CONCERNIENTE LA TREGUA DE ETA
Retratos de Euskadi (el país vasco)
David Guzmán
Es una marcha que llena la principal calle de Bilbao, la Gran Vía. Al final, la gente se concentra frente al Ayuntamiento y se suceden las proclamas en euskera y en español que demandan el fin de la tortura, el fin de la persecución y de la hostilidad por parte del estado español. Y la independencia de Euskal Herria. Después, una mujer canta en euskera y al final la gente comienza a dispersarse. Me extraña encontrar a gente que lleva camisetas con la imagen del “che” Guevarra, aquí, en Europa. La gente se dispersa y Jon y yo echamos a andar de vuelta a la casa.
Hemos caminado mucho con Jon, mi amigo euskaldun. Trabaja como cartero y a veces comemos juntos los sábados. “Aquí, me dice Jon mientras caminamos hacia Baxauri, un barrio de Bilbao, aquí ETA hizo volar un automóvil”. “Acá, me comenta mientras cruzamos frente a la Plaza Unamuno, acá nos enfrentábamos con la policía, cuando yo era estudiante. Aquí mismo había un cuartel de policía. Ya lo han quitado”.
Nos pasamos muchas horas discutiendo sobre lo que sucede en Euskadi. Yo trato de comprender en qué sentido el nacionalismo de los vascos no representa una especie de fundamentalismo. “El pueblo que quiere ser libre, pues tiene que ser libre, tiene que independizarse”, dice Jon. Y luego explica: “Groenlandia, por ejemplo, es parte de Dinamarca. Cuando Groenlandia quiso independizarse, Dinamarca no le puso ninguna traba. Pero Groenlandia no lo hizo, porque depende económicamente de Dinamarca. Nosotros no dependemos económicamente de España”. “Pero Jon, le digo yo, en qué se diferencia un pobre de Bilbao de un pobre de Madrid. No veo en qué sentido esta supuesta independencia va a cambiar la vida, va a mejorar la vida de los pobres si es que esta independencia sigue en manos de los banqueros, los empresarios y los políticos”.
Ahora Jon comenta que en Euskadi todas las familias tienen a alguien preso, o muerto o vinculado a ETA o al estado español que persigue a ETA (Que poseía una especie de escuadrón de la muerte, denominado GAL). Por eso, cuando uno entra a un bar, o a un restaurant, muchas veces, se percibe la desconfianza, el silencio, a veces la hostilidad. Desde que llegué he tratado de tener mucho cuidado en no entrar muy seguido en ciertos sitios, como una librería en la que vi pegados mensajes contra España, y en no decir ciertas cosas, como María, una científica andaluza que trabaja en la UPV y que al conversar, en lugar de España, dice la península.
A veces, cuando camino por Bilbao, me asombra, de pronto, advertir que en las ventanas de los departamentos, aquí y allá comienzan a aparecer banderas con el mapa de Euskadi, con leyendas alusivas a la independencia. Quizá cuando toda la ciudad se llene de estas banderas Euskadi sea independiente, que es lo que quieren muchos vascos. Pero también, a veces, cuando camino por Casco Viejo o Santuxo, encuentro hojas volantes con fotos de gente a la que han torturado, o volantes con las fotos de los presos. A veces, también, tengo temor de pasar frente al cuartel de la Guardia Civil. Vaya a ser que se acabe la tregua y decidan volarlo por los aires.
Camino a Donostia
El tren avanza lentamente. Se detiene en cada uno de los pueblos de Guipuzcoa, cuya capital es Donostia. Atravesamos bosques de pinos, túneles, y cuando el tren se detiene en los pueblos, suben o bajan adolescentes o jóvenes que marchan juntos y hablan en euskera. Sólo en euskera. Prácticamente no escucho a nadie hablar en español y aunque soy el único extranjero en el vagón, es como si fuera invisible, como si hubieran decidido no mirarme.
¿Cómo saben que soy extranjero? Porque no tengo cuadrilla, o sea, no tengo a mis amigos de toda la vida, que son hijos de los amigos de toda la vida de mis padres. La cuadrilla es una especie de familia de amigos que dura toda la vida: les sirvió a los vascos para protegerse del franquismo y ahora de las persecuciones del estado español. En cierta forma, es una institución endogámica. No permite la entrada a los extraños.
El tren corre por Guipuzcoa. Esta es la provincia de España en la que ETA recluta a la mayoría de sus militantes. Aquí suele guardar sus arsenales. El diario Gara, en donde se publicó el comunicado de ETA, es un diario de Donostia. ¿Por qué ETA actúa en esta región? ¿Son más nacionalistas aquí? ¿Es más difícil ser perseguidos entre estos bosques? No lo sé con precisión.
Eagon
Me atrapa por el cuello y canta en gaélico, mientras en la otra mano sostiene una cerveza. Eagon viene de un pequeño pueblo de Irlanda (Eire, en gaélico), cerca de Cork, y aunque su universidad lo envió para que aprenda español, él está aprendiendo euskera. “En Irlanda la gente ha olvidado el gaélico. Apenas quedan unas treinta mil gentes que lo hablan. Yo entre ellos.”, dice Eagon. Entiendo que quiera aprender euskera, pero le digo que tenga cuidado, que los vascos han buscado siempre el amparo de Inglaterra, que ahí van a chocar. “Tal vez deberías ir a Madrid, Eagon.” Pero Eagon es un poeta y escoge el camino más difícil. Y se queda.
DGJ