27 de Octubre 2015
āMĆ”s de lo mismoā en varios sentidos: Morales no representa el mĆ”s mĆnimo cambio, ni siquiera cosmĆ©tico, en relaciĆ³n a la situaciĆ³n estructural de fondo en el paĆs: pobreza extrema ā79% de la poblaciĆ³n pobre, segĆŗn los nuevos patrones de mediciĆ³n del Banco Mundialā, paĆs dependiente y marcado por un salvaje y depredador capitalismo extractivo, violencia e impunidad como constante en todas las relaciones sociales, racismo contra los pueblos originarios en grado sumo. Nada, absolutamente de esto nada cambia con el nuevo presidente. Su propuesta, en realidad, es una falta de propuesta. Y aunque parezca paradĆ³jico, dadas las condiciones generales imperantes, eso es lo que le permitiĆ³ ganar las elecciones (sobre lo cual ahondaremos mĆ”s adelante).
Es āmĆ”s de lo mismoā tambiĆ©n, porque tras de su figura (mediĆ”ticamente bien posicionada, dado que es un actor profesional, un comunicador en el mĆ”s cabal sentido de la palabra) se encuentran sectores de los mĆ”s reaccionarios del ejĆ©rcito que viven aĆŗn en la lĆ³gica de la Guerra FrĆa, algunos de ellos ligados a los llamados āpoderes ocultosā (lĆ©ase: estructuras mafiosas que persisten en la administraciĆ³n del Estado, como la recientemente denunciada de La LĆnea). O sea que la tan preconizada ālucha contra la corrupciĆ³nā que pareciĆ³ barrer el paĆs estos Ćŗltimos meses, se descubre como un espectĆ”culo mediĆ”tico sin consecuencias reales en las verdaderas estructuras de poder. Dicho de otro modo: con Jimmy Morales en la presidencia las mafias enquistadas y los poderes paralelos no terminarĆ”n. Es decir: sigue todo mĆ”s o menos igual (su vicepresidente, por ejemplo, es el artĆfice del mĆ”s grande robo en el Seguro Social de la Universidad de San Carlos, de la que fue rector). Todo sigue igual, parece.
Y āmĆ”s de lo mismoā igualmente porque Washington, y la ideologĆa dominante en forma global, se salen con la suya, pues el mensaje de entronizaciĆ³n a esta glorificada ādemocraciaā se sigue imponiendo. La realizaciĆ³n de elecciones ālimpias y transparentesā pareciera el camino obligado para todo el mundo; no transitarlo āsegĆŗn esa ideologĆa hegemĆ³nicaā es continuar en el atraso, en el oscurantismo. Democracia representativa (libre mercado mediante), segĆŗn ese paradigma, es la soluciĆ³n frente al autoritarismo estatizante, frente al populismo y a las ofertas de āretorno al pasado filo-comunistaā.
Sin embargo una lectura crĆtica de esta segunda vuelta, pero mĆ”s aĆŗn de las circunstancias en que se llegĆ³ a la misma con las movilizaciones ocurridas desde abril en adelante, puede indicar algo preocupante: la tan cacareada lucha contra la corrupciĆ³nā¦ Ā”es una nueva arma de dominaciĆ³n de la estrategia imperial de Estados Unidos!
ĀæPor quĆ© decir eso? Porque la realidad lo permite ver. ĀæPor quĆ© gana este comediante puesto a polĆtico? Como dato altamente curioso es que, contrario a lo que sectores de izquierda y progresistas impulsaban durante las movilizaciones llamando al voto nulo o a la abstenciĆ³n, la primera vuelta del 6 de septiembre mostrĆ³ la mayor participaciĆ³n desde el retorno a la democracia en 1986: 71% de los empadronados asistieron a un centro de votaciĆ³n.
