfuerzo legislativo que sustraiga del bien a la ciudad de Guayaquil y declare el mismo como patrimonio nacional o de la humanidad. Pero ya, pues es necesario no quedar en la condición de gobierno enmarañado en un ilícito [2]
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[1] Dejo en claro que me importa un bledo lo legal o lo ilegal pues me confieso anarquista, pero a la luz de la interpretación descriptiva, será necesario asumir la denominación que por lo demás los actores institucionales del gobierno y en el gobierno la asumen
[2] Dejo constancia de que no tengo nada en contra de las cochinerías populares cuando de adquirir cosas usadas se trata mas no de cosas robadas
mmmm.. de qué se trata este artículo? de cuestionar la entrega de la espada de Alfaro a un gobierno o de defender los “legítimos derechos del pueblo guayaquileño” de la espada. Me parece que este tipo de textos evidencian muy claramente la incapacidad que tenemos desde la izquierda de lograr articular un discurso coherente, que no sea el de la reproducción de los sentidos comunes de la misma derecha. Me da tanta pena que este tipo de artículos salga en espacios como este, que deberían pedir un mínimo de argumentación y no pura visera reaccionaria tapiñada de reivindicación