Artículo publicado originalmente el 4 de julio en peleja.com.br, firmado por Marinah Nogueira
Cuando la selección ecuatoriana sale al campo se evidencia el predominio de jugadores negros en el plantel, lo que puede hacer pensar a muchos: en el país son mayoría. De hecho, sólo el 7,2% de la población ecuatoriana se declara negra.
Todo comienza en el siglo XVII. Como en todos los lugares que fueron colonias en Estados Unidos, los negros fueron esclavizados por los europeos. Llegaron para trabajar en las minas y plantaciones de caña de azúcar del país y, desde entonces, se concentran en la provincia de Esmeraldas, cuya población es 53% negra.
Intercambié una idea con el investigador Erick Heredia, sociólogo y gestor cultural ecuatoriano. Me dijo que el racismo sigue siendo muy fuerte en el país, a pesar de la presencia negra, y que los negros empezaron a ganar visibilidad gracias al balón en sus pies.
“Los negros no existían antes del fútbol. El país empezó a mirarlos recién a partir de 2002, cuando Ecuador clasificó por primera vez al Mundial”, afirma.
La historia se repite con sus distintas facetas en cada país. Luego de la primera clasificación de Ecuador a un Mundial, el país siente que finalmente está en el lugar que debe estar. A finales de los 90 y principios de los 2000, Ecuador vivió una sucesión de episodios históricos: desde un conflicto militar con Perú (conocido como Guerra del Cenepa) hasta la candidatura de Rafael Correa, con un gobierno progresista centrado en la justicia social y las reformas económicas.
Heredia dice que el inicio del siglo XXI está marcado por un auge cultural en el Ecuador. La gente finalmente se siente orgullosa del país y comienza a consumir la cultura local, algo que no sucedía antes. Jugar buen fútbol era una forma de ser visible ante el mundo.
Como resultado, el orgullo nacional de ser ecuatoriano floreció en el cine, la música y las artes. Y entonces, Ecuador empezó a tener más visibilidad dentro del universo latinoamericano, especialmente en las canchas de fútbol.
La mina de oro del fútbol ecuatoriano
Informes históricos describen que la concentración de la población negra en el noroeste de Ecuador se produjo luego de que un barco encallara en la costa. El grupo de supervivientes escapó por el bosque y se unió a los grupos nativos. La zona de Esmeralda ocupa sólo el 10% del país, pero es el corazón de la cultura afroecuatoriana y el lugar de nacimiento de las estrellas de la selección nacional.
Antonio Valencia, Ángel Mena, Enner Valencia, Segundo Castillo y Carlos Tenorio son algunos futbolistas destacados que nacieron en la región. En el panorama futbolístico ecuatoriano, el aporte de los jugadores negros destaca no sólo por su destreza en el campo o la influencia cultural y social que ejercen, sino también por su constante lucha y resistencia contra el racismo.
“Los negros no existían antes del fútbol. El país empezó a mirarlos recién a partir de 2002, cuando Ecuador clasificó por primera vez al Mundial”.
-Erick Heredia, sociólogo y gestor cultural
Un ejemplo viene de Independiente del Valle (IDV), equipo que ganó dos veces la Copa Sudamericana y se destaca por ser entrenador de talentos como Kendry Páez, Piero Hincapie y Moisés Caicedo. El club implementó en su sede el programa Latidos del Valle, con el objetivo de combatir eficazmente los prejuicios.
Creamos un proyecto que condena y castiga el racismo y un espacio para animar a los chicos a combatir el acto, pero aún es complejo. Para certificar que realmente se produjo un acto racista se necesitan testigos, ya sean jugadores o árbitros. Y muchas veces no lo declaran por miedo o porque no quieren involucrarse”, dijo Michael Arce en charla con PELEJA . Arce tiene una maestría en psicopedagogía y es tutor del Colegio del Independiente del Valle.
Racismo cotidiano
En un país donde la diversidad étnica y cultural es una característica sorprendente, la exclusión todavía está presente. Michael Arce, además de ser entrenador juvenil de Del Valle, es afroecuatoriano y llevó a la justicia nacional el primer caso de crimen de odio por racismo en el país.
Desde entonces, algunas cosas han cambiado. La creación de la sala Latidos del Valle, en IDV, fue un proyecto pensado para combatir el racismo y también enseñar a reaccionar a los niños negros.