Gana Jimmy Morales porque desde hace meses se viene gestando un discurso ācomunicacionalmente bien estudiado, presentado en forma entradora y agresivaā contra la corrupciĆ³n sobre el que pudo/supo montarse el actor de marras. No hay, ni por cerca, ninguna intenciĆ³n positiva en los reales factores de poder, de acometer una lucha franca contra esta lacra que es la corrupciĆ³n. Por el contrario, con un manejo artero de las circunstancias, cada vez se insiste mĆ”s en que el estado calamitoso de las poblaciones (cosa totalmente cierta) se debe no a determinantes estructurales sino a āmalas prĆ”cticasā de los funcionarios de turno. De esa manera el sistema en su conjunto queda libre de cuestionamientos, y se encuentra un adecuado chivo expiatorio, una salida decorosa: āestamos mal porque los polĆticos son corruptos y se roban todoā.
El mensaje no es nuevo, sin dudas. En muy buena medida ese imaginario recorre la cultura polĆtica de todos los paĆses latinoamericanos. Lo destacable ahora es la forma en que se lo estĆ” implementando. Y no es otra que la estrategia de la Casa Blanca quien la impulsa.
Se ha dicho en varias ocasiones que, una vez mĆ”s āal igual que en casos anteriores: experimentos biomĆ©dicos, desapariciĆ³n forzada de personas como mecanismo de la guerra irregular, ahora el combate a la corrupciĆ³n en tanto artificio polĆtico para la distracciĆ³nā Guatemala sirve como laboratorio de ensayo a los planes de Washington. Lo cierto es que todo indicarĆa que de los golpes de Estado sangrientos que marcaron la historia polĆtica de la regiĆ³n latinoamericana durante el siglo XX, ahora se ha pasado a los āgolpes suavesā.
Hay nuevos āmonstruos mediĆ”tico-ideolĆ³gicosā a combatir, siempre ideados por la fuerza dominante en la regiĆ³n: ayer el ācomunismo internacionalā y sus cabezas de playa pagadas por āel oro de MoscĆŗā. Hoy: el narcotrĆ”fico, la violencia ciudadana (pandillas, bravas bravas). Y ahora, mĆ”s recientemente y con una fuerza nada despreciable: la corrupciĆ³n.
Muy loable serĆa un combate frontal contra esta lacra humana que es la corrupciĆ³n, la hipocresĆa del doble discurso, la infamia (ĀæserĆ” posible eliminarla de nuestra dinĆ”mica cotidiana? ĀæEl āHombre nuevoā del socialismo lo lograrĆ”? Quede la interrogante planteada, sabiendo que no es eso el objetivo a desarrollar en este breve e impreciso opĆŗsculo). Muy loable, sin dudas, pero vemos que estas declaraciones politiqueras que inundan el panorama mediĆ”tico no pasan jamĆ”s de eso: declaraciones pomposas.
desde principios del aƱo 2015 el Ejecutivo estadounidense comenzĆ³ un ataque sistemĆ”tico
En Guatemala, como parte de un plan bien urdido, desde principios del aƱo 2015 el Ejecutivo estadounidense comenzĆ³ un ataque sistemĆ”tico: la corrupciĆ³n fue posicionĆ”ndose como principal problema nacional, y el vicepresidente de la Casa Blanca, Joseph Biden, llegĆ³ al paĆs a āponer las cosas en ordenā: dejando en claro muy enfĆ”ticamente que no se verĆa ni siquiera en una recepciĆ³n oficial con la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti, Ćcono por antonomasia de la degradada y deshonrosa corrupciĆ³n dominante. De hecho, trajo un mensaje claro para el presidente PĆ©rez Molina: a Guatemala y a los otros dos paĆses del TriĆ”ngulo Norte de CentroamĆ©rica (Honduras y El Salvador) no se le podrĆa conceder el Plan para la Prosperidad (cuantiosos fondos destinados a āmejorarā la situaciĆ³n socioeconĆ³mica interna) si no se iniciaba un combate frontal contra esa corrupciĆ³n. El mecanismo obligado para ello fue la permanencia de la ComisiĆ³n Internacional contra la Impunidad en Guatemala āCICIGā y su necesaria irradiaciĆ³n a los otros dos paĆses. El mensaje fue claro y terminante: no mĆ”s corrupciĆ³n gubernamental, porque eso es la causa de las penurias de la poblaciĆ³n.
