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martes, noviembre 5, 2024

CARICATURA AL INFINITO. Por Napóleón Saltos

Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro de la primera.
Albert Einstein

Freud decía que detrás de toda broma hay siempre una verdad. Una caricatura, sobre todo política, es lograda, cuando capta algún aspecto de la realidad por un camino que rompe la lógica y la formalidad. Según Wild,[1] “el humor deja fuera de acción un acervo cultural de la humanidad: la capacidad de controlarse”. Tres condiciones: tiempo, veracidad, decisión.

La caricatura política es una instantánea crítica que muestra el lado no-visible del poder, o más bien el lado que el poder trata de ocultar y que todos/muchos lo ven, pero no quieren decirlo, hasta que la voz del niño se une a la mirada de todos/muchos: “El rey está desnudo”. La risa surge en el punto de choque entre la flexibilidad  y novedad de la vida y la rigidez y repetición del poder.

La caricatura maldecida de Bonil sobre el desalojo violento del apartamento de Fernando Villavicencio, quizás no es la mejor del autor. En su trayectoria ha tenido momentos de alta lucidez en la crítica a los diversos representantes, signos de poder. Lo nuevo es la doble caricatura: la de Bonil y la del poder en su palacete sabatino, la reacción y el reajuste de la realidad al dibujo, para seguir un juego de espejos al infinito: Bonil caricaturiza la violencia del poder, el poder actúa violentamente contra Bonil, se desata una cadena de nuevas caricaturas gráficas y escritas sobre la violencia del poder, el poder tiene que subir su violencia, hasta…

La capacidad de reírse de uno mismo mide la dimensión del alma. Los más adustos están en los séquitos de los dictadorzuelos, creen en el poder del adulo. “El humor es posible si nos descentralizamos, si somos capaces de abandonar por un momento el lugar del ego. Esto se ve claramente en la filosofía budista, con el humor zen. El maestro prueba a sus alumnos haciéndoles una pregunta o sometiéndolos a una prueba aparentemente sin sentido, y en la cual no se puede seguir un derrotero lógico. Y es justamente esa falta de lógica la que produce la iluminación en el discípulo. Un fenómeno bastante parecido al humor.”[2]

Cuentan que el “loco” Velasco, al comenzar la jornada, pedía los diarios y el reporte de los chistes que circulaban entre los habladores de la Plaza Grande. Y se reía, feliz de las locuras asignadas. Alrededor pululaban los aduladores, pero él murió pobre y aferrado a la imagen de su Corina.

Según Marvin Minsky, un precursor de la inteligencia artificial, el humor se desarrolló en el ser humano para señalizar los errores lógicos, lo que impediría seguir una línea equivocada de pensamiento.[3] Pero para ello se requiere cultivar el sentido del humor, mirar desde arriba, por encima de los propios límites, ser capaces de crear y no únicamente de la copia y la imitación.

El humor y la risa es un hecho clave de la comunicación. No hay nadie más necesitado de humor que los adustos y amargados por el poder. Es una obra de caridad entregarlos periódicamente un poco de humor. Esperemos que Bonil afile su lápiz y que en alguna sabatina escuchemos algún chiste del poder sobre su propia realidad. Entonces nos reiremos juntos y creeremos que en realidad ha empezado la revolución ciudadana. A menos que siga la caricatura infinita.

Es tiempo de elegir: “hay dos sistemas de conseguir la felicidad: uno, hacerse el idiota, el otro, serlo.” (Enrique Jardiel Poncela)

 


[1] PAPALEO Cristina, La risa y el sentido de la vida en http://www.nueva-acropolis.es/filosofia/humor/sentido-vida.htm

[2] Idem

[3] Idem

 

lalineadefuego
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