Y yamismo han de empezar con la novelería del Papa Francisco, que es un santo, que es amigo, que es argentino y es sensible a la revolución ciudadana. Todos sus amigos de gobierno irán a comerse la ostia y a santiguarse como buenos cristianos. La tomarán con la mano izquierda, como es su costumbre y se la devorarán con la muela derecha como corresponde.
Uno a veces dice: hoy no quiero hablar mal del gobierno, por ahí hay cosas que quizá no hagan tan mal. Pero solo es cuestión de abrir los ojos, y tóma tu buena obra del día. Por más que uno quiere tener un día tranquilo, sin bronquearse con el mundo, aparece el que sabemos y su gente y tóma tu decreto y tóma tu votación y tóma tu cuarto de hora. No hay vida con éstos. Ya hasta me acuerdo del Bucaram. Corría todas las noches a ver las noticias para enterarme qué nueva barbaridad se había disparado. Y claro, uno se mataba de la risa. Hoy es casi lo mismo, porque para hacer el ridículo, vaya y pregunte quiénes son los campeones. Solo que la comedia nos enseña su otro lado: la tragedia. Porque risa risa, por un rato nomás, en el fondo es bronca, bronca purita con éstos que le alteran la bilis a cualquiera.
Ahora le llegó el turno al Fondo de Pensiones de los maestros. ¿Mañana a quién será? Tocará estar preparados porque éstos le caen nomás a uno con pistola en mano o con decreto en puño que es lo mismo y hasta aquí llegaron. Y son tan pero tan cínicos que se inventan nomás cualquier leguleyada para legitimar su hazmerreír o hazmellorar del día. Por ahí escuché que el que sabemos es una especie de fusión de lo peorcito de la política criolla. Un prepotente como el Febres Cordero pero versión 2.0; un Abdalá en potencia pero tuneado, un alhaja encantaserpientes como el Mahuad y un Lucio por lo doble cara. Puede ser que uno exagere, pero con todo lo que hacen no queda más que la hipérbole, el doble sentido, la burla en todas sus versiones.
A ver, sean sinceros compañeritos revolú, ¿a quién le toca la semana que viene? ¿Qué fondos son los siguientes? Hasta tocar fondo me imagino. Son unos bajofondo de lo peor. Es más, la poca prensa privada que queda no tendrá más remedio que cubrir hasta la ida al baño de los seguidores del que sabemos, sino tóma tu sanción. Pero los peores no son el ala derecha y reaccionaria del gobierno, sino éstos que se daban de izquierdistas, que nacieron de los movimientos sociales, de la mano de la Conaie, y que ahora, bien acomodaditos en sus curules, ministerios y demás, no dicen nada, calladitos con su sueldito de izquierdista progre en ascenso. Ay, éstos, a los que no solo dan ganas de brindarles un desayuno con harta yuca sino de… de… ay, éstos. El proceso, el proceso, el proceso… Palabrita que se aprendieron de memoria estos revolucionarios de cuatro dígitos. Y encima algunitas de ese grupito se hacen llamar feministas. Ay, las sumisas, ay las defensoras de mi Presi, ay las licenciadas dos por uno dos.
Tantos golpes bajos lanzan que ni siquiera dan tiempo de alguna estocada al Alcalde de Quito o al Lasso, que también se lo merecen, pero en serio, no dan tiempo de que uno se escandalice con el prójimo. Todo lo copan, todo lo saturan, todo lo controlan, todo lo sancionan. Cadenas por aquí, cadenas por allá, cadenas del oeste, cadenas en do mayor, cadenas de ultratumba, cadenas de los sábados, que es como morirse de a poco, sintiendo un taladro que le carcome a uno la oreja izquierda y de pasito la derecha. No hay vida con éstos. Y yamismo han de empezar con la novelería del Papa Francisco, que es un santo, que es amigo, que es argentino y es sensible a la revolución ciudadana. Todos sus amigos de gobierno irán a comerse la ostia y a santiguarse como buenos cristianos. La tomarán con la mano izquierda, como es su costumbre y se la devorarán con la muela derecha como corresponde. Habría que decirle al Santísimo argentino que tenga cuidado, que no les diga que tiene un fondo de pensiones porque capaces son de tomar posesión por el bien del país, del mundo y de todos los revolú flex que en el mundo han sido.
Querido Hugo, te conocí y aprendí a conocer tu ser detrás de tu piel. Tenía la seguridad de que serías un profesional comunicador íntegro, responsable, comprometido con la transformación de esta sociedad maltratada por el poder del capital. Tus actos permitían avisorar que seguirías el camino que habían trazado aquellos luchadores y luchadora que dieron su vida por alcanzar esa utopía de nuevo país. Hoy te leo y te desconozco, y sólo cabe preguntarte ¿qué pasó con ese joven sensible, incapaz de traicionar a sus principios? ¿cuándo empezó a creer las mentiras de esos medios, en tanto instrumentos del poder económico? ¿cómo es posible que ese joven dude de lo profundo, de lo sustantivo? Siempre tendrás mi abrazo, Ruth