28 marzo 2013
Los más importantes urbanistas, sobre la base de la experiencia histórica del conocimiento de los problemas urbanos en todas las ciudades del mundo, reconocen y advierten que a la movilidad no hay que mejorarla, sino que hay que reducirla. Y reconocen y advierten que el Metro es un excelente instrumento para incentivar la movilidad, para mejorarla y, en consecuencia, para multiplicar los problemas de la expansión de las ciudades, con todas las consecuencias nocivas que esto trae aparejado.
De tal manera que el Metro de Quito está muy lejos de ser “la mejor solución posible”, ya que está demostrado que no es una solución, sino el incentivo para multiplicar problemas urbanos de toda índole. Obviamente, tampoco es una solución “a largo plazo” porque debido a que estimula la movilidad, muy pronto se saturan y colapsan las líneas iniciales y se debe construir otras y ampliar las existentes. De manera que el Metro es como un barril sin fondo a donde deben ir a parar de manera indefinida todos los recursos existentes. Es como una enfermedad incurable que no acaba nunca.
Lo anterior, más la pronta obsolescencia del parque rodante y de la infraestructura debido a la intensidad de uso, demuestran que la afirmación de que “la vida útil casi no tiene límites” también es muy equivocada. Todas las ciudades que tienen Metro deben destinar enormes espacios urbanos como cementerio de sus vagones, provocando, además, el deterioro de los espacios aledaños y la caída del precio del suelo en ellos. La historia urbana relata casos en que, inclusive, se arrojaba al mar los vagones inservibles.
Se menciona como argumento de las ventajas del Metro la experiencia del Metro de Madrid, pero no se indica los siguientes aspectos de la realidad del mismo:
En una noticia del 16 de abril del 2012, el periódico español EL MUNDO informaba que el Ayuntamiento de Madrid da 150 millones de euros anuales para el sostenimiento de Metro Madrid, y que el Estado Central da otra cantidad millonaria también para que el Metro pueda seguir funcionando.
Además de esos 2 subsidios, el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid da 1,7076 euros por pasajero, como compensación para que el Metro pueda seguir funcionando.
En el año 2011 el pasaje sencillo costaba 1,50 euros, y a principios del 2012 subió un 25%.
El presupuesto para el 2012 (el último año que le seguí la pista) ascendía a 1.233 millones de euros con una previsión de 633 millones de viajeros anuales. Si hacemos un cálculo sencillo con esas cifras obtenemos los siguientes resultados: 1.233 millones de euros / 633 millones de viajeros = 1,9479 euros por viajero. Pero el billete sencillo estaba a 1,50 euros, por lo que la compensación o subsidio era de 1,70 euros, para que el Metro Madrid pueda seguir funcionando. O sea que el costo real del billete sencillo era de 3,2 euros por viajero.
En la misma edición del periódico EL MUNDO, se informaba que el Metro Madrid perdía 15,4 millones de viajeros al día. Y que “ha perdido en 20 años casi la tercera parte de viajeros, y eso que ha duplicado en el mismo período la longitud de su red”
Como consecuencia de esa realidad, el periódico anunciaba que “El año pasado el Metro Madrid tuvo un déficit de 70 millones de euros”
EN RESUMEN: para que Metro Madrid pueda funcionar se requiere lo siguiente, con datos del 2012:
1. Pago del billete sencillo por cada pasajero: 1,50 euros,
2. Aporte del Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid: 1,7076 euros por pasajero.
3. Aporte del Ayuntamiento de Madrid: 150 millones de euros anuales.
4. Aporte del Estado Central Español: alrededor de 150 millones de euros anuales.
CONCLUSIÓN: METRO MADRID ESTÁ DESFINANCIADO.
¿Esa es la “experiencia de Metro Madrid” que Quito debe aprovechar?
Además, todas esas cifras simplemente reiteran una realidad: todos los metros del mundo son subsidiados, ninguna se financia con el costo de los pasajes.
De lo anterior se desprenden las siguientes preguntas:
1. Si el Estado Ecuatoriano deberá subsidiar de manera indefinida al Metro Quito para que funcione, ¿Qué rubros deberá sacrificar para hacerlo? ¿Qué infraestructuras, bienes y servicios que el Estado Ecuatoriano está obligado a financiar en todo el país, deberá abstenerse de hacerlo en beneficio exclusivo de los pocos privilegiados habitantes de Quito que se beneficien de él?