Para ratificarlo, el embajador estadounidense en estas tierras, Todd Robinson, viajĆ³ a una retirada comunidad de un empobrecido departamento: Izabal, y en una precaria y deteriorada escuela primaria āmontaje muy efectista, muy sensibleroā declarĆ³ que el estado calamitoso de ese centro educativo se debĆa a la corrupciĆ³n gubernamental existente.
El guiĆ³n estaba escrito: la corrupciĆ³n debĆa enfrentarse a muerte, asĆ como se hace con el āterrorismoā en Medio Oriente y el Asia Central (casualmente siempre en paĆses en cuyo subsueloā¦ hay petrĆ³leo. Ā”QuĆ© coincidencia!). Y la CICIG, en Guatemala, era el instrumento idĆ³neo para esa lucha. Si bien el por entonces presidente PĆ©rez Molina intentĆ³ negarse en un principio a la renovaciĆ³n de su mandato, la pulseada fue ganada ampliamente por la potencia dominante: la CICIG continuĆ³ y el binomio presidencial terminĆ³ tras las rejas, destapĆ”ndose la bomba periodĆstica del caso La LĆnea (mafia dedicada al desfalco aduanero liderada por los primeros mandatarios).
Ese destape, aparecido en los medios de comunicaciĆ³n el 16 de abril pasado a partir de la denuncia realizada por la CICIG y el Ministerio PĆŗblico (con datos de inteligencia suministrados por la DEA), motivĆ³ la indignaciĆ³n ciudadana y las movilizaciones que por espacio de cuatro meses llenaron la Plaza de la ConstituciĆ³n los sĆ”bados por la tarde. La corrupciĆ³n pasĆ³ a ser nueva āplaga bĆblicaā, y presidente y vicepresidenta se transformaron en el enemigo pĆŗblico nĆŗmero uno.
Salvando las distancias, asĆ como dĆ©cadas atrĆ”s el ācomunismo apĆ”trida y ateoā era el enemigo a vencer (consigna que levantaron āĀæo siguen levantando?ā quienes hoy secundan a Jimmy Morales), hoy lo es la corrupciĆ³n. Lo cierto es que el anterior mandatario y su segunda hoy guardan prisiĆ³n, pero la corrupciĆ³n sigue siendo el pan nuestro de cada dĆa. Los empresarios importadores que se beneficiaban de esta banda delincuencial que defraudaba en las aduanas, no aparecen. Se hablĆ³ de una cincuentena de empresarios, por supuesto de poca monta en tĆ©rminos econĆ³micos; en todo caso, comerciantes āde origen asiĆ”tico muchos de ellosā que venden mercaderĆas a precios populares en sectores populares. El alto empresariado estĆ” mĆ”s allĆ” de esto.
ĀæPor quĆ© gana la presidencia este comediante metido a polĆtico, sin recorrido en estas lides de la polĆtica profesional, sin programa partidario, con un discurso centrado casi exclusivamente en que āĆ©l no es lo mismo que los otros corruptosā? Gana porque esa prĆ©dica anticorrupciĆ³n ha calado hondo, quizĆ” demasiado hondo en la conciencia de la poblaciĆ³n. A partir de un bombardeo incesante que muestra las penurias de la genta ligadas a los desfalcos de los funcionarios y nunca a las condiciones estructurales de la sociedad, se ha ido creando la matriz mediĆ”tica por la cual la pobreza y el malestar general son consecuencia de la corrupciĆ³n de los gobernantes. āĀæPara quĆ© pagar impuestos si se los roban todo?ā no es infrecuente escuchar por allĆ. Que el 2% de la poblaciĆ³n sea propietario del 80% de la tierra cultivable, que el salario bĆ”sico cubra apenas la mitad de la canasta bĆ”sica, y que el mismo en un 80% de los casos en el campo y en un 50% en la ciudad ni siquiera se cobre, que la distancia entre los mĆ”s poseedores y los mĆ”s desposeĆdos es de las mĆ”s marcadas en todo el mundo, que casi una cuarta parte de la poblaciĆ³n es aĆŗn analfabeta total, que los sectores mĆ”s dinĆ”micos de la economĆa estĆ”n centrados en la agro-exportaciĆ³n (que necesita fundamentalmente brazos āĀæanalfabetas?ā para la producciĆ³n) o en las finanzas, lavado de activos en muchos casos, todo eso nunca es presentado como la causa real del atraso comparativo del paĆs ni de la consecuente pobreza de las grandes mayorĆas.
