En el marco del Día Mundial del Agua, el ISP presenta la investigación: “¿De quién es el agua de Manta?”, que analiza la situación del servicio público del agua en Manta en el contexto de la firma de un convenio entre la Empresa Pública del Agua de Manta EPAM y la empresa Veolia, bajo la figura de alianza público – privada.
02 de abril 2018
Una nueva ola de privatizaciones de los servicios públicos se extiende en América Latina y en Ecuador, escudadas en marcos normativos y procesos más amplios como tratados de libre comercio, estas se disfrazan de alianzas público-privadas que buscan el lucro en lugar del bienestar de la sociedad. El caso del agua en Manta y su alianza con la multinacional Veolia es la muestra más preocupante de ello. El presente estudio analiza la forma en que la privatización del agua tiene lugar en esta ciudad, así como sus resultados no deseables para la sociedad. Por consiguiente, se estudia las estrategias de Veolia en el país. De igual forma se muestra que la única manera de resistir a las privatizaciones y sus nocivos efectos sociales, económicos y políticos es la potenciación de lo público a partir de alianzas público-públicas, así como la remunicipalización de los servicios públicos, mismas que son impulsadas por los sindicatos públicos.
En ese sentido, se observa que el caso de la privatización del agua en Manta se enmarca en un proceso fundamental: el tratado de libre comercio con Europa, para lo cual se aprobaron la ley de aguas y de las alianzas público-privadas. De esa manera, el objetivo del tratado es permitir la acumulación de ganancias a partir del lucro del agua por multinacionales. En el caso de la ley de aguas se abrió la posibilidad para que el sector privado maneje el servicio del agua y se entregue a industrias extractivas, monocultivos como flores, brócoli, palma y camaroneras, en desmedro del control comunitario de las fuentes de agua. En el caso de la ley de alianzas se estableció la legislación para que distintas actividades realizadas por el sector público sean realizadas por sectores privados, como el agua. En conclusión se articulan una serie de marcos normativos para que la privatización y las ganancias tengan lugar, en detrimento del bienestar de la población a partir de lo provisión de servicios públicos, defendidos por los sindicatos.
La privatización del agua en Manta realizada por Veolia responde a la estrategia de privatización que esta multinacional posee en Ecuador. La historia de Veolia empieza en Guayaquil en 2008 cuando adquiere las acciones de Interagua. Desde esa perspectiva se observan los efectos que la privatización realizada por Veolia tuvo en esa ciudad y, lo más probable, es que sean los que ocurran en Manta. Por tanto, se muestra que en promedio anual el incremento en cobertura fue del 4%. No obstante, el incremento en tarifas fue del 6,77%. Por lo que los ingresos de Interagua, mismos que van a Veolia aumentaron en 9,92%. Por otra parta, en un estudio comparativo entre Quito y Guayaquil sobre acceso al agua se muestra que actualmente en Guayaquil la probabilidad de acceso al agua disminuye en un 7% para las familias más pobres como resultado de la privatización. En Quito, con la gestión en manos públicas, el acceso al agua aumenta un 3% para las familias pobres.
El proceso de adjudicación del agua de Manta a Veolia se justificó por el terremoto ocurrido el 16 de abril. Sin embargo, se observa que la ciudad a través de la Empresa Pública Municipal de Agua de Manta –EPAM- tenía la mejor provisión del servicio en la provincia, con un 79% de abastecimiento a través de red pública en 2010 y no fue de las más afectadas en el terremoto. Así, es pertinente cuestionarse si la alianza público-privada tenía lugar. En ese sentido, la misma alianza posee ciertas irregularidades como que solo dos días después del terremoto Veolia nombró un nuevo gerente que llevaría a cabo las negociaciones. En ese sentido, no se convocó a concurso público, sino que se invitó directamente a Veolia y apenas 18 días después Veolia presentó una propuesta técnica y económica para un proceso que involucra 12 millones de dólares, por 10 años. La específica acción de Veolia es la de generar un mejor sistema de cobranza, por lo que es oportuno indicar que un crédito realizado por la EPAM es responsable de mejorar los servicios de provisión del agua. Por otro lado, una revisión de su historia permite observa que en París realizaba la misma actividad y su estrategia era aumentar las tarifas a la población, lo que la convirtió en una empresa sumamente redituable, con enormes tasas de crecimiento, deteriorando las condiciones de vida de la población en París. Finalmente, no se muestra evidencia de diferencia en los ingresos de EPAM como efecto de la privatización.
La recuperación pública del agua en París de Veolia implicó que las tarifas descendieron un 8% y el ahorro de treinta y cinco millones de euros. Eso muestra que lo público al buscar el bienestar y no el lucro como lo hace el privado mejora la gestión del agua y, sobre todo, las condiciones de vida de la población. Así, las alianzas público-públicas es una colaboración entre dos o más entidades públicas para proporcionar o mejorar los servicios públicos como el agua. Una encuesta de 18 localidades de los EE.UU que terminó con asociaciones de agua con operadores privados desde 2007, en ella se encontró que las asociaciones público-públicas fueron en promedio 21% más barato que la operación privada, con sus respectivos efectos positivos para la sociedad. De esa manera, se observa que existen en los últimos 15 años al menos 180 casos de remunicipalización del agua en 35 países y en casos de desastres naturales. En conclusión, la alternativa para los efectos nocivos de las alianzas público-privadas en el agua son las alianzas público-públicas que permiten eliminar la búsqueda de acumulación y maximiza la búsqueda de bienestar, tanto social, económico ambiental y, sobre todo, de transparencia.
Link Investigación: http://world-psi.org/sites/default/files/web_es_agua_manta_informe_2018.pdf
Foto Ecuavisa