2. ¿Es justo que todos los habitantes del Ecuador deban pagar de sus bolsillos el Metro de Quito, dejando de satisfacer sus necesidades básicas? ¿Está USTED respetado ciudadano del Ecuador, dispuesto, gustoso y satisfecho con que usted, sus hijas e hijos, sus nietos y toda su descendencia por los siglos de los siglos deban pagar por ese beneficio exclusivo para algunos pocos habitantes privilegiados de Quito?
3. Si es por demás evidente que la mejor inversión que se puede hacer en Quito y Guayaquil es NO HACERLA NI EN QUITO NI EN GUAYAQUIL SINO EN TODO EL RESTO DEL PAÍS, ¿Por qué se insiste en concentrar el dinero de todos los ecuatorianos en esas dos ciudades?
4. ¿Es justo que se haga aquello si, además, está demostrado que el Metro no es ninguna solución, sino que es un incentivo para que se multipliquen los problemas de las ciudades?
Se indica que, además, debería ampliarse la red para que sirva a Tumbaco y Cumbayá, es decir, ya se advierte que es un barril sin fondo que no acaba nunca.
El trazado del Metro de Quito, al igual que el del trolebús, justamente por el corredor más utilizado, refuerza la única centralidad de Quito, en lugar de estimular la formación de otras centralidades, como es recomendado para todas las ciudades del mundo para reducir la movilidad. Mejorar la movilidad es lo peor que se puede hacer.
Por supuesto que, si se utiliza una óptica focal, y no circular y holística de los fenómenos, es muy posible encontrar solamente ventajas. Por ejemplo, no se toma en cuenta el incremento de demanda de energía que supone el Metro, la cual hasta ahora depende fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles y, en el caso del Ecuador, de la disponibilidad de petróleo pesado, es decir de mala calidad, lo que supondrá la necesidad de importar petróleo. Y ¿qué otras inversiones deberá dejar de hacer el Estado Ecuatoriano en todo el país para pagar por ese petróleo? Es que la realidad es muy compleja, y el pensamiento focal siempre está condenado a equivocarse.
Por último, el Alcalde de Quito proclama que el billete del Metro costará 0,80 centavos de dólar, es decir alrededor de 0,31 centavos de euro. Vamos a ver: el billete sencillo costaba en el año 2012: en Londres: 4,7 euros; en Ámsterdam 2,80 euros; en París 1,70 euros; en Berlín 2,30 euros; en Madrid, con el alza del 2010, 1,90 euros. Y eso, por favor, sin considerar, como se ha demostrado, la necesidad de los subsidios de varias fuentes que requiere el Metro para seguir funcionando. Y en Quito, ¿“solamente” costará 0,80 centavos de dólar? ¿Es HONESTO ocultar la realidad?
Con todas las evidencias anteriores, es por demás evidente la ocultación de información y el engaño a que se tiene sometidos a todos los ecuatorianos. Lo cual solamente se explica porque nadie dice nada, todos están obnubilados por el nuevo juguete que se promete, creyendo bobaliconamente que con él, “ya seremos un país desarrollado”. Esto me recuerda el episodio que relata Dominique Lapierre en su libro LA CIUDAD DE LA ALEGRÍA, que los pobladores de los barrios miserables de Calcuta, hambrientos, desempleados, leprosos, enfermos, etc., salieron en manifestaciones masivas, llenos de alegría, con carteles, cantos, bailes y gritos de alegría porque “ya tenemos bomba atómica”.
Que analisis mas pobre, simplon, y lleno de odio hacia los quitenos, primero senor los recursos del estado no van exclusivamente a Quito y Guayaquil como su “analisis” pretende decir, segundo poner solo las cifras y por tanto solo una vision parcializada de la realidad es poco etico, si se hace un analisis del metro de Madrid se debe hacer seriamente topando todas sus aristas, y no solo para senalar una situacion financiera que aunq semejante en algunos aspectos no es comparable con la de Quito. Y deje de tener envidia de la capital de su pais, los recursos del Ecuador se estan invirtiendo en ecuatorianos.