El mensaje del embajador Robinson en la escuela Salvador EfraĆn Vides Lemus, ubicada en Santo TomĆ”s de Castilla, Puerto Barrios, departamento de Izabal, fue mĆ”s que elocuente: āPodemos ver los resultados de la corrupciĆ³n aquĆ en esta escuela: no tienen suficientes aulas para la gente, para los estudiantesā (ā¦) āToca al gobierno y a la gente de Guatemala luchar cada dĆa contra la corrupciĆ³nā . Ponderando la CICIG y su gran cruzada anticorrupciĆ³n, el mismo diplomĆ”tico anticipĆ³ que la gente en Honduras y en El Salvador tambiĆ©n estĆ” molesta contra este ācĆ”ncerā, y que tambiĆ©n allĆ se implementarĆan comisiones internacionales para luchar contra ātamaƱo flageloā.
ĀæGuiĆ³n ya trazado? Seguramente.
Es posible concluir eso porque todos los gobiernos āmolestosā para la lĆ³gica imperial van recibiendo ahora acusaciones de corruptos: Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Nicaragua. La fĆ³rmula funciona, sin dudas. Funciona porque definitivamente hay corrupciĆ³n, y mucha, en cada una de esas administraciones; atacarlas, por tanto, es fĆ”cil. En cualquiera de estas propuestas medianamente socialdemĆ³cratas, donde la Ć©tica sigue siendo asignatura pendiente, es muy fĆ”cil encontrar hechos corruptos. AsĆ, toda esa āpseudo-izquierdaā es golpeada por la ātransparencia democrĆ”ticaā que preconiza el imperio. Dilma Roussef o Cristina FernĆ”ndez tuvieron como principales contendientes polĆticos las denuncias contra hechos corruptos de sus gobiernos. Sin dudas, la estrategia funciona para la Casa Blanca, porque le permite las llamadas ārevoluciones suavesā ( roll back , procesos de reversiĆ³n de gobernantes āmolestosā sin necesidad de golpes de Estado cruentos, tal como sucediĆ³ por ejemplo en Europa del Este, o en algunos paĆses Ć”rabes).
Āæpor quĆ© en Guatemala, con un gobierno claramente de derecha como era el de Otto PĆ©rez Molina, tambiĆ©n se puso en marcha esa estrategia?
ĀæPero por quĆ© en Guatemala, con un gobierno claramente de derecha como era el de Otto PĆ©rez Molina, tambiĆ©n se puso en marcha esa estrategia? Porque 1) el nivel de corrupciĆ³n allĆ alcanzado era demasiado alto y eso podĆa tornar āingobernableā la situaciĆ³n (la gente podrĆa estallar alguna vez); 2) porque el Plan para la Prosperidad debe tener garantizado que ninguna mafia gubernamental rapiƱarĆ” los recursos invertidos (PĆ©rez Molina y Baldetti, por ejemplo, no daban esa seguridad. (1.000 millones de dĆ³lares iniciales aportados por Estados Unidos, pudiendo llegar la inversiĆ³n a 15.000 millones para los 5 aƱos de su duraciĆ³n, financiado por Washington, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, supuestamente para desarrollar la regiĆ³n centroamericana, pero en realidad siendo una avanzada para inversiones privadas y explotaciĆ³n de recursos naturales), y 3) porque de continuar las mafias en el poder, por ejemplo si hubiera seguido en carrera presidencial Manuel BaldizĆ³n, no estaba asegurado para la lĆ³gica estadounidense que no entrarĆan los capitales chinos y rusos (en Guatemala ya entraron estos Ćŗltimos en el negocio de la minerĆa, y con BaldizĆ³n entrarĆan abiertamente los chinos). Para Washington eso es perder terreno en su tradicional y natural patio trasero, por tanto inadmisible.
