Nelson Mandela decía que un país solo se conoce en sus cárceles y hoy les puedo decir que es verdad. No me quiero comparar con el gran dirigente sudafricano, pero cuando un gobierno despótico y corrupto, me calumnia e inventa mentiras sobre mí para condenarme, tal como en su momento lo hicieron con Mandela, es inevitable inspirarse en él para resistir el encierro y las calumnias.
Pocos días antes de mi detención yo trabajé en la reinserción social de personas privadas de la libertad, y hoy que soy uno de ellos, debo decir que todo lo que hice es poco. Que los PPL somos la población más olvidada, criminalizada, violentada y estigmatizada que existe en este país, y que el gobierno quiere hacer creer que la crisis penitenciaria es culpa nuestra, y yo les digo, en primera persona que eso no es cierto, yo y mis hermanos PPL no somos responsables, el único responsable es el Estado y sus políticas criminales, la falta de inversión en la rehabilitación social, el olvido y la marginación en que nos encontramos, y sin embargo aquí estamos, los PPL sobrevivimos y seguimos aquí, siendo seres humanos dignos, con sueños, esperanzas y derechos, que aspiramos a salir vivos de la ineptitud del Estado ecuatoriano.
Pero bueno, desde mi celda, quiero aprovechar para agradecer a todas las personas por la solidaridad recibida, por saber que el Estado y el gobierno son mentirosos y que se han dedicado sistemáticamente a calumniarnos y difamarnos; a buscarle la quinta pata al gato para condenarnos a prisión; a inventar fantasiosas historias para llamarnos terroristas y negar lo obvio: somos Presos Políticos. Nadie se traga las mentiras de Lasso y Carrillo.
Quiero agradecer por acordarse de nosotros, por dar una mano a nuestras familias, por contarle al mundo que somos muy revolucionarios, muy consecuentes, pero no somos terroristas, somos presos por conciencia, somos luchadores sociales encarcelados, somos hijos del pueblo pagando el precio de la dignidad, y esa nunca nos la van a quitar.
Soy Ernesto Flores Sierra, luchador social, hijo de luchadores sociales, nieto de luchadores sociales, bisnieto de luchadores sociales, tataranieto de luchadores sociales, y no me avergüenzo de serlo. Por mi sangre corren historias de montoneros y guarichas, de sindicalistas, socialistas revolucionarios, maestras y guerrilleros, y estoy muy orgulloso de pertenecer a ese linaje. Hoy que sacan a luz esa historia para querer enterrarme en prisión, sepan que jamás la negaré, no tendré vergüenza de mi historia y la de mis ancestros, y haré honor a esa historia, en prisión o en libertad, lucharé siempre por la dignidad del ser humano contra la brutalidad del capital.
Tampoco negaré mi lucha, soy Guevarista, soy miembro de la Coordinación del Movimiento Guevarista, soy Comunista y soy Marxista – Leninista y toda mi vida he actuado en consecuencia con mi ideología. Tener esta ideología todavía no es delito, si me van a condenar por mi pensamiento que lo hagan, aceptaré la prisión perpetua si es necesario, pero jamás renegaré de mis ideas. Al igual que Mariátegui, soy un comunista convicto y confeso.
Soy un Psicólogo Popular y Político, comprometido con aliviar el sufrimiento de los más pobres, soy un Educador Popular y he caminado 20 años con el pueblo indígena, soy un dirigente social y he defendido derechos, salarios y tierras. He luchado en las calles desde los 12 años cuando estuve en las aulas del Patrón Mejía y no me avergüenzo ni reniego de ser un luchador callejero.
¡A todas esas personas solidarias!!!
¡No les fallaré! Sigo siendo el mismo, sigo convencido de mis ideas, de la necesidad de cambiar esta sociedad desde su raíz, de amar la justicia incluso si eso pone en riesgo mi vida y mi libertad, de que la psicología y la educación son herramientas para la liberación, y de que el pueblo ecuatoriano tiene derecho a rebelarse. Hoy estoy luchando en otra trinchera y lo hago con alegría, no me han derrotado, ni podrán hacerlo. Como no pudieron hacerlo cuando encerraron a Mama Tránsito, Monseñor Proaño o a Manuel Agustín Aguirre. Yo y mis compas nos unimos a esta lista, no somos los primeros y no seremos los últimos, y aunque nos encierren por décadas como quieren hacerlo los corruptos y poderosos, saldremos, viviremos y venceremos. Y nos daremos un abrazo con todos aquellos que han brindado aguante en este momento.
Desde la Luminosa Trinchera
Por Ernesto Flores Sierra
*Fotografía: Tomada del facebook de Natalia Sierra