“El proyecto se creó el año pasado. Y vemos que ya hay una respuesta positiva. Por ejemplo, en un partido de menores de 13 años, los jugadores [del IDV] sufrieron insultos racistas. En respuesta, los chicos hicieron dos cosas: la primera fue un gol, que celebraron arrodillándose y señalándose la piel, mostrando lo orgullosos que estaban de su color; y el segundo fue que la selección sub 15 hizo lo mismo en solidaridad con sus compañeros en el siguiente partido”, informa Ana María Morales, antropóloga y coordinadora de Latidos del Valle.
Los talleres del programa sirven para orientar a los niños sobre cómo reaccionar en caso de delitos racistas. Cuando Morales comenta, surge un malestar en mi interior. Es increíble, angustioso y repugnante pensar en cómo tenemos que preparar a los niños para afrontar la violencia de experimentar racismo en lugar de castigar a quienes lo dicen. Pero eso es lo que tienen.
“La creación de la sala Latidos del Valle, en IDV, fue un proyecto pensado para combatir el racismo y también enseñar a reaccionar a los niños negros”.
A pesar de los esfuerzos diarios, la lucha apenas comienza. Arce comenta que las políticas públicas existen, pero sólo en el papel. Nada está garantizado y no todo se cumple como manda la constitución. Se necesita más, más justicia, seguridad y dignidad para existir.
Qué esperar de ahora en adelante
La influencia de los jugadores negros en el fútbol ecuatoriano contribuye dentro y fuera de la cancha, ya sea a través de una enorme representación o también a través de campañas educativas y programas de desarrollo juvenil, como el que trabaja Independiente del Valle.
“El fútbol es un espacio diverso y amplio. No debería haber espacio para ningún tipo de odio. La pregunta que siempre queda es “¿cómo podemos ir un poco más allá de lo que ya hacemos y asumir esta responsabilidad?”. Fue una reflexión que surgió en una reunión de la UNESCO en Colombia. Estamos pensando en acciones para la población negra”, declaró Morales.
También habla de que es necesario que haya una respuesta de la sociedad, y también del Estado, las escuelas y las familias, porque pueden y deben ayudar a fortalecer esta identidad.
Después de todo, ¿quién, mirando a la selección nacional, nunca pensó que la mayoría de los ecuatorianos eran negros? La representación que los negros del país aportan al mundo, ya sea en el fútbol o no, es enorme. Morales cita al profesor Juan García Salazar, un activista intelectual: “Ellos [los jugadores negros] son un grupo de personas excluidas que representan de todo corazón a un grupo de personas excluyentes”. Cuando termina la frase, algunas cosas tienen sentido, otras no.
Edi Rock declara en La vida es un desafío que “el mañana es ilusorio porque aún no existe. El hoy es real. Es la realidad en la que podemos intervenir. Las oportunidades de cambio están en el presente”. Y percibir estas batallas cotidianas como cimientos en construcción, reconociendo al mismo tiempo que la estructura racista tiene raíces profundas, es uno de los pilares del antirracismo. Posiblemente, dentro de 10 años, todavía nos enfrentemos a insultos e insultos racistas, pero con el convencimiento de que vamos avanzando cada día.
La representación que los negros del país aportan al mundo, ya sea en el fútbol o no, es enorme. La antropóloga Ana María Morales, coordinadora del programa Latidos del Valle, cita al profesor Juan García Salazar, un activista intelectual: “Ellos [los jugadores negros] son un grupo de personas excluidas que representan de todo corazón a un grupo de personas excluyentes”.
Fotografías tomadas de la publicación original/cortesía Club de Alto Rendimiento Especializado Independiente del Valle.
Cuando el vi en el articulo “Rafael Correa, con un gobierno progresista centrado en la justicia social y las reformas económicas.” deje de leer. Eso es una mentira total, los datos demuestran que en el gobierno de Correone la pobreza fue mayor que en el de Lasso y la herencia que nos dejo ese gobierno fue la insostenibilidad fiscal (déficit permanentes), una deuda descomunal y elefantes blancos inútiles como la Refinería Fantasma del Pacifico o la presa Coca Codo Sinclair mal diseñada y construida.
(al respecto búsquese en el blog Economía en Jeep y las declaraciones de la Ing. Bernal de la Escuela Politécnica Nacional).