Considerando todo lo anterior, puede verse cĆ³mo esa prĆ©dica contra la corrupciĆ³n puede servir mucho mĆ”s para los proyectos geoestratĆ©gicos de los capitales estadounidenses que dictaduras impresentables, a un menor costo econĆ³mico y polĆtico y sin derramamiento de sangre (lo cual puede crear reacciones como los movimientos armados, o explosiones populares inmanejables).
No hay lucha real contra la corrupciĆ³n, porque el capitalismo actual, en su fase de globalizaciĆ³n financiera, es por naturaleza corrupto. La lucha es por seguir asegurando el traspatio de la potencia imperial, y en el caso puntual de Guatemala esconde la lucha entre facciones del capital nacional: los tradiciones ādueƱos de la fincaā contra los nuevos ricos ascendidos a la sombra del Estado contrainsurgente de estas Ćŗltimas dĆ©cadas. EstĆ” claro que en este momento las mafias (contrabandistas, narcotraficantes, crimen organizado) recibieron un fuerte cachetazo (PĆ©rez Molina y Baldetti presos). Pero eso no significa que desaparecieron. El circuito financiero se sigue alimentando de esas economĆas āno muy santasā (Guatemala, de hecho, es una de las importantes plazas de lavado de activos a nivel mundial: paraĆso fiscal, dicho en otros tĆ©rminos. Es decir: la corrupciĆ³n es consustancial al sistema).
Como toda guerra justificada con algĆŗn demonio del momento (comunismo internacional liderado por la URSS, terrorismo islĆ”mico, narcotrĆ”fico y crimen organizado desbocados), ahora la corrupciĆ³n sirve a esa estrategia: es la āplaga bĆblicaā puesta en la cresta de la ola mediĆ”tica.
La jugada parece exitosa, dado que posibilita acciones ciudadanas ālimpiasā, encuadradas en la ideologĆa de la democracia occidental, acciones no violentas que desestabilicen el sistema, ārespetablesā, ācivilizadasā. ĀæQuiĆ©n puede avalar racionalmente la corrupciĆ³n? Por supuesto que la corrupciĆ³n indigna, enfurece, subleva incluso. De ahĆ que las movilizaciones que se pretende encender son especialmente eso: no violentas, āciudadanas y democrĆ”ticasā, marcadas por la ideologĆa clasemediera, urbanas, teniendo sĆ algo que perder (los que se sienten y verdaderamente son āexplotados no tienen nada que perder, mĆ”s que sus cadenasā , se dijo por ahĆ). El objetivo con el combate anti-corrupciĆ³n no es cambiar nada de raĆz sino simplemente quitar funcionarios pĆŗblicos corruptos. Es decir: una intervenciĆ³n quirĆŗrgica bien hecha. El cĆrculo se cierra a la perfecciĆ³n: cambiar algo para que no cambie nada.
Con el triunfo de Jimmy Morales puede verse todo esto en forma elocuente: con una prĆ©dica anti-polĆtica, repitiendo hasta el cansancio que Ć©l, actor, no es āuno mĆ”s de esos polĆticos que se roban todoā, ahora llega a la presidencia. ĀæAlgo cambiĆ³? Absolutamente nada. Pero la sensaciĆ³n de la poblaciĆ³n votante es que ahora hay algo nuevo, fresco, que no carga con los vicios del pasado. El esquema parece que puede ser utilizado en cualquier paĆs de la regiĆ³n: la corrupciĆ³n es una plaga bĆblica que sirve para denunciar a los gritos, muy democrĆ”tica y civilizadamente, aquello que la Casa Blanca necesite acometer y modificar. ĀæSerĆ” cierto que lo de Guatemala es un laboratorio para la creaciĆ³n de nuevas CICIG por allĆ?
Lo interesante es que esas movilizaciones habidas en Guatemala abrieron la posibilidad de una ciudadanĆa que puede ir mĆ”s allĆ” del gatopardismo del combate puntual contra la corrupciĆ³n. Ahora el desafĆo de lograr ese ir mĆ”s allĆ” estĆ” puesto sobre la mesa. HabrĆ” que ver si el campo popular puede aprovecharlo.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=204972