“La libertad es como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días”.
Goethe
Cuando un gobernante toma el poder como costumbre, se pierde el sentido de la conocida referencia aristotélica que relaciona política y animalidad (zoom polikom) y todo pasa al terreno de la zoología (pidiéndole disculpas a los animales en tiempos del Yasuní) ¡ El hombre es un animal político y hay políticos que son unos animales¡ razón tenia Nietzsche “…nada hastía tanto como un perpetuo vencedor”. Los ricos también lloran, los políticos gimen; su pobre humanidad sufre la patogenia del poder ya solo como instinto que interrumpe las características genéricas de una vida humana, el desgaste es cruel, la neurosis del mandante autoritario: riesgo de padecimiento para él y los dominados. En su extrema versión es desprendimiento de la humana terrenalidad para hacerse asunción divina. Las monarquías, por eso, se ven como representantes de Dios en la tierra y buscan consuelo queriendo acompañar al altísimo en su soledad. Cada sabor periódico del poder es una sublimación metafísica que invoca mandatos a cumplir, destinos a completar, escalas de grandeza a medir
Pero el poder, es en el fondo, un tímido ogro asustado que sabe que morirá, porque el tiempo siempre será limitado y la finitud le alcanza, lo aproxima, lo sentencia hacia la nada. En sus dolencias necesita el alivio de la aprobación, convoca a los estados generales o llama al consenso democrático para afirmarse desde el principio de delegación. Todos los autoritarismos, incluidos los liberales funcionalizando la representación parlamentaria y asumiendo en el ejecutivo la delegación de la soberanía, forman déspotas que sacrifican la autonomía y la libertad. Entre tanto creara nuevos pretextos para seguir venciendo, Legitimado en los comicios hará abusos de sus usos, que por lícitos serán tan drásticos como aquellos de los abominables regímenes de facto. Hay una confusión, se cree que el detalle más característico del fascismo es su criminalidad (que es su peor manifestación) pero el más significativo fundamento es la imagen triunfal que se edita con las mayorías. Su símbolo es el griterío de la chusma, consentida tan solo si aplaude, si se deja empujar y nunca empuja.
¿Cómo detener la prolongación tortuosa de un aburrido triunfador que hace alarde fatuo de su endomorfosis anómala? Las derrotas cotidianas pueden ensayar respuestas, sumar victorias ciudadanas y demostrar que el poder es otra imagen zootica con fisiología de ánade que camina y excreta en cada paso.
…mi solidaridad con Jaime Guevara y su canto…