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24 febrero 2013
Simultáneamente a la intensificación de la guerra de divisas mediante devaluaciones competitivas –como la del yen nipón que en cuatro meses se depreció deliberadamente 30 por ciento, con lo que el mega-especulador con disfraz de filántropo George Soros, presunto prestanombres de los banqueros esclavistas Rothschild ( The Financial Times dixit), se embolsó mil millones de dólares–, el nuevo mandarín Xi Jinping realiza jugadas de envergadura geoestratégica (Bajo la Lupa, 20/2/13): después de anunciar su primera visita a Rusia y luego a Sudáfrica, para asistir a la quinta cumbre de los resplandecientes BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), exhortó a desarrollar mejores vínculos en el seno del Grupo de Shanghai (Xinhua, 22/2/13), que se pudiera considerar como la contraparte de la OTAN.
Los cambios dramáticos en el incipiente nuevo orden multipolar son hipercomplejos, no lineales, muy profundos y de corte multidimensional que engloba a los alimentos tan descuidados en varios países neocolonizados mentalmente como, por desgracia, el México neoliberal itamita.
En coincidencia con los movimientos geoestratégicos del mandarín Xi, el premier ruso, Dmitri Medvedev, visitó Brasil, donde descolgó un sorprendente contrato militar de defensa avanzada, y Cuba, a la que prometió condonar insólitamente 35 mil millones de dólares de deuda ( Pravda, 22/2/13), mientras el belicoso premier nipón, Shinzo Abe, en vísperas de su visita a Estados Unidos (EU), exultó que Japón está de regreso, en abierto desafío a China (The Financial Times, 23/2/13).
En Gran Bretaña, el escándalo delincuencial de las tasas de interés manipuladas (Libor, por sus siglas en inglés), ha expuesto el blanqueo descomunal de HSBC y Standard and Chartered, mientras círculos europeos muy bien informados aseveran sotto voce que el megaescándalo de Monte dei Paschi di Siena (ver Bajo la Lupa, 3/2/13), el banco más antiguo del mundo, ha arrastrado en un efecto dominó, amén del Banco Santander, a relevantes bancos de primer nivel, como JP Morgan Chase (el mayor apostador dederivados financieros del mundo) y al legendario Deutsche Bank.
En medio de una inusitada lluvia de asteroides, meteoros y cometas, Bill Gross, el poderoso mandamás estadunidense de Pimco (la mayor correduría de bonos del mundo), admitió que el planeta enfrenta una supernova financiera ( Business Insider, 31/1/13). ¡Gulp!
En forma curiosa, Crédit Suisse afirma que los gobiernos desalientan la tenencia en oro, como sería el caso de India (el mayor importador de oro del mundo) y Vietnam ( The Daily Bell, 21/2/13). Más allá de la aparente desinformación del banco suizo que abulta dos singulares excrecencias extrapoladas como si fuesen tendencia universal, la honda desconfianza en el sistema financiero mundial controlado por la banca israelí-anglosajona ha llevado a que los tenedores de oro prefieran los lingotes físicos en lugar de papelitos bancarios de insolventes entidades financieras sin garantía alguna.
Mientras los circuitos estratégicos de EU anuncian ditirámbicamente el fin de laera del petróleo en beneficio de la nueva revolución energética del fracking(Bajo la Lupa, 10 y 13/2/13) del gas esquisto ( shale gas) que arrinconaría a Rusia y a la OPEP, el polémico portal Zero Hedge perfila el advenimiento delagri-dólar (el dólar apuntalado por la agricultura y los alimentos) que colocarían a China en desventaja geopolítica debido a sus angustiantes importaciones para nutrir a la mayor población del planeta. Aquí hemos hecho eco de la subrepticia guerra alimentaria, como parte de una guerra multidimensional que no se atreve a pronunciar su nombre, que desembocó en el incremento exponencial del precio de los alimentos y que, a mi juicio, fue el detonante de Las revoluciones árabes en curso: el detonador alimentario global, Orfila editor, 2011).
Zero Hedge (24/11/12) aborda las consecuencias del ocaso del petro-dólar y el advenimiento del agri-dólarcon una serie de gráficos y datos duros muy esclarecedores. Arguye que las consecuencias serán tanto macroeconómicas como geopolíticas cuando los países actuarán cada vez más en forma estratégica (¡supersic!) para asegurar el abasto alimentario: desde el neoproteccionismo hasta los acuerdos bilaterales complementarios, lo cual, a mi juicio, puede dañar aún más a la disfuncional OMC.
Karim Bitar, mandamás de la trasnacional británica de biotecnología Genus, avizora un desenlace muy violento y épico para China, en referencia a su déficit alimentario: 20 por ciento de la población mundial y 7 por ciento de tierra cultivable. ¡Todo lo contrario de Brasil: la inminente superpotencia alimentaria global!
A Zero Hedge no se le escapa el poder de las pampas, donde Brasil y Argentina encabezan a América Latina en el mercado de alimentos con superávit significativos en soya, maíz, carne y oleaginosas. Sustenta que Japón, Sudcorea y Gran Bretaña enfrentarán severos desafíos alimentarios. Postula la emergencia de los agri-dólares en similitud al surgimiento de los petro-dólares de la década de 1970.
Hoy el valor de las exportaciones de energéticos es de 2.3 millones de millones (trillones en anglosajón) de dólares frente a los 1.08 millones de millones de dólares para la agricultura, lo suficiente para podar una parte considerable de los 3.31 millones de millones de dólares de reservas de divisas de China, las mayores del mundo: ¡34 por ciento del total global! (diciembre, 2012).
El alza de los alimentos y su circulación transcontinental e intrarregional es susceptible de afectar el flujo de divisas en el planeta.
Zero Hedge nomina a los vencedores con el advenimiento de losagri-dólares: Brasil (¡supersic!) –a quien The Financial Times (23/2/13) le consagró un reportaje para colocarlo como la inminente superpotencia alimentaria global–, EU, Canadá y, quizá, África (60 por ciento de la tierra sin cultivar en el mundo con agua abundante y envidiable bono demográfico).
México, 30 por ciento de gasto alimentario por hogar, se acerca espeluznantemente a los niveles estremecedores de China (40 por ciento) e India (45 por ciento) frente a 14 por ciento de EU: hoy la superpotencia alimentaria global.
Los aldeanos teólogos mercantilistas, quienes se precipitan a colocar a México rebasando a Brasil en forma unifactorial financierista, ocultan que nuestro país vive una verdadera catástrofe agroalimentaria, producto de la aciaga experimentación neoliberal que nadie desea contabilizar como superlativo daño colateral del TLCAN, amén del libre narcotráfico y la expoliación bancaria, en espera de la enajenación de sus hidrocarburos.
El ensayo de Zero Hedge, amén de estrujante por lo meritorio de sus datos duros, aunque peque de neomalthusianismo financierista, es alertador.
Pero perturba su unidimensionalidad cuando trasmuta el auge del petro-dólar, de la fase bipolar nuclear en la década de los 70, con el advenimiento del agri-dólar en el incipiente nuevo orden multipolar, cuya característica se centra en su multidimensionalidad donde concurre la suma y resta de varios factores estratégicos, entre los cuales, sin duda, se encuentran la agricultura y los alimentos. Pero no son los únicos. Ni juegan solos.