“¿Prohibido olvidar?”
El 20 de marzo de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el ingrediente activo del herbicida Roundup de Monsanto es “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Frente a esta evidencia, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, el 9 de mayo anunció la suspensión de las aspersiones aéreas con glifosato para la erradicación de los cultivos ilícitos en ese país.
En los últimos 30 años los políticos han ignorado los anuncios científicos. La embajadora de EE.UU. en Ecuador, Gwen Clare, en el 2000, cuando se preparaban las fumigaciones en la frontera con Ecuador, llegaría a decir que el glifosato “es lo más benigno que existe, no habrá ningún problema, (…) los estudios demuestran que es menos tóxico que la sal, aspirina, cafeína, nicotina y vitamina A”1. Un año después, Larry Palmer, quien le sustituyera como Embajador Encargado en Ecuador, también llegaría a afirmar que el glifosato “no trae problemas a las personas (…) nadie hasta el momento ha presentado pruebas de que este producto perjudique a las personas”2. Sin embargo desde 1984 los científicos colombianos consultados por el Comité de Expertos en Herbicidas ya habían advertido que:
1)“El método químico debe ser el ÚLTIMO en considerarse; 2) Con la información disponible NO ES ACONSEJABLE EL USO MASIVO Y POR APLICACIÓN AÉREA; y 3) Cualquier método deberá estar PRECEDIDO DE ESTUDIOS SOBRE LOS EFECTOS EN LA SALUD de las personas, y del impacto sobre el ambiente”; concluyendo del glifosato que “no se recomienda su uso por vía aérea… pues su toxicidad aguda en humanos es poco conocida, no hay en la literatura información sobre toxicidad crónica y tampoco hay información con respecto a sus efectos mutagénicos y teratogénicos”.
A pesar de que la decisión política desoyó el consejo de científicos, el Ministro Juan Mayer de Colombia exigía el rechazo de las denuncias de los afectados porque “no tienen fundamento científico”3, y la Ministra del Ambiente de Ecuador, Lourdes Luque, decía que “en frontera norte no pasa nada” (La Hora, 2001)).
Sin embargo todas estas declaraciones que ocultaban la verdad, respondían a una estrategia expresada por el Encargado Civil del Hemisferio Occidental en el Departamento de Defensa de los EEUU, Roger Pardo-Maurer, quien manifestó a una delegación de organizaciones colombo-ecuatorianas que visitaron ese país, en octubre de 2003, que “las fumigaciones son un éxito; sabemos que hay problemas de salud, incluso muertes, pero para nosotros es un costo aceptable. Si para reducir la droga en Estados Unidos es necesario limpiar la frontera de todos ‘esos bandidos’, pues hay que continuar con la política establecida “(…) para mí, todos esos campesinos e indígenas de la frontera son iguales, bandidos” (Saavedra, 2003)4.
Para el Comité Interinstitucional contra las Fumigaciones (CIF) que realiza desde el 2002 un acompañamiento a los campesinos de frontera norte afectados por las aspersiones aéreas químicas. La noticia de la suspensión alegra, pero cuestiona a la vez que se haga sin un análisis adecuado:
- ¿Se van a exigir responsabilidades en Colombia a quienes desoyendo los consejos científicos tomaron la desacertada decisión política de fumigar con un producto no probado suficientemente y lo presentaron como “inocuo”?
- ¿Se le va a pedir responsabilidades al Sr. Solomón, autor del vergonzoso estudio que presentó a la OEA subrayando la inocuidad del glifosato en las aspersiones aéreas del Plan Colombia?
- ¿El Estado ecuatoriano le pedirá responsabilidades a la empresa Exponent Inc. consultora contratada por los abogados de los EEUU, quienes al parecer, en contra de lo que afirmaron los científicos ecuatorianos de que el único margen seguro eran los 10 Kms. de distancia a la frontera, permitieron que se fumigara hasta los 2 Kms.? No hay que olvidar que esta empresa en su momento y por contrato, también trabajó para la Agencia Internacional de Petróleo (API) para maquillar las cifras de afectación delbenceno.5
- Si como refieren en Colombia, para erradicar una hectárea de coca, se deben fumigar 30 hectáreas, a un costo final de 72 mil dólares frente a 2.600 que cuesta fumigar cada una 6. ¿Quien se ha beneficiado todos estos años de las aspersiones aéreas?
- Si el gobierno de Colombia decide usar otros químicos u hongos por vía aérea ¿qué decisión va a adoptar el gobierno de Ecuador? ¿Ratificará el lamentable Acuerdo firmado el 9 de septiembre del 2013 o exigirá la franja de los 10kms?
- Si tras la denuncia pública y la acción constitucional de protección presentada en diciembre del 2014 por el CIF tras el hallazgo de glifosato en territorio ecuatoriano por las aspersiones aéreas de octubre y noviembre de ese año, la Cancillería nocumplió con sus obligaciones de proteger los derechos de las personas y de la naturaleza en la zona. ¿Se va a modificar el Protocolo de Quejas firmado con Colombia que entrega a ese país toda la información de los afectados ecuatorianos y deja a la Defensoría del Pueblo de Ecuador como simple intermediaria de la información?
- ¿Va la Cancillería Ecuatoriana a transparentar los criterios de la entrega de los 15 millones de dólares en la frontera a la Veeduría Ciudadana que se creó para el monitoreo del Acuerdo, y a la que ha negado sistemáticamente sus peticiones deinformación?
- Ante la decisión de las organizaciones de la sociedad civil de conformar una Veeduría Ciudadana, ¿continuará la falta de transparencia de la información sobre el Acuerdo, por parte de instituciones del Estado Ecuatoriano?
- Frente a las acciones constitucionales interpuestas por las omisiones estatales de cumplimiento de sus obligaciones internacionales de proteger los derechos de la población y de la naturaleza de la frontera norte, ¿continuará la justicia constitucionalnegando el derecho a una tutela judicial efectiva?
Ecuador debería gestionar su apoyo a Colombia para que el gobierno de ese país no retome la política fracasada de las aspersiones aéreas que tanto han afectado a este país. Pero para ello debe vencer la actitud sumisa de los acuerdos firmados en septiembre del 2013.
Frente a tanta duda, exigimos respeto, dignidad y el cese total de las aspersiones aéreas.
Por el Comité Interinstitucional contra las Fumigaciones
Lina Cahuasquí
Teléf. 0997879301
Notas:
1 Expreso de Guayaquil (2000)“Clare: no se nada de hongos”, 19 de julio, p.6A
2 La Hora (2001) “Fumigaciones no afectan a las personas: dice embajador de los EEUU” (sf)
3 El Universo (2001) Autoridades niegan daños por glifosato, 3 de julio, portada y p.6
4 Acción Ecológica et all “Frontera: Daños genéticos por las fumigaciones del Plan Colombia”, Investigación noviembre de 2003 y primeras reacciones oficiales: Defensoría del Pueblo y Congreso Nacional, 2003, Pág. Iv.
5 David Michaels, Doubt is their product: how industry’s assault on science threatens your health, Oxford,Nueva York, Oxford University Press, 2008, p. 71-72. Citado en Breilh, J. El vínculo entre producción negligente, débil justicia y ciencia comprada ¿Colusión? Horizonte de los Derechos Humanos, Ecuador 2012, UASB-Sede Ecuador, p. 229-236
6 La Silla Vacía, “Las 10 recomendaciones – bomba de la Comisión de Drogas”, Mayo 13 del 2015, http://lasillavacia.com/historia/las-10-recomendaciones-bomba-de-la-comision-asesora-en-politica-dedrogas-50306