No es una fecha cualquiera. No. Es el fin del mundo. Primera y última vez que se acabará esta esfera redonda y achatada en los polos. Por ello hay que estar preparados para recibirlo de la mejor manera posible. Uno no puede asistir a su despedida de este planeta mal vestido, sin bañarse, en ayunas y sin haber besado a sus amigos y perdonado a sus enemigos. Eso es de mal gusto. Que se nos venga el Apocalipsis pero confesados. El trabajo que van a tener los curas por estos días es como para ponerles sicólogo detrás del confesionario. Resulta que dicen los que saben que son los que siempre han sabido, que este viernes 21 de diciembre es el chao oficial de la Tierra como planeta. Que dizque traduciendo no se qué códigos de los mayas, y haciendo las ecuaciones correspondientes, es de esperar un cataclismo mundial de proporciones… desproporcionadas. Mejor dicho a reunirse con familia, amigos y amores, para que cogiditos de la mano la muerte sea menos traumática.
Yo hubiera esperado que, viniendo de los mayas, el fin del mundo hubiera sido en mayo, pero a ellos no les ha caído en gracias eso de a tu mes te parecís. Mejor dicho, qué falta de espíritu comercial de estos mayas. Calcular el fin del mundo justo antes de la navidad es no tener noción de la fecha consumista en que vivimos. Cómo le van a hacer la casita a Papá Noel, el pobre que trabaja todo el año azotando duendes para dejarnos el regalito en cada casa. Porque si hubieran dicho el mundo se acaba el 2 de enero, después de tremenda resaca y de haber disfrutado los regalos navideños, vale y pasa, pero, ¿justo el 21? No es de dios. Eso es no tener respeto por los constructores de pesebres, por el amigo secreto y por los miles de pavos que han engordado esperando esta ansiada fecha. Aguafiestas es lo que son. O mayafiestas, que dá lo mismo.
Lo bueno es que eso del fin del mundo nos pone imaginativos. ¿Será que nos llueven meteoritos a dos por manzana? ¿O se deshielan los polos hasta que el océano Pacífico entre por nuestra ventana? ¿O erupcionarán en combo todos los volcanes? ¿O el sol nos agasajará con una chamuscada de cuerpo entero? ¿O nos tragará un agujero negro hasta expulsarnos a otra dimensión desconocida? ¿Cuál muerte será la más espectacular? ¿Nos moriremos por partes o de un fulminante soplido? ¿Resucitaremos el próximo 21 de diciembre, a la misma hora y por los mismos motivos?
Que sea lo que sea y que Hollywood nos encuentre cobraditos.
[…] Fuente: lalineadefuego.info […]