Papa Francisco 1
1985 Juan Pablo II vista a Ecuador, gobierna León Febres Cordero. 2015 El Papa Francisco llega al Ecuador gobierna Rafael Correa
La iglesia recuperó en algo su libertad moral y espiritual para hablar de valores y principios cuando perdió los estados pontificios. Pero la pederastia por poco arruina al catolicismo y Francisco quiere redimir a la iglesia al tiempo que redime su cautela y silencio en la dictadura de Videla, recuperando el ideario de la Teología de la Liberación.
Hablemos con justicia: Francisco está haciendo bien las cosas. Jesuita docto sigue orientado en el mensaje del concilio vaticano II “…luces y energías pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana…” “a nosotros mismos y a los rebaños que nos corresponden…. La Iglesia está preocupada porque esa sociedad que vais a constituir respete la dignidad, la libertad, el derecho de las personas”
Acá, las vanidades del poder secular se aproximan al poder teológico (siempre sucedió así) porque los jerarcas de aldea necesitan dialogar con los mismísimos representantes de Dios en la tierra y compartir las alabanzas. ¿Será un afán eucarístico? Recibir al santísimo padre y dar fe de testimonio del sacrificio nuevo y eterno es una buena nueva. Los políticos sufren más que los clérigos si el verbo no se hace carne, en ese afán Febres Cordero hasta besó la mano del peregrino y quizás lo haga con mayores méritos Rafael; en fin de cuentas ha demostrado ser más católico apostólico y romano que su colega antecesor. ¡El no al aborto es un tema de principios¡ y la educación por valores lo hace más papista que el Papa.
El papa es el pastor y Rafael también lo es; el ecuatoriano es el más pastoral de los mandatarios, tiene rebaños que avanzan con infinito amor. Francisco, hincha de San Lorenzo equipo de Boedo, barrio obrero, porta la sencillez de sudaca pese a ser argentino, y su disposición aperturista al diálogo puede contrariar al confrontador confeso, hincha del Emelec que ya encuentra ovejas negras descarriadas con falta de fe en la creencia de ir a la victoria siempre.
Misionero el uno, callejero el otro, el primero abre caminos, el segundo busca portadores de banderas en calzadas con descalzos. La misa espera, y la liturgia dará un rezo piadoso y una oración sentida para que el infinito amor llegue a los impíos de la oposición, que ya hablan de preparar la ultima cena. Amen
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